Cada mañana, dedica horas a la lecturas de noticias. Eventualmente esta fue una de las herencias de su padre. A mediados de los 90, cuando aún no usaba Internet, Alfredo Jaar estaba suscrito a 79 diarios y revistas del mundo. De ese modo siguió las informaciones que lo condujeron a Ruanda en agosto de 1994, donde registró el genocidio de casi un millón de personas. Con esas imágenes, el artista le dio visibilidad a la tragedia a través de instalaciones silenciosas y conmovedoras. La misma intención guía su nueva obra, que rescata imágenes desoladoras de la pandemia en Nueva York.

Premio Nacional de Arte, nacido en Santiago en 1956, la obra de Alfredo Jaar suele invitar al espectador a reflexionar en torno a conflictos o desastres humanitarios, las desigualdades y exclusiones. Fue lo que hizo en 1987 en Times Square con una instalación audaz, A Logo for America, que exhibía el mapa de Estados Unidos y la leyenda “This is not America”. O en sus trabajos en torno al drama de los refugiados en Europa.

Fosa común en Hart Island, inspira la nueva obra de Jaar.

En las últimos meses, el artista se ha concentrado en su departamento en el Soho. Durante semanas, Jaar observó conmocionado cómo Nueva York se volvía el epicentro de la pandemia. Una imagen lo estremeció particularmente: Hart Island, frente al Bronx, convertida en una gran fosa común para indigentes víctimas del Covid-19. De ella nació una de sus obras más recientes, el video Between the Heavens and Me.

El video muestra a un grupo de reos apilando ataúdes de personas fallecidas producto de la pandemia y cuyos restos no fueron reclamados, en una gran trinchera. La imagen se repite acompañada de la música interpretada en oud por el tunecino Anouar Brahem.

Con el título Pandemia y postpandemia: El rol de la cultura y las artes, el artista conversará virtualmente con la periodista Leila Guerriero, el próximo martes, a las 18.30 en puertodeideas.cl. La conversación servirá de lanzamiento del libro Puerto de Ideas de la A a la Z, que celebra 10 años del festival y recoge ensayos de 29 escritores e intelectuales.

¿De qué modo lo tocó la crisis?

Nos ha tocado muy duro, Nueva York fue el epicentro mundial de la pandemia, fue por meses una de las ciudades más tristes del mundo. Ha sido una oportunidad forzada de parar todo, y reflexionar sobre mi obra, mi práctica, y el estado del mundo. Aún no tengo respuestas, pero sí me queda claro que debemos imperativamente crear nuevos modelos de pensar el mundo. Sigo creyendo, más que nunca, en el poder de la cultura no solo en afectar cambios, sino como constitutiva esencial del desarrollo humano. La cultura es nuestro verdadero capital.

¿Cómo nació su obra Between the Heavens and Me?

Esta obra nació como reacción al descubrir que a pocas millas de mi casa, existe una isla donde entierran a las víctimas mortales de Covid-19 en fosas comunes. Es gente sin casa ni familia, y sus cuerpos son enterrados por prisioneros a quienes se les paga unos pocos centavos por hora. Este hecho me produjo una tristeza infinita, y creé esta obra donde trato de dignificar estas muertes a través de la música y su poder curativo. Es mi segundo video creado en casa bajo confinamiento.

Recientemente, Jaar fue dintinguido con el Premio Internacional Hasselblad de Fotografía, galardón que concede la fundación del mismo nombre, con sede en Suecia. El premio lo han recibido artistas como Daido Moriyama y Robert Frank. La premiación está agendada para octubre y abarca la inauguración de una muestra y la edición de un libro.

A inicios de año, el artista exhibió una selección de trabajos sobre Ruanda en la Goodman Gallery de Londres , muestra que ahora viajará a Ciudad del Cabo.

A mediados de 2019 expuso un letrero de neón en el Festival de Edimburgo, con una cita de Samuel Beckett: “No voy a seguir. Voy a seguir”. Premio de Arte de Hiroshima 2018, el próximo año montará una retrospectiva en el Museo de Arte Contemporáneo local, guiado por una cita de Kenzaburo Oé: “Enséñanos a superar nuestra locura”.

Europa y los migrantes

“Me parece que fue ayer cuando me subí a un gigantesco escenario en Valparaíso a inaugurar esta locura creada por Chantal Signorio. Me temía que aparecieran 10 personas. Recuerdo que habían 1.000 o más. El resto es historia. Puerto de Ideas es una invitación generosa a pensar el mundo, a pensar Chile, es un modelo democrático y generoso para hacer cultura”, dice Jaar, quien ahora aporta la fotografía de portada del libro Puerto de Ideas de la A la Z.

“Esta imagen se titula Buscando a España y es parte de una serie continua de obras en torno a la inmigración que inicié en los años 80 en la frontera México-EEUU”, cuenta. “La fotografía está tomada desde el interior de un antiguo palacio destruido que sirve de refugio a los que deciden dejar Argelia y tratar de llegar a España. El lente de mi cámara está dirigido a la costa española”.

Hace unos años hizo una campaña en Suiza a partir de la fotografía del niño Aylan Kurdi, ahogado en Turquía. ¿Qué repercusión tuvo?

En general la actitud de Europa frente a la inmigración ha sido infame. Mi proyecto se titulaba The Gift (El Regalo) y consistía en repartir 12.000 obras de arte gratuitamente con la ilusión de provocar una toma de conciencia del problema y activar donaciones para asistir a los inmigrantes. Recaudamos un millón de euros, pero aun mas importante, creo que logramos despertar conciencias.