Escuchó la negativa, pero no se iba a dejar amilanar. John Lennon había propuesto al resto de los Beatles lanzar una de sus canciones como un nuevo sencillo, pero estos se mostraron reacios. Se trataba de “Revolution 1”, un blues lento y con sonidos extraños, que grabaron en las primeras sesiones del que acabó siendo el White album. En los oídos siempre afilados para el pop exitoso, el resto del grupo consideró que no era la mejor opción.
"Cuando George y Paul y todos estaban de vacaciones, hice 'Revolution', que está en el LP y 'Revolution #9'. Quería ponerlo como single, lo tenía todo preparado, pero dijeron que no era lo suficientemente bueno", contó el músico a la revista Rolling Stone en 1970.
Pero quizás había algo más. La canción nació en la India, durante el período en que los fab four tomaron un curso de meditación con el Maharishi Mahesh Yogui en la localidad de Rishikesh. Entre las montañas, los porros de marihuana y las charlas, Lennon volvió sobre una idea que venía masticando desde un tiempo. Se trataba de escribir un sencillo más político. Algo que mostrase la fibra más ciudadana del grupo, en tiempos en que los afroamericanos pelearon por los derechos civiles y las bombas de napalm caían sobre la selva de Vietnam.
“Quería hablar sobre la revolución. Me parecía que ya iba siendo hora de hablar sobre ello y que además debíamos romper el silencio respecto a la guerra de Vietnam”, relata en la misma entrevista citada. “Todavía tenía este sentimiento de ‘Dios nos salvará’ al respecto, que todo va a estar bien. Por eso lo hice: quería hablar, quería decir mi artículo sobre la revolución. Quería decirte a ti, o a quien escuche, que te comuniques, que digas ’¿Qué dices? Esto es lo que digo”.
Una línea del texto resultó especialmente llamativa: “But when you talk about destruction/Don’t you know that you can count me out”, lo que se interpretó como el rechazo del beatle a la violencia. Sin embargo, en la versión incluida en el Álbum blanco, agrega la palabra “in” dando a entender su aprobación. El compositor explicó esa ambigüedad en la entrevista. “En una versión dije: ‘Cuenta conmigo’ sobre la violencia, pues no estaba seguro. Pero la versión que lanzamos decía ‘no cuentes conmigo’, porque no me gusta que ocurra una revolución violenta en todas partes”, aclara.
Como sea, se trató de un momento fundacional para Lennon. Tras años sin emitir mayores comentarios sobre la actualidad, a instancias de Brian Epstein, la composición fue el primer paso de una era más política, que se extendió hasta 1972, en la que compuso canciones muy cargadas hacia la contingencia social. Eran días en que participó en manifestaciones y apoyó algunos grupos políticos. Por ello, es que compuso algunos temas como “I don’t wanna be a soldier mama”, “Power to the People”, “John Sinclair”, entre varias otras, en que el músico derechamente se transforma en un comentarista con voz propia.
La primera versión del tema, esa que no les gustó a los otros Beatles como single, se grabó entre el 30 de mayo y el 4 de junio. Por esos días, John llevó al estudio a su nueva novia, la japonesa Yoko Ono, a quien sentó junto a él en la sala de grabación, lo que generó incomodidad en el resto de la banda. “Nadie se había entrometido hasta ese punto en las sesiones de los Beatles -relata el ingeniero de grabación Geoff Emerick, en el texto El sonido de los Beatles-. Y las gélidas miradas de Paul, George y Ringo indicaban que no les gustaba en lo más mínimo”.
Number nine
Para 1968, John era un renacido. Su energía de cara al Álbum Blanco se la debe en buena parte a Yoko. Ambos se conocieron en noviembre de 1966 en una exposición de la artista en la Galería Indica de Londres, mientras ambos estaban casados con otras parejas. Para mayo del 68′ ya eran amantes y habían sido sorprendidos por Cynthia, la esposa de Lennon, en la cama matrimonial. Pero lo suyo no era tan solo una relación afectiva, sino que también una colaboración artística.
Ono había desarrollado una carrera en Nueva York, donde realizó algunas performances como Cut Piece –en la que entregaba tijeras al público para que cortaran su ropa-. Ella introdujo a su nueva pareja en técnicas artísticas y la música concreta. Ese fue el origen de "Revolution 9".
La pieza, famosa por la frase “number nine” (parodiada por los Simpson) que se repite en varios momentos, se trató de un collage sonoro en que se mezclaron fragmentos de música, risas, voces, entre otros. Se usaron algunos trucos de estudio como paneos o reproducciones al revés. Según cuenta Emerick, al momento de secuenciar el White Album, hubo una dura pelea entre Lennon y McCartney pues este se oponía a la inclusión de la extraña creación en el disco. Simplemente, para él, no era música de los Beatles.
“Tenía alrededor de 30 loops, los puse en una pista básica -le contó el autor del tema a Rolling Stone-. Iba a buscar cintas de música clásica, subía las escaleras y las cortaba, haciéndolas al revés y cosas así, para obtener los efectos de sonido. Una cosa fue la voz de prueba de un ingeniero que decía: ‘Esta es la serie de pruebas EMI número nueve’. Simplemente corté todo lo que dijo”.
