Como lo han hecho otros importantes festivales en el mundo, desde Tribeca en Nueva York a Visions du Réel en Suiza, el Santiago Festival Internacional de Cine (Sanfic) funcionará este año en modo digital. Es la única salida posible en tiempos de crisis sanitaria y el encuentro de cine más grande del país, llegan este año siete largometrajes a la competencia nacional.
En su versión número 16 la muestra organizada por Fundación CorpArtes y con dirección artística de Carlos Núñez presenta una interesante mezcla de realidad y no ficcíón repartida en tres películas documentales y cuatro de ficción. Algunas de ellas también cruzan nacionalidades, países, territorios y actores, con un singular sello latinoamericanista y al mismo tiempo conectado con la realidad de la calle chilena, desde Quilicura a los cerros de Valparaíso.
“En tiempos sin precedentes, nos inspira la adaptabilidad y la resistencia de la comunidad cinematográfica que trabaja tan duro para hacer sus películas”, comenta Carlos Núñez. Aunque la versión 2020 del Sanfic no pasará por salas por razones obvias, habrá ventajas sustantivas a otro nivel. Al respecto la directora ejecutiva de Fundación CorpArtes, Francisca Florenzano, sostiene: “Por primera vez esta competencia podrá verse en todo el territorio nacional y de forma gratuita, lo que permitirá que muchos más chilenos puedan conocer las películas de nuestros directores y productores”.
De todas las obras presentes hay cinco estrenos mundiales y otros dos son estrenos nacionales. Son los casos de De la noche a la mañana, ya mostrada en el Festival de Mar del Plata 2019, y de Sanguinetti, que estuvo en el Festival Ficunam de Ciudad de México 2020.
Coproducida por Argentina y Chile, De la noche a la mañana es el tercer largometraje del realizador argentino Manuel Ferrari. La ironía y la perplejidad se suceden en la historia de Ignacio (Esteban Menis), un arquitecto atrapado entre la reciente noticia del embarazo de su esposa en Buenos Aires y sus nuevas aventuras en Valparaíso, donde la universidad donde daría sus charlas está en toma por los estudiantes.
Desde Argentina, Ferrari habla de la génesis del filme: “La película es la combinación de dos o tres preguntas: ¿Qué pasa cuando una persona se entera de que de será padre?, ¿Qué pasa si justo luego de que el protagonista sabe que va a ser padre acepta una invitación poco precisa para viajar a último momento a Chile?, ¿Si cuando llega a Chile le llueven oportunidades laborales y hasta amorosas allí?”.
La cinta recibió muy buenas críticas en el país trasandino y entre los actores chilenos están Manuela Martelli y Alejandro Goic. De cierta manera, Valparaíso es el otro gran protagonista de esta historia que Ferrari escribió junto al chileno Rodrigo Muñoz Gálvez.
Sanguinetti, del chileno radicado en México Christian Díaz Pardo es, como el propio director lo ha dicho, un “thriller minimalista” sobre una periodista chilena (Natalia Benvenuto) que investiga crímenes cometidos en dictadura y las conexiones que establece con su padre (Ernesto Benvenuto).
Otra historia de familia es la que establece Las mujeres de mi casa, la primera película de Valentina Reyes (23), egresada de cine de la Universidad del Desarrollo. La protagonizan Grimanesa Jiménez, Trinidad González y Bernardita Nassar como abuela, madre y nieta de una trama que cruza los dramas de la vejez, la responsabilidad de los adultos y las angustias juveniles. “La película nace de mi propia experiencia con mis abuelos”, cuenta Valentina Reyes. “Hay una conexión entre la casa que habitan los protagonistas y que deberá ser vendida y nuestra propia memoria”, sostiene sobre esta historia gestada y filmada en Ñuñoa.
Varios kilómetros más al norte de Santiago transcurre Piola, largometraje de Luis Alejandro Pérez acerca de Martín y Charly, dos jóvenes raperos de Quilicura que patean piedras y respiran incertidumbre. A nivel de documentales, Peter McPhee llega con ¿Hay algo en lugar de nada?, donde le sigue el rastro a un grupo de amigos que buscan la mítica isla Friendship, supuesto territorio habitado por extraterrestres ubicado en la Región de Aysén.
En la Amazonía peruana se desarrolla Viaje vegetal, película de Antonio Fernández sobre una pareja de la etnia shipibo conibo que establece una particular relación con las plantas, apropiándose de sus cualidades medicinales y también psicodélicas. Onkel Günter indaga en un secreto familiar: el director Juan Francisco Riumalló busca correr el tupido velo que cae sobre el hermano mellizo de su abuelo, un aviador alemán desaparecido durante la Segunda Guerra Mundial.