Tocaba el órgano con los codos en los conciertos, salía en expediciones nocturnas en su Rolls-Royce equipado con altavoz y consumía horas de libros, marihuana y televisión. La medianía de los sesentas encontró a John Lennon en plena efervescencia creativa. En búsqueda de "su voz" artística, como se diría con aquel lugar común. Por entonces, el músico se dejaba llevar por el espíritu de apertura propio de la época; mucho por conocer, poco por perder.
Pero el Lennon estrella de rock tenía compromisos que resolver. Las giras internacionales cada vez más tensas, marcaban el calendario de actividades de los Beatles. Por ello, cuando les anunciaron una nueva gira mundial para el verano boreal de 1966 -la que sería la última de su carrera-, de inmediato sabían la exigencia: debían dejar listo un nuevo álbum antes de partir. Tenían dos meses a partir de abril. Cuando se reunieron con el productor George Martin, John le presentó cinco canciones nuevas, diferentes, excesivas. Una de ellas, “Doctor Robert”.
Dr. Feelgood
Lennon no solía hacer canciones sobre personajes, pues siempre insistió en que componía desde su experiencia ("Help!", "Nowhere man") o sobre historias que creaba, siguiendo el modelo de Bob Dylan ("Norwegian Wood"). Pero hacia la psicodelica primavera del 66', el músico volcaba en su trabajo parte de sus vivencias con las drogas. Su voraz curiosidad al respecto se había desatado cuando Dylan le presentó la hierba durante la noche que se conocieron, en agosto de 1964.
Al año siguiente, durante una cena con varias amistades -y George Harrison- había probado por primera vez el LSD, cuando un dentista amigo suyo -llamado John Riley- se lo introdujo en un terrón de azúcar en el café. Aunque en principio le produjo cierta sensación desagradable, pronto se dejó llevar por los objetos que se deformaban ante él como figuras de cuadros de Dalí, los colores estrambóticos y la sensación de estar en una novela de fantasía, como las que solía leer en su adolescencia.
"Para John aquel cotinuo desplegarse de imágenes -aunque a veces eran tan terroríficas que se daba cabezazos contra la pared- eran también como contemplar la película más emocionante en los colores más espléndidos, y al mismo tiempo, ser su protagonista", detalla Phillip Norman en su biografía del músico.
Por ello, es que en algunas de las canciones que Lennon escribió para "Revolver" hay algo de esa imaginería y a quienes se la propiciaron. Con su habilidad para cambiar su punto de vista en la narración, el músico puede relatar una anécdota ("She said, she said") o hablar de sus referencias creativas ("Tomorrow never knows"). Mientras que en "Doctor Robert", considerada a menudo una canción menor en el catálogo Beatle, desarrolla su clásico tono mordaz basado, por cierto en una historia real.
"'Doctor Robert' adoptaba un punto de vista objetivo e irónico sobre el consumo de drogas y satirizaba a un conocido médico de Nueva York que surtía a la gente rica de la buena sociedad de Manhatann de inyecciones de vitaminas alegradas con una gotas de anfetaminas", detalla Norman.
Probablemente, la letra haga referencia a Max Jacobson, el “Doctor feelgood”. Era un judío alemán que escapó a Estados Unidos en 1936, cuando la persecución del régimen nazi se hizo más intensa. Se estableció en la gran manzana, y desde entonces hizo se hizo carrera entre las celebridades por sus inyecciones de elaboración propia cuyo estimulante principal, era precisamente, la anfetamina.
En su cartera de clientes VIP, Jacboson atendió a Marilyn Monroe, Elvis Presley, Elizabeth Taylor, Anthony Queen, la soprano María Callas, y hasta al presidente John F. Kennedy y su esposa, Jacqueline, quienes recurrían a menudo al "tratamiento". Cuando la pareja conoció a la Reina Isabel en 1961, ambos estaban exaltados por la sustancia, lo que derivó en un encontrón de la primera dama con la monarca. Tiempo después debió pedirle disculpas.
Según Lennon, el tema no es más que una chanza. "Va de drogas y pastillas. Era yo quien llevaba las pastillas cuando íbamos de gira y siempre lo he hecho -recuerda el músico en la Antología de los fab four-. Bueno, al principio. Después la llevaban los que transportaban el equipo, y nosotros guardábamos alguna que otra en el bolsillo, por si acaso".
"Era un tipo que lo curaba todo con pastillas y tranquilizantes, inyecciones para esto y aquello. Colocaba a todo Nueva York -recuerda Paul McCartney en el mismo libro-. Era una broma entre nosotros, pero empiezan siendo bromas internas y acaban siendo bromas externas, porque la gente lo escucha y lo interpreta a su manera, lo cual es genial".
Con la voz de John doblada con un truco de estudio que permitía hacerlo de forma automática -y evitarle la molestia de cantar dos veces lo mismo-, el grupo grabó la canción en dos sesiones, el 17 y 19 de abril. El armonio que suena como invocando una letanía en la parte intermedia ("well, well, well, you're feeling fine"), lo tocó el mismo Lennon. Ya tenía experiencia con ese instrumento pues lo grabó en el sencillo "We can work it out".
Pero en esos tiempos de fiestas, efectos raros y psicodelia, otro “doctor” ganó el interés de Lennon.
Tomorrow Never Knows
Timothy Leary era un profesor de psicología de Harvard, quien había recomendado el uso terapéutico y ritual del LSD como una sustancia que permitía alcanzar una conciencia más elevada. Hasta los cincuentas se usó el tratamiento de los alcohólicos y como una suerte de "suero de la verdad", por parte de la CIA. Fue, sin embargo, el uso creativo que le dieron los jóvenes de los sesentas el que determinó su prohibición en Estados Unidos hacia 1966.
Leary había escrito La experiencia psicodélica, un libro en que detallaba los supuestos beneficios asociados al consumo del LSD, y enseñaba la forma correcta de hacerlo, a partir del estudio del Libro tibetano de los muertos. Un amigo le regaló a John una copia del libro. Se fue a su mansión, se dejó caer en un sofá y lo leyó completo en una tarde. Desde ahí, no lo soltó por largo rato. Parte del texto inspiró "Tomorrow Never Knows", la primera -y experimental- canción trabajada para Revolverque finalmente cerraría la placa.
Sin embargo, para Leary la experiencia fue menos afortunada, Tras predicar por universidades sus ideas y fundar la Liga para el Descubrimiento Espiritual -que tenía al LSD como su comunión- fue detenido y encarcelado por posesión de marihuana. Incluso intentó una frustrada candidatura para gobernador de California. Para esa ocasión, Lennon compuso "Come Together", la que finalmente fue a parar al álbum Abbey Road. Volvió a pasar un tiempo tras las rejas, en que tuvo de vecino a Charles Manson, pero algo se había ido. Con el final de la era psicodélica se reinventó como una suerte de profesor futurista, en que propuso la colonización espacial. Murió a consecuencia de un cáncer en 1996.