Las últimas palabras de Timothy Leary antes de morir en 1996 fueron un saludo a la bandera de la imaginación: “¿Por qué? ¿Por qué no? Belleza”. Doce meses después, siete gramos de sus cenizas se fueron a la estratósfera en el cohete Pegassus, que permaneció en órbita por seis años antes de desintegrarse y volver a la Tierra con lo que quedaba de Leary. El último viaje del mayor defensor de las drogas psicodélicas sí que fue un camino al cielo.
Este y muchos otros detalles de la vida del psicólogo y ex profesor de Harvard Timothy Leary (1920-1996) le dan vida al libro The most dangerous man in America: Timothy Leary, Richard Nixon, and the hunt for the fugitive king of LSD, de Bill Minutaglio y Steven L. Davis. Su título deriva de la expresión utilizada por Richard Nixon para referirse al hombre en la mira del FBI y la CIA por su defensa del uso libre del ácido lisérgico (LSD).
Pero el libro que acaba de publicarse en EE.UU. es sólo una primera piedra en el sendero de la revitalización de Timothy Leary. Sin ir demasiado lejos, el escritor mexicano Juan Villoro dijo este martes a Culto que prepara una obra teatral que gira en torno a él. Ayer además se lanzó el trailer del nuevo documental de Errol Morris (Oscar por Niebla de guerra) sobre la vida de Leary.
La película , aún sin título, se transmitirá a fin de año por la cadena Showtime y se centrará en la vida de Leary después de la tormenta de sus años de fuga de las autoridades estadounidenses. El psicólogo llegó a pasar por 36 cárceles en el mundo.
“Este es un proyecto soñado”, sostuvo Morris en declaración pública. Y agregó, en una extensa explicación: “Siempre estoy buscando formas alternativas para contar una historia conocida. Nunca quiero entrar por la puerta principal. O incluso por la puerta de atrás. Es mucho mejor hallar una ventana del ático que quedó entreabierta. Joanna Harcourt-Smith, quien tuvo una historia de amor con Timothy Leary, escribió un libro que detalla cómo se conocieron, cómo se enamoraron, cómo tomaron drogas juntos, cómo él terminó en prisión. Y entonces sucedió algo sorprendente. Encontré que Joanna era tan interesante como Timothy Leary. O quizás aún más”.