El abogado Diego Matte (1977) lleva cinco años al mando del Centro de Extensión Artística de la Universidad de Chile (Ceac) y no oculta un leve orgullo al recordar que en el 2021 la institución cumplirá 80 años de vida. Comenta que si el brazo artístico de la universidad de Bello va a entrar a las ocho décadas no es porque simplemente pasen las hojas del calendario. Por el contrario, cree que se debe a cierta capacidad de trabajo y resiliencia ante la adversidad. Como ahora.
“La verdad es que las cosas están duras para nosotros desde hace mucho antes de la llegada del coronavirus. Desde el estallido de octubre”, dice, aludiendo a que el Teatro de la U. de Chile y sede de la Orquesta Sinfónica están en plena Plaza Italia, centro de las manifestaciones. Por lo mismo, Matte cree que un organismo como el Ceac debería ser consultado en momentos críticos. Tal vez puedan ayudar. Experiencia, argumenta, les sobra.
Cuando se le pregunta por el estado de precariedad de las instituciones culturales debido al cierre de sus puertas, la cabeza del CEAC cree que es necesaria una mayor coordinación entre los organismos del país. Así se podrían canalizar mejor los recursos que puedan llegar desde el Ministerio de las Culturas. Antes que nada, piensa, habría que desmalezar de burocracia todas las donaciones o ayudas de terceros a los trabajadores artísticos.
En el Ceac, sostiene, ya habilitaron una ventana digital para aportes: “En dos días superamos las expectativas y podemos ayudar a 20 artistas chilenos”.
-¿Qué opina del plan de ayuda del Ministerio de las Culturas?
-Si bien se activaron algunos fondos concursables, todo el mundo coincide un poco en que es bastante antipático el método de los fondos concursables, desde llenar los formularios hasta esperar meses para las respuestas. Sobre todo si se trata de proveer ayuda en emergencias como ahora. Entiendo que el Estado no puede entregar asignaciones directas de manera tan fácil, pero al menos podría utilizar a las propias instituciones culturales del país (públicas, semi-públicas y privadas) como intermediarias para redistribuir esos recursos. Se asegura así, además, de que los fondos se utilicen debidamente. Después de todo, nosotros tenemos bastante experiencia. Por otro lado, creo que sería bueno recordar que en momentos de crisis de algunas instituciones artísticas se han hecho excepciones y se han otorgado asignaciones de miles de millones de pesos.
-¿Se refiere al Teatro Municipal?
-No es mi ánimo individualizar, pero sí, al Teatro Municipal se le entregaron asignaciones directas de dinero durante la crisis seria que tuvo a inicios del milenio. Sin embargo, quiero ir más allá de eso e insisto en que el Ministerio de las Culturas debería usar más a las redes de teatros en todo el país para coordinación de fondos, desde el GAM hasta el Teatro del Lago, pasando por los teatros universitarios u otros organismos regionales. Son instituciones con experiencia acumulada. El Centro de Extensión de la Universidad de Chile (Ceac), por ejemplo, va a cumplir 80 años en el 2021. Conocemos a los actores artísticos, les damos trabajo y sabemos sus carencias. Lo mismo pasa con el Teatro Municipal, el Teatro de la Universidad Técnica Federico Santa María, etcétera.
-¿Cree que la crisis sanitaria puede acabar con algunos museos?
-Doy un voto de confianza de que en Chile las instituciones culturales van seguir en pie. No tengo una bola de cristal, pero no creo que varias vayan a desaparecer. Lo que sí me parece es que va a haber modificaciones y tendremos que adaptarnos. A la larga, en cualquier caso, creo que hay que mirar las cosas en perspectiva y aprender de la historia: uno ve la evolución de Europa, con tantos conflictos bélicos a cuestas, y contempla cómo han podido seguir con sus orquestas y museos a pesar de todo. Por otro lado, acá tenemos menos recursos y eso significa que hay que buscar ser más creativos. En Chile siempre lo hemos sido.