Sea por satisfacer una necesidad, algún embrollo burocrático, o simplemente por dar un giro a la trayectoria artística, hay proyectos musicales que han decidido grabar algunos de sus discos en la intimidad de los hogares, lejos de las presiones y el costoso tiempo de los estudios de grabación. Como si tal vez, hubieran querido demostrar que solo con un equipamiento mínimo se puede hacer buena música.
Bon Iver - For Emma, Forever Ago (2007)
A los 25 años, Justin Vernon era un perdedor. Había sido expulsado de una banda con la que no había ganado mucha notoriedad, terminó con su novia, enfermó de mononucleosis y encima perdió dinero jugando póker en línea. No aguanto más. Tomó sus cosas y se fue a pasar el invierno a la cabaña de su padre, en Wisconsin. Cazó su comida, se enfrentó a un oso y pasó tardes cortando madera a hachazos. Pero al poco tiempo, en la soledad del invierno compuso y grabó nueve temas. Cuando subió el disco a MySpace rápidamente ganó atención por su fibra indie y portales como Pitchfork o Brooklyn Vegan le dedicaron reseñas positivas. Vernon se había quedado en la nieve, pero Bon Iver, nombre sugerido por un amigo, surgió desde el gélido invierno.
The Rolling Stones - Exile on Main St.(1972)
Fue en la humedad de un sótano, en una mansión en el sur de Francia, donde los Rolling Stones dieron forma a uno de sus discos más célebres, Exile on Main.St. Ya tenían experiencia grabando con estudios móviles en la casa de campo de Mick Jagger en Hampsihre. Pero ahora, perseguidos por el fisco inglés por deudas, decidieron dejar el país y se instalaron en una casona con aire a gran casa sureña del Mississippi. En sesiones nocturnas, el grupo grabó su material con invitados como Nicky Hopkins y Gram Parsons. No faltaron problemas; Keith Richards estaba sumido en su adicción a la heorína, Bill Wyman detestó el ambiente del lugar y Mick Jagger solo aparecía de vez en cuando -agregó las voces más tarde-. De todas formas, clásicos como "Tumbling Dice", "Happy", entre otras, permitieron a los Stones cerrar una brillante serie de discos (desde Beggar's Banquet a Sticky Fingers) con la que despidieron los sesentas.
Bob Dylan & The Band - The Basement Tapes (1975)
El invierno boreal de 1967, es un período clave en la trayectoria de Bob Dylan. No solo porque recién se reponía de las secuelas de un accidente en motocicleta que sufrió en julio del año anterior, sino que de alguna forma el suceso lo recluyó en una vida de campo, hogareña, lejos de las noches de bohemia que había frecuentado en su ascenso como estrella del folk. Con el apoyo de su banda de giras, los canadienses The Hawks, el músico comenzó a trabajar una treintena de canciones nuevas en el sótano de la casa de Stoll Road apodada Big Pink -por el color de su fachada-, en la que vivían tres integrantes de la banda. Editado de forma oficial años después, sin mayor interés por parte de Dylan, el material destaca por su sonido crudo y directo, en contraposición con el colorido y las múltiples capas de arreglos que empezaban a surgir precisamente en esa temporada de ascenso de la psicodelia (como el Sgt.Peppers, de los Beatles). Por ello fue una influencia decisiva en el disco debut de los Hawks, rebautizados como The Band, e incluso en trabajos posteriores de fines de los sesentas en que hubo una suerte de revival del sonido más directo de los 50's.
Foo Fighters - Wasting Light (2011)
Tras una serie de discos de poca repercusión -salvo los singles-, Dave Grohl sentía que debía recuperar la fibra directa que había caracterizado el sonido de Foo Fighters en su época de gloria noventera. Con el interés por lo retro ya instalado, decidió grabar Wasting Light en el garaje de su casa en California. No sería todo. Lo harían al viejo estilo, trabajando con cinta análoga, lo que forzó al grupo a someterse a semanas de ensayo. También reclutó al productor Butch Vig -quien estuvo a cargo del esencial Nevermind de Nirvana- y trajo de vuelta a un viejo conocido: el guitarrista Pat Smear. Incluso su exsocio en el trío de Seattle, Krist Novoselic se dio una vuelta por el garaje y grabó una línea de bajo para la canción "I Should Have Known".
Beck - Odelay (1996)
Con su aparición como nueva estrella indie, de la mano del sencillo "Loser", Beck Hansen estaba atrapado en la clásica encrucijada de dar el salto de calidad o quedarse como un one hit wonder. No eran días fáciles: las tragedias personales le habían golpeado y estaba creando un material más oscuro y acústico. Pero al momento de trabajar en casa de los productores The Dust Brothers, el enfoque cambió: canciones más alegres, el uso de samplers, beats de batería y guitarras distorsionadas, tomaron el universo de su primer gran hit y lo expandieron en una placa brillante que dejó canciones como "Devil's Haircut", "Where it's at", "The New Pollution", entre otras. Beck dejaba en claro su capacidad para fusionar estilos sin complejos.
Bruce Springsteen - Nebraska (1982)
Una grabadora Tascam de cuatro pistas, y una guitarra bastaron a Bruce Springsteen para registrar demos caseros de canciones que grabaría junto a E-Street Band. Sin embargo, al escuchar el material, comprendió que su fibra más íntima y personal ameritaban publicarlas como álbum. Nebraska reúne en su mayoría historias de sujetos miserables, o que deben enfrentar desafíos. La canción que da nombre al álbum, por ejemplo, se basa en la historia de Charles Starkweather, quién mató a diez personas a fines de los cincuenta, y fue ejecutado en la silla eléctrica. Según Springsteen, algunas de las historias se inspiraron en el libro La otra historia de los Estados Unidos, de Howard Zinn.