Día la enfermera: ¿Quién instauró el lavado de manos frecuente?

Carol Hathaway ER

Hoy en día no es posible concebir una recinto de salud que no cumple con medidas básicas de higiene. Lo vemos en la realidad y en ficciones como ER, House MD o Grey's Anatomy, pero las cosas no se dan por obvias hasta que alguien lo señala. Florence Nightingale fue una profesional de la salud, escritora y estadística británica que desarrolló su carrera durante el siglo XVIII, cuando aún había mucho que descubrir y aprender en cuestión de tratamientos. Es en su honor que cada 12 de mayo -fecha de su nacimiento- se celebra el Día de la enfermera, y el reconocimiento se debe a sus contribuciones en el oficio, entre ellas, las medidas de higiene contemporáneas.


Era mediados del siglo XVIII cuando el Imperio ruso y el Imperio griego libraban una brutal guerra contra el Imperio Otomano, Francia y Reino Unido. La denominada Guerra de Crimea quitó miles de vidas, pero la mayor cantidad de decesos no se registra a partir de heridas de batalla, sino por enfermedades como cólera y tifus.

Estas podrían haberse reducido significativamente, pero los errores se corrigen hacia adelante. Algo que Florence Nightingale -una británica treintañera de padres pertenecientes a la clase alta- observó en primera persona y registró en un escrito que cambió la práctica de la enfermería.

Contrariando las convenciones sociales de aquellos años, que veían en el destino de la mujer el casarse y tener hijos, Florence decidió formarse como enfermera. Fue visitando una comunidad luterana en Alemania que recibió entrenamiento en las prácticas de salud, siguiendo los procedimientos de diaconisas -mujeres que servían a la iglesia-, durante cuatro meses.

Florence Nightingale

Claro que lo más decisivo en su desempeño fue lo que experimentó como apoyo de salud en la Guerra de Crimea. Nightingale fue parte de un grupo de enfermeras enviadas por el reino británico en apoyo a sus tropas. En terreno, Florence vio escasez de insumos y condiciones de higiene que no alcanzan el mínimo.

Quizás sobrevivían al campo de batalla, pero los cuerpos debilitados no resistían las infecciones por agua contaminada y agentes patógenos por doquier. Florence tomó nota, y una de las principales deficiencias, era la inexistencia del lavado de manos como procedimiento obligatorio.

Además, del grupo de enfermeras, Florence destacó como la más atenta con sus pacientes. “Sin exageración alguna es un ángel guardián en estos hospitales, y mientras su grácil figura se desliza silenciosamente por los corredores, la cara del desdichado se suaviza con gratitud a la vista de ella. Cuando todos los oficiales médicos se han retirado ya y el silencio y la oscuridad descienden sobre tantos postrados dolientes, puede observársela sola, con una pequeña lámpara en su mano, efectuando sus solitarias rondas”, escribió el periódico británico The Times el 8 de febrero de 1955.

Cuando la profesional aún estaba en terreno bélico, el político británico -Sidney Herbert- y el Duque de Cambridge decidieron crear un fondo para entrenar enfermeras. Para 1859, Florence Nightingale dispuso de aquella recaudación -45 mil libras esterlinas- para fundar la Escuela de Entrenamiento en el Hospital St. Thomas, la que actualmente forma parte del King’s College de Londres.

Ese mismo año, Florence publicó su libro Notes on Nursing (Apuntes de enfermería), basado en lo que observó durante la guerra y en su experiencia como profesional de la salud.

“Cada enfermera debe tener cuidado de lavarse las manos con frecuencia durante el día. Si lava su cara también, mucho mejor”, escribió Nightingale según registra la edición 2014 de su libro, publicada por la editorial Dover Publications Inc.

“Compare la suciedad del agua en la que se ha lavado cuando está fría y no usa jabón, cuando el agua está fría y usa jabón, y cuando está caliente y usa jabón. Encontrará que el primero apenas ha eliminado la suciedad, el segundo un poco más, el tercero mucho más”, apuntó en Notes of Nursing, observaciones que hoy en día puede parecer obvias, pero que a mediados del siglo XVIII no eran una práctica común.

Si bien Nightingale aclara que no es una guía para que las personas aprendan la profesión por sí mismas, el escrito “sorprende por su relevancia en cuanto a habilidades propias de la enfermería contemporánea”, escribió Joan Quixley, directora de la Escuela de Enfermería Florence Nightingale en 1974.

Cuatro décadas después, la percepción por parte de los profesionales de la salud se mantiene intacta. En la edición 2014 del escrito concebido originalmente en 1859, la Profesora y Directora del Departamento de Enfermería de la Escuela de Salud Pública en la Universidad de Carolina del Norte, Margaret Dolan, escribió:

“Muchos de los cambios y mejoras que han tomado lugar en el campo de la enfermería y salud pública, desde la publicación original de su trabajo en 1859 son, a la fecha -al menos en parte- esfuerzo de la señorita Nightingale. Los elementos administrativos de planificación organización y delegación, y los conceptos contemporáneos de autoridad y responsabilidad, se pueden identificar como originarias de su percepción respecto a la de administración”, dijo la docente estadounidense.

Cada 12 de mayo, fecha de nacimiento de Florence Nightingale en 1820, se celebra el Día de la Enfermera para conmemorar sus contribuciones a la profesión.

Notes on nursing Florence Nightingale

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