Transcurrido un semestre de pandemia, arte y entretenimiento son las actividades más afectadas por la caída del empleo en Chile. En agosto, un estudio de la U. Católica reveló que el sector exhibe la tasa de cesantía más alta de todas las actividades económicas del país, empinándose por sobre el 44,5%.
De acuerdo con estudios del Observatorio Digital de Música Chilena, más del 90% de los espectáculos han debido suspenderse, y cerca de un 80% de las empresas del rubro declaran arriesgar despidos o quiebra durante los próximos meses.
Ante un horizonte incierto y, en el caso de la música en vivo, la posibilidad de reactivarse recién a finales de 2021, los Gremios Musicales chilenos emplazaron esta semana al Ministerio de las Culturas con una serie de medidas, incluyendo la ejecución del total de los fondos para programas de emergencia y la creación de una mesa conjunta entre Cultura y Salud, “para que se desarrollen políticas seguras y razonables de reactivación y reapertura”.
En medio de un panorama desolador, sin espectáculos ni shows masivos, Culto consultó a un puñado de asiduos a la música en vivo sobre aquel concierto que los influenció o el que los marcó para siempre. Lo siguiente es el recuerdo musical de distintas generaciones y miradas en voz de 51 protagonistas.
Álvaro Henríquez, cantante y compositor de Los Tres
—El primer concierto que se me viene a la cabeza es el de Kula Shaker (Irving Plaza, 1997) en el Irving Plaza en Nueva York. Fuimos, Joe Blaney y yo, a ese concierto. Era la gira de su primer disco, K, y la banda en vivo era fenomenal, muy impresionante. La banda en su mejor momento, con Joe quedamos pasmados con la energía y las tremendas canciones. Muy buenos músicos todos, recuerdo que el tecladista se subía a un órgano Hammond de mueble y lo movía. Increíble concierto. Luego estaría el de Temples (Cerro Bellavista, 2015) en la Oz en Santiago, con su primer disco también, pero esa es otra historia.
Eduardo Parra, músico y fundador de Los Jaivas
—Recuerdo que fue un concierto que dio Bruce Springsteen (La Courneuve, 1985) en el Parque de la Courneuve en la Región parisina. A mi hija mayor, que en aquel tiempo tenía 12 años, le encantaba Bruce Springsteen y me pidió que la llevara. Para mí iba a ser una experiencia muy nueva porque rara vez yo había asistido a un concierto que no fueran los míos propios o, en ciertos casos, a uno de los tantos festivales donde actuamos en Europa. Para mí la experiencia fue sin igual y doblemente contento por el placer de encontrarme en un gran concierto de rock, la gira “Born in the U.S.A.”, y nada menos que junto a mi hija mayor, que lo único que deseaba era estar ahí en ese momento. A mí siempre me han gustado mucho las reuniones multitudinarias porque su furor hace vibrar fibras muy íntimas de mi cuerpo, removiendo estratos de mi alma y estados profundos de mi espíritu. Quizá fui el más eufórico y entusiasmado entre mi hija y yo. Recuerdo que la emoción fue tanta que, pese a la multitud, yo mismo llevé a mi hija hasta el borde del escenario —hay que pensar que pese a todo, en esos años todavía existía una cierta flexibilidad para acercarse al escenario que curiosamente no era tan elevado—. Dentro de mi euforia y gozando de lo que verdaderamente para mí significaba un concierto de rock de aquellos años y en un acto de heroísmo, toqué las botas de Bruce Springsteen.
Sergio “Tilo” González, baterista y compositor de Congreso
—Son dos, con características muy similares: aire libre, verano, atardecer, luna hermosa, buena compañía… y por supuesto buena música, buenos músicos y un sonido impecable. Primer concierto de Pat Metheny (Court Central Estadio Nacional, 1987) en Chile en el Court Central, y Richard Bona (Providencia Jazz, 2010) en el Parque de las Esculturas.
Javiera Mena, cantautora
—Uno de los conciertos que recuerdo con más ilusión y más alegría e intensidad fue ver a Björk (Teatro Monumental, 1998) en el año 98. Yo era una teenager, preteenager, tenía 13 años como mucho, y fui ahí. Me acuerdo que llegué muy temprano, estuve en primera fila, en primera línea viendo a Björk. Me acuerdo de su cara, su maquillaje, tenía la frente blanca, un sexteto de cuerdas, músico electrónico y fue mágico. Quedé como un mes totalmente en una nube de Björk. Me acuerdo que tocó “Hyperballad”. Tocó —bueno, para mí—, los mejores discos de Björk. Y la vi en ese año. Me siento muy orgullosa y siempre lo digo, porque no todos estuvieron en ese concierto: yo fui una de las personas que estuvo ahí en primera fila.
