El gran Lebowski
Desde su estreno en 1998, con críticas muy dispares, la película de los hermanos Coen se ha hecho de un nombre hasta nuestros días porque siempre genera una conversación. Es un filme cuya trama, estructurada sobre episodios, es muy particular. Además cuenta con un protagonista, Jeffrey Lebowski (Jeff Bridges), que genera fascinación y conecta muy fácil con la audiencia (tanto que incluso originó un culto en torno a su figura). El resto es producto de la extraña, pero efectiva, mezcla de situaciones en que figuran un secuestro, una alfombra orinada y tardes en un bowling.
Una pareja de idiotas
Dos perdedores desempleados y de pocas luces (Jim Carrey y Jeff Daniels) se ven involucrados en una trama de secuestros y chantajes de alto nivel, a la que se enfrentarán con absoluta torpeza y muy poco sentido común. Es la clásica historia absurda en que se pone a prueba a los sujetos, sin que estos alcancen a comprender del todo lo que ocurre. Pero es una buena oportunidad para ver a Carrey hacer sus clásicas morisquetas cada tres o cuatro tomas. La película, estrenada en 1994, tuvo tal éxito que derivó en una serie animada, una precuela y hasta una secuela filmada 20 años después (también disponible en Netflix), en que sus protagonistas mantienen la estupidez intacta.
El dictador
La república norafricana de Wadiya es gobernada con puño de hierro por el líder supremo, almirante general Haffaz Aladeen (el siempre cómico Sacha Baron Cohen), un sujeto misógino, homofóbico y abiertamente hostil a occidente (a medio camino entre Muamar Gadafi y Saddam Hussein). Un sorpresivo conflicto con EE.UU (para variar, por petróleo) lo llevará hasta Nueva York, donde su vida tendrá un giro radical; perderá su posición de poder y luchará por recuperarlo viviendo como un inmigrante más de la Gran Manzana. Pero también, será un viaje que pondrá en juego sus convicciones y prejuicios más profundos.
Loca academia de policía
Una película que originó nada menos que siete secuelas y una serie animada, pero que en su primera entrega de 1984 sorprendió por lo disparatada. En una época en que las series policiales estaban en auge, la historia de un particular grupo de aspirantes a policía ofreció una arista diferente a la que dominaba en las taquillas. Así, en el grupo figuraban sujetos tan dispares como el rebelde Carey Mahoney; la seria y responsable Karen Thompson (una joven Kim Cattrall mucho antes de Sex & the city); el fanático de las armas Eugene Tackleberry; y Larvell Jones, un sujeto con un talento descomunal para imitar sonidos con su voz. Todos, unos palurdos que no responden al estándar convencional, se las arreglarán para sortear varias dificultades propias de la experiencia policial.
Los caballeros de la mesa cuadrada
Una parodia de la leyenda medieval del rey Arturo y la búsqueda del Santo Grial, es la que articula el clásico grupo cómico inglés Monty Python en esta película de 91 minutos, estrenada en 1975. Se trata de un filme trabajado sobre la base del absurdo y una crítica velada al mundo moderno a partir de los códigos de la comedia; así pasan las diferencias de clases, la ambición y otras situaciones de las que se ríen los cómicos, mientras intentan obtener la preciosa reliquia sorteando la resistencia de enemigos como un grupo de soldados groseros, brujas y hasta un conejo carnívoro.
Perfectos desconocidos
En su texto The comedic base of black comedy, el guionista y cineasta Stephen Conrad, establece que la comedia negra es una forma de hacer humor basada en “el sufrimiento o en la transgresión de tabúes relacionados a temas sagrados serios”. Por ello, Perfectos desconocidos (2017), la adaptación española de Álex de la Iglesia, para el filme italiano original de Paolo Genovese, es un buen ejemplo del género. En este caso, temas como las relaciones de pareja, la fidelidad, la lealtad y la hipocresía se desgranan en el escrupuloso juego de un grupo de siete amigos que decide leer en voz alta los mensajes que les llegan a sus teléfonos. Basta que llegue el primero para que todo se enrede y se den cuenta que no se conocían como lo pensaban.
La Máscara
La película de 1994 que consagró a Jim Carrey como el nombre ineludible de la comedia en los 90′s y posicionó a Cameron Díaz en la industria cinematográfica, es una adaptación de un cómic creado por Mike Richardson. Se trata de la clásica historia de un chico tímido y lerdo, Stanley Ipkiss, quien gracias a una misteriosa máscara antigua, desarrolla una versión desinhibida y chillona de sí mismo que puede modificar la realidad a su antojo. Pero debe enfrentar a un criminal que desea arrebatarle su nuevo poder. El filme homenajeó a los dibujos animados en sus efectos especiales, por los que estuvo nominada al Oscar, aunque perdió frente a Forrest Gump.
La peor noche de mi vida
Con una sentencia como título, esta película de Steven Brill (The Weekend, Sandy Wexler) con Elizabeth Banks en el rol principal, ofrece una vuelta más sobre la clásica historia de las consecuencias inesperadas de una noche de borrachera. Sin proponérselo, una presentadora de televisión será la protagonista de una serie de enredos y malentendidos que para su pesar, atraerán la atención de los medios sobre ella, volviéndola la protagonista de una fantástica historia policial, agrandada por el morbo. Una historia liviana, pero que desliza ciertas críticas a la manera en que se construyen las noticias en una era de hiperconexión.
Bean: el nombre del desastre
El torpe e ingenuo Mr.Bean (Rowan Atkinson) es el protagonista de este largometraje, basado en la serie de televisión del mismo nombre. La trama lo lleva en un viaje de negocios desde Londres a EE.UU para presentar una valiosa pintura, en la que sumará un montón de incidentes y malentendidos provocados por su absoluta ineptitud. Pese a todo, logrará revertir su mala suerte y será un inesperado héroe. La cinta fue un éxito y posicionó al personaje en la cultura pop de tal manera que hasta ha sido parodiado en los Simpson y Family Guy.
Un papá genial
Hay un nicho que Adam Sandler ha explotado con insistencia; las comedias románticas. Aunque en ese tópico protagonizó varios títulos (Just go with it, 50 primeras citas, El chico ideal) que solo fueron fracasos de taquilla y crítica, hay una cinta que al menos, consiguió buena recaudación. En la película Un papá genial (1999), el insoportable Sandler interpreta a un treintón irresponsable, algo infantil y egoísta, que para intentar hacerse valer ante su novia, adopta a un niño. Y desde ese punto, la historia trata de cómo ese perfecto patán debe caminar hacia la madurez a marchas forzadas.