“Fue por un chamullo”, reconoce Mario Olguín, el director del conjunto Beatlemanía, cuando rememora el origen del primer Beatles Tour, el viaje en que lleva a fans del legendario cuarteto a conocer lugares de Liverpool y Londres donde los músicos forjaron su carrera musical y vivieron buena parte de su vida anterior a la fama.
En el soso otoño de 1997 la banda de Olguín fue invitada al programa Venga Conmigo, un misceláneo dominical de la franja de media tarde, conducido por uno que fue contemporáneo del grupo inglés y tan famoso como ellos en Chile: José Alfredo Fuentes. El grupo se presentó, tocó un par de canciones, y como habían convenido, el animador se acercó a conversar con ellos para hacer la clásica entrevista breve en que los músicos promocionan sus actividades. Por esos días una idea volvía de cuando en cuando en la mente del hombre que encarna a la versión chilena de Lennon. Y allí, ante todo Chile, la planteó.
“El ‘Pollo’ Fuentes me dice: ‘Mario, cuéntame, ¿qué tienen preparado para lo que viene del año? y no tenía nada, ni un concierto, nada -recuerda Olguín-. Y ahí mismo le invento: ‘Bueno, vamos a hacer una gira a Inglaterra para llevar a los fanáticos a visitar los lugares Beatles en Londres y en Liverpool, y esto va a finalizar con un concierto de Beatlemania en un pub de Londres’”.
En rigor, el también Magíster en matemáticas ya había estado una vez en la capital inglesa. Allí se percató que no habían señaléticas, ni una forma clara de llegar a lugares importantes en la historia de la agrupación de Liverpool, como el estudio de Abbey Road, al que llegó tras cuatro horas de errar por las calles de la ciudad. Entonces masticó la idea que lanzó esa apacible tarde de domingo.
“‘Mario, pero qué extraordinario, qué buena idea ¿y cómo lo hace la gente para contactarte?’, me dice él. ‘Eh... bueno, me tienen que llamar al 22770556’, le dije. Llegué a la casa y tenía la grabadora reventada de mensajes. En septiembre de ese año fui con 40 personas”, recuerda.
Y efectivamente ese primer viaje, en la primavera de 1997, acabó con una presentación, no en cualquier pub, sino que en el Cavern Club de Liverpool, el local en que los Beatles tocaron en 292 ocasiones hasta su ascenso a la fama. Era un sueño cumplido. Además, los chilenos fueron presentados por Allen Williams, el primer mánager del cuarteto. Pero esos tiempos parecen cada vez más lejanos. La pandemia y las cuarentenas forzaron a una alternativa diferente, más propia de la narración multimedia de estos días.
Let me take you down
Olguín ha cruzado el Atlántico en 21 periplos como guía de los Beatles Tour. Eso hasta que la pandemia del COVID-19, y el cierre de fronteras, le obligó a buscar nuevas opciones. En mayo ofreció su primer viaje virtual vía Zoom, que en tiempo real recorre las calles de Liverpool, a modo de réplica del viaje presencial. Se trata de una idea inspirada en una actividad que realizaba para promocionar el tour.
El líder de Beatlemanía -que alguna vez emergió desde las entrañas de la Quinta Vergara para presentarse con el conjunto en el Festival de Viña- a menudo hace presentaciones de la banda en su casa, a las que la gente accede con la condición de llevar su propio bebestible, al estilo de los “malones”, o fiestas juveniles del Chile de antaño. “Ahí juntaba gente, llegaban unas 50 personas, con su copetito. Entonces conectaba el computador a una pantalla gigante y le hacía un tour con Google Street View para promocionar el tour real”.
Fue entonces que el joven tecladista Joaquín Vera, uno de los integrantes de Beatlemanía, le habló de Zoom, la aplicación de videollamada que se ha popularizado durante el período de cuarentena. Así empezó a desarrollar una versión virtual del tour, limitado a 60 cupos, el que permite recorrer los mismos lugares de su versión presencial vía Google Street View, acompañado por anécdotas y un set de fotos, tomadas en los mismos sitios. Una suerte de videojuego en primera persona de la generación baby boomer.