Álex Anwandter, cantautor
—El de Juan Gabriel (Movistar Arena, 2014) en el Movistar. Es rara la oportunidad de ver a alguien que, además de ser un compositor genial, fue uno de los performers más impresionantes que han existido. A pesar de no estar en su peak, me impactó su capacidad vocal y cómo mantuvo al público —a mí incluido— completamente absortos por casi tres horas.
Mauricio Durán, músico y compositor de Los Bunkers, Lanza Internacional y Pillanes
—No sé cuál es el mejor, pero el más importante para mí es haber visto a Los Prisioneros (Feria Internacional de la Región del Biobío, 1987), en enero del 87, en la FERBIO. Para mi hermano supongo que también, él tenía cinco años, yo tenía diez. Básicamente, porque es un concierto que nos atravesó como personas, nos dejó una luz palpitante hasta el día de hoy. Es un concierto, un momento determinante en la vida, el momento en que comienzas o creo yo que comenzamos a ser quienes somos ahora. Lo veo como el punto de inicio en términos musicales. Sin dudas es el más importante, haberlos visto a ellos, a esa edad, y sentirnos parte de un todo, de un conjunto de personas, de un colectivo. Sentir que éramos parte de algo, más allá de un gusto personal, sino que éramos parte de una masa popular vibrante, que era una situación que no habíamos vivido nunca. Por ejemplo, habíamos ido al estadio a ver partidos de fútbol pero por alguna razón no habíamos conectado con eso, con sentirte parte de un todo. Y ese concierto de Los Prisioneros sí fue un generoso impacto, en mí al menos. Lo escojo por sobre cualquiera.
Cecilia, cantautora
—El mejor concierto que yo he visto fue el de un artistazo que es Tom Jones (Sydney Opera House, 1985), en el Opera House, en Sydney. ¡Es maravilloso, lo disfruté a todo dar! No tengo palabras que decir para ese punto tan positivo en mi vida. Fue un sueño para mí. ¡Excelente! La voz de Tom Jones es increíble. Los músicos y el show que hace son extraordinarios. ¡La presencia escénica que tiene ese hombre! Es maravilloso.
Miguel Tapia, baterista de Los Prisioneros
—Yo no he ido a muchos estos últimos años, pero fui a ver Depeche Mode (Estadio Nacional, 2018) y me pareció la raja porque es una de mis bandas predilectas de toda la vida, desde la juventud prácticamente. Pero prefiero hacerte un comentario de Rammstein (Estadio Santa Laura, 2016), que vino al Santa Laura el año 2016. Fui a ese concierto. Rammstein es una de mis bandas favoritas, me encantan, hace muchos años los descubrí. Son poderosos, me gusta ese rock un poco electrónico, también un poco industrial y me gustó ese concierto por lo que traían estos tipos. Su escenografía era espectacular, sus juegos de luces eran increíbles. Yo entiendo que el vocalista es el que maneja el tema de la pirotecnia que tienen los Rammstein, que es muy típico de ellos. Acá en Chile era impactante cuando hacían esos efectos con fuego y se sentía el calor que bajaba desde una torre gigantesca que estaba al centro del estadio. Cuando se encendía ese fuego se sentía todo abajo. Era muy power el concierto y todo lo que tenía que ver con las imágenes y las luces. Súper bueno. Buen concierto, buena banda, la iría a ver de nuevo de todas maneras. Son de esas bandas que me las repito. Rammstein.
Juan Gronemeyer, percusionista de La Floripondio y fundador de Chico Trujillo
—Han sido varios, pero uno muy especial fue el del grupo holandés Flairck (Quinta Vergara, 2014). En los 90. Creo que fui con mi gran amigo quilpueíno, Alejandro Jofré. Fue especial porque desperté en la mañana del día del concierto y me puse unos tapones en los oídos. Bien herméticos. Durante todo el día los tuve puestos, ¡no escuchaba prácticamente nada! Al momento justo de comenzar el concierto, cuando la violinista tomó su arco y lo acercó a las cuerdas, me saqué los tapones. Escuchaba el frotar del arco sobre las cuerdas de sobremanera... todo de sobremanera. ¡Alucinante!
