En una célebre entrevista, en 1988, Isaac Asimov dio muestra de su capacidad para leer el presente y pensar al futuro. A los 68 años, el escritor era una figura mundial. ¿Qué es lo más importante que debería transmitir al pueblo americano?, le preguntó Bill Moyers en el programa Mundo de las Ideas. “Que todos los problemas que enfrentamos ahora, que son realmente importantes para la vida y la muerte, son problemas globales. Que nos afectan a todos por igual”, dijo el escritor. “La capa de ozono, si desaparece, desaparece para todos nosotros. La contaminación en el océano, en la atmósfera, en las aguas subterráneas, es para todos nosotros. La única forma en que podemos mejorar estos problemas, resolverlos, evitar que nos destruyan, es nuevamente una solución global”.

Formado como bioquímico, lector de ciencia ficción desde niño y convertido en uno de los principales autores del género, Asimov era un difusor científico y un intelectual que igualmente opinaba de historia y de religión. En aquella entrevista, habló también de las posibilidades educativas de Internet: “Una vez que tengamos conexiones de computadoras en cada casa, cada una de ellas conectada a enormes bibliotecas, donde cualquier persona pueda hacer preguntas y tener respuestas”, y hacerlo a su ritmo, “entonces todo el mundo disfrutaría aprender”.

Dos años después, el autor de Yo, Robot preparó sus Cuentos completos, en dos volúmenes. Más de 50 años de producción en 1.500 páginas. En el año de su centenario el grupo Penguin Random House relanza la obra del escritor nacido en Rusia, presuntamente, el 2 de enero de 1920 y fallecido en Nueva York en 1992. Comienza en julio y agosto con sus cuentos en DeBolsillo y prosigue a fin de año con los dos tomos de Un viaje alucinante, la novela inspirada en la película homónima de 1966.

La trayectoria literaria de Asimov se inició en las páginas de las revista pulp que leía en el puesto de periódicos de su padre, en Brooklyn. A los 19 años publicó su primer relato en Aostunding, la revista editada por James Campbell, quien se volvió su mentor. En sus conversaciones Asimov concibió las tres leyes de la robótica, que delinearon su universo: “1. Un robot no debe dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño; 2. Un robot debe obedecer las órdenes de los humanos, excepto cuando dichas órdenes estén reñidas con la primera ley, y 3. Un robot debe proteger su propia existencia, mientras su protección no esté reñida ni con la primera ni con la segunda ley”.

Inspirado en La historia de la decadencia y caída del imperio romano de E. Gibbon, en 1941 Asimov delineó una de sus grandes sagas, Fundación: la historia de mil años del fin del Imperio Galáctico, iluminado por la psicohistoria: aquella capaz de vislumbrar e incidir en el futuro.

Integrada por 16 libros, Fundación se convertirá en una gran producción de Apple+ TV, que se estrenará como miniserie en 2021. Ayer di a conocer su primer trailer. Asimov, el hombre que imaginó el futuro, está de regreso.