“Mi inspiración siempre ha sido un testimonio de la vida. Desde chica, mis garabatos eran figuras humanas. Aunque dibujara con un clavo en una muralla de adobe, era una figura humana”, decía la pintora Gracia Barros. Muchas de esas pinturas, a menudo de grandes dimensiones, las produjo en el taller que compartía con su marido José Balmes, en su casa de Ñuñoa. Hoy ese taller está más solitario, así como la escena del arte chileno: tras la muerte de Balmes en 2016, este jueves falleció la pintora y Premio Nacional de Arte.
Afectada hace días por una complicación pulmonar, Gracia Barrios murió a las 14.15, en su casa, contó su hija, la pintora Concepción Balmes. “Estaba acá en la casa con nosotros, tuvo staff médico a domicilio en coordinación con su médico. Se hizo todo de la mejor manera posible, pero a pesar de los tratamientos antibióticos su cuerpito ya estaba muy cansado. Fue todo de manera muy tranquila, yo estaba con mis hijos y mi nana querida que nos ha acompañado muchos años. Todo en la casa rodeados de mucho amor”, dijo a La Tercera.
La noticia de su muerte conmovió a la comunidad cultural, que se expresó rápidamente a través de redes sociales. “Gracia Barrios fue una de las pintoras fundamentales de la historia del arte en Chile", escribió la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés en su cuenta de Twitter. "Luchadora incansable, su destacada obra fue consecuente con su vida y deja un legado que por generaciones nos hablará de este territorio y su memoria”, agregó.
“Estoy muy, muy, muy apenado”, expresó el escultor y académico Gaspar Galaz. “Fue una artista revolucionaria, pero además formó una pareja extraordinaria junto con José Balmes. No sólo desde el punto de vista artístico, sino que también humano. Su gran logro fue poder combinar el informalismo con la figuración y de esta manera el ser humano o lo que ella llamaba el humanismo nunca abandona sus obras. Siempre está presente, con tópicos que van desde la paz a los derechos humanos”, agregó.
Casada con José Balmes en 1952, juntos formaron una pareja fundamental del arte chileno, que experimentó en la pintura y adhirió las causas sociales y políticas de los años 60 y 70.
Nacida en 1926, hija de la pianista Carmen Rivadeneira y del escritor y Premio Nacional de Literatura Eduardo Barrios (El niño que enloqueció de amor), Gracia Barrios estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile y comenzó su trayectoria vinculada al Grupo Signo en los 60, junto a Balmes, Alberto Pérez y Eduardo Martínez Bonati. Su obra transitó desde el "realismo informal” a una obra de mayor contenido y expresión política.
“Fue una gran artista y una destacada integrante del grupo Signo, que floreció en los años 60 y apostó por una pintura bastante experimental", dice Francisco Brugnoli, director del MAC. “Ese movimiento provocó una gran conmoción e innovación en su momento.”, añade.
Artista latinoamericana
“En los 70, hice unos cuadros muy grandes, con mucha gente, muchedumbres, fue el reflejo del momento. (…) yo estaba apuntando a esa realidad, yo quería hacer arte latinoamericano, nunca he querido ni he podido hacer nada más. Para mí era y es esencial ser latinoamericana”, expresó Gracia Barrios.
Con Balmes adhirieron al gobierno de la Unidad Popular y colaboraron en la formación del Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Exiliados tras el golpe de 1973, regresaron en 1982.
Gracia Barrios tuvo también una destacada trayectoria en la docencia. En 2011 recibió el Premio Nacional de Arte, galardón que Balmes obtuvo en 1999.
Afectada de Alzheimer, la artista había dejado de pintar. “De salud se mantiene muy bien, pero su percepción de la realidad es distinta hoy, vive en un mundo de fantasía. Está feliz y contenta, pero su cabeza está en otro planeta”, contaba el año pasado a La Tercera su hija Concepción Balmes.
Ella y su hija Elisa Triviño se hicieron cargo del legado de ambos Premios Nacionales y trabajan en la creación de una fundación, con la idea de conservar sus obras y convertir en museo el taller que ambos compartían.
Sus funerales se realizarán este sábado en el cementerio El Totoral, donde descansan los restos de José Balmes.