Lenwa Dura, MC de Tiro de Gracia
—Yo creo que fue el de Beastie Boys (Teatro Monumental, 1995) en el Caupolicán, porque fue mi primer show internacional al que fui, y después los teloneamos a ellos. Fue caótico porque había público rap mezclado con rock y punk. Porque el público de Beastie Boys era más amplio. Nosotros estábamos creando las maquetas de Ser humano (...) Hay algo suyo en los primeros demos de Tiro de Gracia, aunque mi influencia es Public Enemy.
Colombina Parra, voz y compositora de Los Ex!
—Los Jaivas (Teatro Caupolicán, 1981). Año 79 o por ahí, en el Caupolicán, recién llegados a Chile. Me impactaron tanto, que fue lo que decidió mi vida como músico. Tenía 9 años.
Germaín de la Fuente, voz de Los Ángeles Negros
—A Tom Jones (Teatro Caupolicán, 2016), la última vez que estuvo en el Caupolicán. Maravilloso. Envidiable. Un acompañamiento musical que ya quisiera tener yo, insuperable y el artista cantó todo lo más conocido de manera excepcional. Los músicos no leían la música, solo interpretaban. Lo importante fue lo que a mí me gusta: la música. No había ninguna imagen, era escuchar a un gran cantante y una banda fuera de serie, que de hecho no necesitaba nada más.
Pablo Chill-E, cantante y productor
—El concierto del Polimá Westcoast (Lollapalooza Chile, 2019) en el Lollapalooza 2019, porque me impactó la evolución que tuvo el Polimá, desde que empezó hasta que llegó al Lollapalooza y fue emocionante ver lo que se produjo entre el Polimá y la gente. Fue muy emocionante.
Camila Moreno, cantautora
—El de Rosalía (Lollapalooza Chile, 2019) en Lollapalooza, el año pasado, fue increíble. La intimidad que generó con el público, la intensidad. El show era perfecto y me pareció superior a muchos de alta talla, no le encontré defectos, fue muy lindo.
Horacio “Loro” Salinas, fundador y director musical de Inti-Illimani Histórico
—El último concierto en vivo, que yo recuerdo a menudo, fue el año 1981 en Roma, que fui con mi mujer a ver a Ray Charles (Teatro Tendastrisce, 1981). Fue un concierto maravilloso, en un teatro que era una carpa de circo. Estábamos sentados más o menos en la mitad del teatro, de manera que pudimos apreciar muy bien el espectáculo que tuvo una gran introducción de la orquesta de Ray Charles, que tocó más de cuarenta minutos. Bastante, pero luego nos deleitamos con más de una hora de música, de canciones, del piano sobre todo de este portento de la música popular como fue Ray Charles.
Felipe Salas, baterista y compositor de Cómo Asesinar a Felipes
—Si tuviera que elegir uno, el que se me viene ahora es uno de Wayne Shorter (Teatro Teletón, 2005) en el Teatro Teletón. Fue increíble. Yo estaba sentado y escuchando esto y no podía creer la música que estaban haciendo allí en vivo. Estaba acompañado de (John) Patitucci, de Brian Blade y de Danilo Pérez en el piano. Fue un concierto alucinante. Y nada, Wayne Shorter tocando ahí… fue una cuestión que me voló la cabeza. Fue especial. Han habido muchos conciertos en los que me ha pasado eso, pero es el que me acuerdo ahora. Fue el año 2005, yo estaba en plena formación musical, entonces influyó mucho en mí, en mi manera de ver la música. Era sentado en una butaca... me transportaron a mil lugares diferentes ahí sentado en el teatro. Fue un concierto súper especial.
Caroline Chaspoul, bajista y compositora de Pánico y Nova Materia
—Desde que tenemos que salir con máscaras en todas partes del mundo, estuve en algunos recitales y descubrí a un personaje alemán, en Bruselas, en un lugar donde tocamos también para un festival durante el mes de agosto. Este alemán se llama Chris Imler (La Vallée, 2020). Me encantó porque toca solo, es un solista, era el baterista antes de una chica... ¿cómo se llama? ¡Peaches!
Eduardo Gatti, cantautor y ex integrante de Los Blops
—En 1988, Tanita Tikaram (Victoria Palace, 1988) en el Victoria Palace en Londres para el estreno de su álbum debut Ancient Heart. Acompañada solo por tres músicos, más ella en guitarra y voz. Sonido e iluminación perfectos y tremendas canciones.
