La serie biográfica sobre “El sol de México” reveló al gran público la compleja relación entre el cantante y su padre, el español Luisito Rey (interpretado en la ficción por el catalán Oscar Jaenada), quien manejó su carrera desde su niñez. El ibérico, llamado Luis Gallego García, era un cantante de moderada fama, que no dudó en explotar el talento de su hijo. Controlaba con mano de hierro todos los aspectos de su vida: desde sus rutinas hasta sus primeros romances. Incluso, según afirmó en el programa Bienvenidos de Canal 13, el exdirector del Festival de Viña, Sergio Riesenberg, Luisito le daba cocaína al muchacho para que soportara la exigente agenda de presentaciones. Culpable o no, tras una violenta discusión, rompieron su vínculo profesional y filial. Luis Miguel le pidió al argentino Hugo López que lo representara.

En sus comienzos, la banda californiana era manejada por Murry Wilson, quien era padre de los hermanos Carl, Dennis y Brian, a quienes se les sumaban el primo Mike Love y su amigo Al Jardine. Murry, un músico aficionado, era un padre a la antigua: severo, distante y castigador. Aunque estimuló a sus hijos en su gusto por la música, también los maltrató de manera física y psicológica, especialmente a Brian, a quien le hacía críticas desalentadoras. “La manera en que mi papá me trató fue dura y me volvió un hombre duro”, cuenta en su autobiografía Yo soy Brian Wilson y tú no (Malpaso, 2019). En 1964, Murry fue despedido por el quinteto, a causa de su trato autoritario y sus oscuros manejos financieros. La historia se cuenta en la biopic del músico, Love & Mercy.

Joe, el patriarca del clan Jackson, era un hombre rudo. Fue boxeador, operario industrial y un músico frustrado, que apenas notó el talento de sus hijos mayores Tito, Jackie y Jermaine, comenzó a manejar su carrera. Michael, quien se sumó tiempo después, con los años relató los abusos físicos y psicológicos sufridos por parte de su progenitor, los que incluían golpes, gritos y maltratos. En 2010, tras la muerte del Rey del pop, Joe reconoció a Oprah Winfrey que fue un padre golpeador, pero que no se arrepentía de haberlo hecho. Pese a ello, su hija Janet, siempre le defendió. "Mi padre, mi increíble padre, me impulsó a ser lo mejor que podía ser", dijo en los Premios de Radio Disney Music 2018.

Si hay un momento clave en la vida de la intérprete de “Like a virgin”, es la muerte de su madre cuando ella tenía cinco años. A partir de allí mantuvo una tensa relación con su padre, el ítalo-americano Silvio “Tony” Ciccone, en especial cuando este decidió volver a casarse con otra mujer, Joan, a quien ella no aceptó. Incluso en los días en que la cantante trataba de hacerse un nombre en Nueva York, prefería alimentarse de lo que encontraba en la basura, antes de pedirle ayuda. La canción “Oh, father”, incluida en el disco Like a prayer (1989) habla sobre él: “No puedes lastimarme ahora/Me alejé de ti/Nunca pensé que lo haría”. Sin embargo, con los años se reconciliaron.

A Marin Gaye, leyenda del soul con éxitos como “Pride and Joy”, “Ain’t No Mountain High Enough”, “Let’s get it on”, entre otros, su padre no solo le dio la vida, sino que también se la quitó. En los ochentas, cuando el músico luchaba por reflotar su carrera mientras se hundía en la adicción a las drogas, una discusión acabó con el cantante muerto a balazos. Su progenitor le disparó a quemarropa. Era el capítulo final para una relación que acumuló episodios difíciles: el padre, un predicador conservador e intransigente, era en extremo irascible y prohibía actividades a su hijo, si no le parecían adecuadas. Se dice que este receló de la fama y el reconocimiento de Marvin. Tras matar a su hijo, fue sentenciado a prisión. Murió en 1998.