El final más atípico de la TV en pandemia: The Blacklist y el episodio que completó con animación

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James Spader en el capítulo de The Blacklist realizado con animación. Foto: Sony Pictures Television

Golpeada por la emergencia sanitaria en medio de sus grabaciones, la ficción protagonizada por James Spader emite mañana en Chile el capítulo con el que concluyó su séptima temporada. Un cierre antes de lo planificado, que mezcla las escenas que alcanzaron a rodar con un estilo de animación basado en los cómics de la misma serie e incluso, según sus creadores, inspirado en Batman: Year One.


Decreciente en su sintonía con el paso de cada año, pero renovada para una octava temporada en febrero, The blacklist se encontró un mes después con el golpe que vivieron centenares de producciones en el mundo. La serie de NBC grababa el capítulo 19 de su séptimo ciclo en Nueva York cuando la pandemia canceló los rodajes en Estados Unidos y sus creadores debieron encarar la misma crucial determinación que muchos otros realizadores: ¿terminar la temporada antes, sin llegar a los 22 episodios planificados? ¿Emitir sólo hasta el último capítulo íntegramente realizado?

Los productores de la ficción protagonizada por James Spader optaron por algo inédito y por lo que quizás será recordada más allá de la pandemia. Primero escogieron completar de alguna manera el episodio en cuestión y, una vez resuelto eso, de entre tres opciones apostaron probablemente por la alternativa más compleja: convertir en secuencias animadas la parte del guión que no alcanzó a rodarse.

A contrarreloj, y sin tener experiencia en el mundo de la animación, han reconocido los responsables, se aliaron con el estudio Proof, Inc. y los profesionales de este ubicados en Londres y Atlanta para lograr dar forma definitiva al capítulo que finalmente cerraría la séptima temporada (mañana a las 22 horas por AXN, los anteriores ciclos en Netflix).

Una apuesta hasta ese momento sin precedentes dentro de las series afectadas por la pandemia, y que en su esencia tenía como base a la misma ficción sobre el criminal Raymond “Red” Reddington y la galería de delincuentes que aparecen tras sellar su colaboración con el FBI, que en 2015 vio cómo se lanzaron cómics basados en la historia. Estos, detalló el productor ejecutivo John Eisendrath, sirvieron como “hoja de ruta sobre cómo se podría animar la serie”, mientras que los actores principales, Spader y Megan Boone, registraron sus voces desde sus casas.

A su vez, Jon Bokenkamp, el creador de The blacklist, reconoció que mientras estuvieron sumergidos en el proceso de cinco semanas recurrió a Batman: Year one, el clásico de Frank Miller y David Mazzucchelli, al discutir puntos claves sobre cómo se ejecutaría el plan en la pantalla, consistente en dar vida a la mitad de los 43 minutos que suelen durar los episodios de la serie.

De por sí complejo, el proceso derivó en un híbrido que termina además dialogando con las historietas, sumando recursos visuales que sitúan dónde se está desarrollando la historia o los pensamientos de los personajes.

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De 22 episodios planificados para temporada 7, la serie alcanzó a completar sólo hasta el 19. Foto: Sony Pictures Television

“Creo que el producto final es muy emocionante, pero es difícil saber si es súper emocionante porque es la única vez que lo haremos o porque ofrece una idea de cómo hacer otros episodios como este en el futuro”, señaló Eisendrath a Variety. Aunque se valoró la audacia y el riesgo de sus creadores para torcer la suerte impuesta por la contingencia, la recepción al final despertó críticas dispares.

El único caso similar es el de la comedia One day at a time, que emitió anoche Estados Unidos un capítulo totalmente animado y fuera de su última temporada. Si la apuesta de The blacklist respondía una salvación ante la catástrofe, el caso de la sitcom con Rita Moreno se asemeja más a una vuelta ingeniosa producto del encierro. La creadora Gloria Calderon Kellett tomó como inspiración una idea que pretendía desarrollar más adelante, centrada en las elecciones presidenciales de EE.UU., y logró completar en ocho semanas un episodio animado junto a Smiley Guy, una compañía del rubro instalada en Toronto, y con cada actor registrando sus voces desde el encierro.

Esto a días de que Los Angeles permitiera reanudar los rodajes, y mientras el equipo de esta y otras series busca maneras de retornar a las grabaciones de manera segura. Porque, como dijo Kellett a Vainity Fair, “nadie quiere ser esa persona que haga que Hollywood cierre de nuevo”.

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