Aquella vieja copia sin sonido encontrada en las bodegas de un cine en el centro de Santiago podrá renacer en una nueva vida digital dentro de una semana y media para todo el país. El tango del viudo (1967), la primera y desconocida película de Raúl Ruiz, se estrenará en el próximo 27 Festival de Cine de Valdivia, que en esta ocasión tendrá una versión digital y gratuita (en ficvaldivia.cl), siguiendo la pauta de los encuentros cinematográficos en pandemia.
La cinta, cuyo título completo es El tango del viudo y su espejo deformante, es en rigor una reconstrucción de la cineasta Valeria Sarmiento a partir del material filmado por Ruiz a los 25 años. Por eso, tal como sucedió en su estreno mundial en el Festival de Berlín 2020, el filme está firmado por ambos.
Valeria Sarmiento, viuda y ex montajista del gran cineasta chileno de Tres tristes tigres, trabajó junto a la productora Poetastros en la reestructuración de la cinta protagonizada por Rubén Sotoconil, Shenda Román y Delfina Guzmán. La historia, filmada en el propio departamento de Raúl Ruiz de calle Huelén (Providencia) y en otros sectores de Santiago, persigue el destino surreal de un reciente viudo al que se le aparece el fantasma de su propia esposa. A la película se le debió crear un nuevo doblaje ante la ausencia de sonido de la copia original.
Sin duda, El tango del viudo y su espejo deformante será toda una experiencia en la inauguración del Festival de Valdivia online, que en esa misma velada dará Correspondencia, mediometraje epistolar dirigido por la directora local Dominga Sotomayor (Tarde para morir joven) y la española Carla Simón (Verano 1993) sobre historias personales y episodios familiares de ambas.
Además el director chileno Cristián Sánchez, habitual del festival de la Región de los Ríos, estrenará nada menos que sus dos nuevas películas: Date una vuelta en el aire y La promesa del retorno. La última vez que Sánchez estuvo en el festival fue hace 11 años con Tiempos malos, historia santiaguina ambientada entre pequeños mafiosos y bailarinas de boite. Con sus dos nuevos largometrajes, Date una vuelta en el aire y La promesa del retorno, Sánchez cerrará esta edición del Festival de Valdivia.
Streaming de maestros
La directora argentina Lucrecia Martel, el realizador japonés Sion Sono y el crítico australiano Adrian Martin son tan veteranos y apreciados en Valdivia como Cristián Sánchez. También han estado presentes festivales anteriores y en esta ocasión regresan en streaming con sus respectivas masterclass.
La cineasta transandina acaba de ser premiada en el último Festival de Locarno (Suiza) por su película en desarrollo Chocobar y aún resuenan entre los cinéfilos los ecos de Zama (2017), elegida el año pasado como la mejor cinta de la última década en una votación del Festival de Toronto.
Sion Sono, cineasta rupturista y prolífico, es responsable de casi 50 películas en menos de 40 años de actividad y nunca ha dejado a nadie indiferente. Autor de filmes como Suicide club (2001), Sono ha privilegiado en general historias que involucran a adolescentes en situaciones violentas. Dos de sus últimas creaciones son la película El bosque sangriento (2019), disponible en Netflix, y la serie Tokyo Vampire Hotel (2017), parte del catálogo de Amazon Prime.
Por último, el crítico de cine australiano Adrian Martin es un sagaz estudioso de la obra de Raúl Ruiz y normalmente escribe para las publicaciones De Filmkrant y Caimán: Cuadernos de cine.
Como siempre, el Festival de Valdivia será una ventana para el cine chileno más reciente, con seis cintas en la competencia de largometrajes nacionales y dos en la competencia de filmes internacionales. Estos últimos son El otro, documental de Francisco Bermejo premiado en el último Festival Visions du Réel (Suiza), y Cartas de una fanática de Whistler a un fanático de Conrad, de Claudia Carreño Gajardo.
En la sección Gala destacan los últimos elogiados largometrajes del rumano Radu Jude (Uppercase print), el argentino Matías Piñeiro (Isabella) o el mexicano Nicolás Pereda (Fauna), estrenados recientemente en Berlín y Toronto, recién salidos del horno creativo.