Tras una semana de ocho horas diarias de trabajo, Olguín afinó un viaje virtual por Liverpool -dividido en dos partes-, en que recorre varios sitios. Entre estos: el club Jacaranda, donde los Beatles tocaron por primera vez con ese nombre en 1960; el orfanato Strawberry Field, que inspiró la canción con ese nombre, además de la casa donde John Lennon creció en Mendpis, y el Quarry Bank High School, donde estudió (con mediocres calificaciones); y por supuesto, el Cavern Club.
El maestro de ceremonias reconoce que dar forma al proyecto no resultó fácil. “Fue avanzar a tropezones. De repente se me descompaginaba el power point, me mareaba con los controles del zoom o se me iba la pantalla. Además que estoy manejando el sonido, la música, estoy coordinando todo porque estoy solo”.
Tras una marcha blanca de un mes en que exhibió el proyecto a unos cercanos, para obtener feedback, desde el 9 de mayo Olguín comenzó a ofrecerlo por 5000 pesos. “No sabía si hacerlo porque estaba todo tan delicado por lo de la pandemia, pero cuando vi que empezaban los conciertos, las clases, seminarios y todos cobraban, dije ‘por qué no voy a cobrar?’, partí cobrando cinco mil y creo que es un buen precio por ahora. Mucha gente ya me ha pedido hasta tours privados”.
No faltaron los críticos. “Hubo gente que me agarraba a chuchadas porque pensaban que yo realmente iba a ir a Liverpool, como si tuviera un jet privado y me dejaran salir”, detalla.
Sin embargo, el director de Beatlemanía considera que la recepción ha resultado positiva. “Extraordinaria. Oye, hay gente que se emociona, me dejan mensajes muy agradecidos. Gente que me dice que nunca iba a poder visitar Liverpool y esto jamás se lo esperó”.
Culto asistió a una sesión del tour. El grueso de los pasajeros digitales son gente adulta, algunos sobre la cincuentena. Por ello, a menudo les resulta difícil familiarizarse con la aplicación. Que no se ve nada. Que la música está muy fuerte. Que está muy despacio. Que la pantalla se achicó. Para resolver las dudas y enseñar a la gente el entorno digital, quien los recibe es Joaquín Vera. A la manera del sobrecargo de una aeronave, explica a todos los presentes cómo participar, mantener en silencio el audio personal y todo lo que implica la reunión. “Es una persona importantísima en la organización”, explica Olguín.
La dinámica es simple: Vera hace la introducción, como si estuviera en un avión. Con “Señores pasajeros”, incluido. De hecho, la invitación a la reunión simula un pasaje de aerolínea. Olguín es el guía. Relata los pormenores de cada lugar y su relación con la historia de los hombres de “Hey Jude”, mientras avanza por las calles inglesas como en un city tour. Cada sitio se observa desde varios puntos de vista, aprovechando el Street View. Muestra fotos de la época y su comparación con la actualidad. Luego del viaje, al final, se permiten las preguntas.
Para el 20 de junio está fijado el estreno del tour por Londres. En este se visitan lugares como los estudios Twickenham, donde los Beatles fueron filmados para la película Let it Be; el departamento de John Lennon y Yoko Ono en que también vivió Ringo Starr y luego Jimi Hendrix; plazas y lugares en la ciudad usados para sesiones fotográficas del cuarteto; el edificio de las ex oficinas de Apple en cuya azotea los Beatles tocaron por última vez en directo, el 30 de enero de 1969”.
Además, Olguín anticipa la probabilidad de que a futuro las sesiones cuenten con invitados. “Estoy en conversaciones para visitar el club Casbah y tener de invitado a Pete Best, el primer baterista de los Beatles”.
No al streaming
A diferencia de varios artistas, que han presentado sesiones en línea vía Instagram, Olguín descarta que la banda que lidera desde 31 años siga un camino similar, pese a que no tocan en vivo desde febrero tras presentarse en el Casino de Punta Arenas.
“Esa gente que está dando shows por streaming, lo graban antes. Lo editan, lo arreglan y después lo transmiten. La gracia de Beatlemanía es el vivo, es la historia ahí mismo. Para escuchar las canciones perfectamente ejecutadas sin aplausos, sin gritos, mejor escuchan los discos de los Beatles”.
Sin embargo, afirma que se está evaluando la posibilidad de transmitir la grabación de un show que la banda ofreció en 2019 en la Fundación Cultural de Providencia con ocasión de los 50 años del show en la azotea. “Ese concierto está muy bien grabado porque fue grabado ambiental, con una cámara y un micrófono al aire”.