Por otra parte, hubo algo que resonó al momento de elegir la frase del “number nine”: el interés de Lennon por ciertos temas del espiritismo. Para él se trataba de una cifra que se relacionaba con algunos eventos de su vida. “Nueve resultó ser mi cumpleaños y mi número de la suerte y todo. No me di cuenta: era tan gracioso la voz que decía ‘número nueve’; era como una broma, traer el número nueve todo el tiempo, eso era todo”.
Dicho track tuvo un antecedente inmediato. La noche del 19 de mayo en el ático de su mansión de Kenwood, John y Yoko grabaron el álbum experimental Two Virgins –famoso por el desnudo de sus creadores en la portada- en que desarrollaron el mismo concepto de música abstracta, con uso de loops, gritos, acordes disonantes y sonidos de la naturaleza.
“Tenía esta sala llena de diferentes cintas donde escribía y hacía loops extraños y cosas así para las cosas de los Beatles -recuerda Lennon-. Entonces grabamos una cinta toda la noche. Ella estaba haciendo sus voces divertidas y yo estaba presionando todos los botones de mi grabadora y obteniendo efectos de sonido. Y luego, cuando salió el sol, hicimos el amor y eso fue Two Virgins. Esa fue la primera vez”.
Por ello, cuando Lennon presentó “Revolution”, sospechó que quizás había algo más tras el rechazo de sus compañeros. Acaso, sus nuevos intereses y la sociedad creativa con Yoko, molestaba a los demás. Al fin y al cabo, desde la grabación de Sgt.Pepper’s Lonely Hearts Club Band, era Paul quien había tomado el control creativo y comercial del grupo sin el contrapeso de un Lennon sumido en las drogas y un matrimonio, con Cynthia Powell, cada vez más anodino. Pero eso estaba quedando atrás.
El músico lo tenía claro. “El hecho de que estuvieran enojados por todo el asunto de Yoko y que yo me hubiera vuelto tan creativo y dominante como en los primeros días después de unos años improductivos, hizo que echaran todo a perder. Estaba despierto de nuevo y ellos no estaban acostumbrados”.
A todo volumen
Tras grabar las dos primeras versiones de “Revolution”, su autor encontró una solución para lanzarla como sencillo sin problemas. Recurrió a su gusto por el viejo rock and roll, que tanto lo entusiasmó en su adolescencia. Por ello, volvieron a registrar el tema, esta vez a un tempo más acelerado y con sonido de guitarras distorsionadas hasta el extremo, como una protesta bulliciosa y explosiva. No estaba dispuesto a ceder en su empeño.
El derrumbe de su matrimonio, las noches enganchado con heroína y el rechazo indisimulado de sus camaradas hacia su nueva pareja, le parecieron a Lennon motivos suficientes para lanzar tal cantidad de ruido. Por ello, no fue extraño que por esos días, especialmente tensos, optara por sonidos igualmente crudos en canciones como “Everybody’s got something to hide except me and my monkey” o “Happiness is a warm gun”. Su rabia, sonaba a todo volumen.
El 9 de julio comenzaron los ensayos de la nueva versión. Geoff Emerick detalla en su libro ya mencionado que el compositor de “Nowhere Man” estaba de particular mal humor y no paraba de exigir que su guitarra sonara cada vez más sucia. Buscaba que su Epiphone Casino rugiera desde el amplificador Fender. El ingeniero relata la forma en que lo consiguió. “Como ninguna sobrecarga del preamplificador del micro le parecía demasiado buena, decidí sobrecargar dos de ellos empalmados uno al otro”, cuenta.
Entre el 10 y el 12 de julio, los fab four grabaron 16 tomas de pista base. Lennon cantó acostado de espalda en el piso del estudio, por probar. Las pistas de batería de Ringo Starr fueron comprimidas para darles mayor contundencia, como en el golpe inicial, que a su vez es una suerte de homenaje a las canciones de Chuck Berry. Por otro lado, el piano eléctrico fue interpretado por el sesionista Nicky Hopkins, un músico brillante, quien trabajó con bandas como The Rolling Stones, The Kinks, The Who, entre otros. Esta grabación fue la que se incluyó en el single.
El filme promocional se registró en Twickenham Studios el 4 de septiembre y fue dirigido por Michael Lindsay-Hogg, quien antes estuvo a cargo de los clips de "Paperback writer" y "Rain". Lennon le pidió que hiciera un close-up cuando cantara la línea "but if you go carrying pictures of chairman Mao". Aunque tocaron sobre un backing track, la voz de John y los coros de Paul y George se grabaron en vivo, por ello es McCartney quien hace el grito inicial, a diferencia del disco, donde lo hace su mismo compositor.
Hay algunas versiones del tema como la de Nina Simone, grabada un año después y que logra sonar como una creación diferente. También está la de Stone Temple Pilots registrada en 2001 como parte de un evento homenaje al beatle asesinado titulado Come Together: A Night for John Lennon’s Words And Music, que es más fiel a la versión distorsionada del sencillo de 45′‘. Lennon, lo consiguió. Compuso nada menos que un himno.