En su libro Recado confidencial a los chilenos, Elicura Chihuailaf escribió: “Conversemos, les pido”. El poeta de Quechurewe ha buscado un diálogo con la sociedad chilena a través de su obra. A fines de julio, con motivo de su nominación al Premio Nacional de Literatura, decía a La Tercera: “Lo recibo como una posibilidad de apertura de una ventana, que pueda mostrar que hay una hermosa cultura que está girando en las ciudades de Chile. Obtener el premio sería eso: pensar que Chile comience a ser un país más justo, donde se abra una puerta a la conversación”.
Nacido en 1952, autor de poemarios como De sueños azules y contrasueños, Elicura Chihauilaf se convirtió hoy en el primer poeta mapuche en recibir el Premio Nacional de Literatura.
El jurado lo integraron la ministra de Cultura, Consuelo Valdés; la escritora Diamela Eltit, como última premiada; María Eugenia Góngora, representante de la Academia Chilena de la Lengua; la ensayista Adriana Valdés y la poeta mapuche María Isabel Lara Millapán, nominadas por el Consejo de la Cultura; el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vidaldi, y el rector de la UMCE, Jaime Espinosa, representante del Consejo de Rectores.
El poeta recibió la noticia en Asturias, España, donde se encuentra desde marzo, esperando el momento para regresar a su tierra. Tras cumplir actividades literarias en Francia y España, y cuando se aprestaba a viajar a la bienal de Sidney, en Australia, la pandemia lo alcanzó en Madrid. Pasó el momento más crítico de la emergencia en Barcelona, y desde fines de mayo se encuentra a las afueras de Oviedo.
Presentado al premio por la Universidad de La Frontera, Elicura Chihuailaf triunfó en su tercera postulación. El galardón, el más importante que entrega el Estado a los escritores, tenía entre sus nominados a poetas como Rosabetty Muñoz, Elvira Hernández, Carmen Berenguer, Claudio Bertoni y Tomás Harris, entre otros.
La candidatura del poeta mapuche logró amplia adhesión de artistas, académicos, músicos y escritores. En una carta de apoyo, ellos afirman que “sus libros y su activismo cultural y a favor de la biodiversidad, abren cada día caminos y posibilidades para otras formas de imaginar nuestras vidas, en una época de profunda crisis civilizatoria”.
Nacido en la comunidad de Quechurewe, en la precordillera de la IX Región, Elicura Chihuailaf creció escuchando los cuentos de su abuela en mapudungún. Hijo de maestros rurales, con su familia aprendió que los árboles y los pájaros, el viento y la lluvia hablan. Junto al fogón escuchó las canciones y las adivinanzas de su gente. De ese modo se conectó con la poesía, y cuando viajó al internado de Temuco, en la adolescencia, comenzó a escribir. “Tenía 15 años. Empecé a escribir por nostalgia, mirando los castaños de la avenida Balmaceda, la llovizna, ni siquiera pensando en los libros”, dice.
Hoy, Elicura Chihuailaf (1952) es autor de una destacada obra poética, reconocida con numerosas distinciones y traducida al francés, inglés e italiano, entre otras lenguas. A través de poemarios, así como del ensayo Recado confidencial a los chilenos y las memorias La vida es una nube azul, el poeta ha dado voz a la memoria de sus ancestros y abrió también un diálogo con la sociedad chilena.
El poeta y Premio Nacional de Literatura, Raúl Zurita, aplaudió su premiación: “Felicito desde el fondo del alma a mi hermano Elikura Chihuailaf, con él se ha premiado a un gran poeta, al autor de Recado confidencial a los chilenos, que implica además el primer reconocimiento que el Estado de Chile le hace a la cultura de un extraordinario pueblo, el pueblo mapuche, al que le debemos tanto y del que tenemos tanto que aprender. Quisiera además felicitar a los otros y las otras postulantes, todos notables poetas, que demuestran la enorme variedad y riqueza de la poesía que continúa escribiéndose en este territorio”.
Zurita agregó: “Así se hace urgente volver a la anualidad de este premio para aminorar así, en parte, las postergaciones lamentables que en cada ocasión se producen.”