Carlos Cabezas, músico y compositor de Electrodomésticos
—El concierto más importante para mí creo que fue David Bowie (Estadio Nacional, 1990) en el Estadio Nacional, en septiembre de 1990. Bowie siempre fue una referencia en cuanto a coherencia artística en todo su trabajo y verlo, por primera vez, en un contexto al que no estábamos habituados acá, en términos de puesta en escena y sonido, fue realmente muy impresionante. Partió con “Space Oddity”, inolvidable como cayeron sobre el estadio esos primeros acordes de la guitarra acústica y luego la voz. La voz, inmensa, desnuda, enorme, telúrica... nunca había escuchado algo así… Con el tiempo se fueron haciendo más regulares ese tipo de conciertos, pero esa presentación queda en tu experiencia de vida para siempre, por la potencia de una propuesta artística expuesta en su máxima expresión. Acompañado de Adrian Belew, de King Crimson, otro referente importantísimo, fue un viaje inolvidable al compartir y sentir la música como nunca antes.
Cancamusa, cantautora y baterista de Mon Laferte
—El mejor concierto fue el 2019 en Coachella. Tuve la oportunidad de ver a la banda australiana Tame Impala (Coachella, 2019) en vivo en la noche junto a mis amigos, con visuales psicodélicas, una especie de nave espacial en medio del escenario y el mejor sonido en vivo que he escuchado. De hecho, cuando terminó el concierto, el público se dio vuelta para aplaudir efusivamente al sonidista.
Gepe, cantautor
—Ante esa pregunta tengo dos respuestas. La primera fue la última vez que toqué en el Vive Latino mexicano, en marzo de este año. Hicimos un concierto que se llama “Palomazo” (Vive Latino, 2020), que hacen en Vive Latino. “Palomazo” para los mexicanos significa como improvisar o juntarse de manera esporádica. Entonces era una junta esporádica con Los Bunkers, Rubén Albarrán de Café Tacvba, Daniela Spalla, Pedropiedra y yo. Con esa banda hicimos covers de Los Tres y de Los Bunkers. Me acuerdo que llovía en ese momento y ya se sabía que no iban a haber más conciertos, entonces fue una experiencia muy emocionante. Ahora, de los buenos conciertos a los que he ido, por lo menos este año, también en el Vive Latino, fue el de los Guns N' Roses (Vive Latino, 2020), que no los había podido ver antes. Cuando era muy chico probablemente eran mi primera banda favorita, de niño, entonces fue muy impresionante. Un concierto de rock hecho y derecho, como con cadenitas en los pantalones, sonando fuerte, con un solo de guitarra apoteósico, un batero que hace un solo de batería bien ridículo pero con harta faramalla y el cantante que se cambia de ropa. Todas esas cosas como de rock clásico. Fue muy divertido, muy entretenido.
Señor Coconut, productor y DJ
—No es fácil la respuesta, porque pienso que no hay uno solo que destacar. Pero por ahora, diría el closing set de Peter Van Hoesen (Labyrinth Festival Naeba, 2012) en el Labyrinth Festival Naeba de Japón. Era extraordinariamente épico. Estaba lloviendo con tormenta. Barro afuera… la música era techno… había mucha energía y todo hacía sentido. Sound System Funktion One, sonido insólito e impecable. Era un momento realmente futurista, dentro un mundo que considero más bien “retro” en su actitud general.
Lori Goldston, compositora y violonchelista del Unplugged de Nirvana
—El mejor espectáculo al que asistí fue el de Nina Simone (Summer Nights at the Pier, 1998), con el Art Ensemble de Chicago como número de apertura. Aparte de que fue increíblemente grato, nunca había aprendido tanto en una sola noche. El concierto fue al aire libre, en un gran muelle junto al mar en el centro de Seattle. Nina Simone era ya bastante mayor para entonces. Se movía lentamente, pero estaba en plena forma musical. Parecía disfrutar de lo mucho que la adorábamos. Incluso la aplaudieron por dejar de fumar un cigarrillo en medio del espectáculo. Todos estábamos tan felices de estar allí con ella. Esa noche comenzó el set con una canción que tocaba en la iglesia cuando era niña; al terminarla, dijo que le gustaba tanto, que la iba a volver a tocar y así lo hizo. El Art Ensemble de Chicago estuvo brillante y mágico como siempre.
Francisco Durán, músico y compositor de Los Bunkers, Lanza Internacional y Pillanes
—Así como de disfrutar la musicalidad y el sonido de un show, y como quedar para atrás con la experiencia, tendría que elegir a Neil Young (The Forum, 2015). Lo fuimos a ver con Mauri (Durán, su hermano) al Forum de Los Ángeles y fue impactante. Después lo volví a ver en el “Oldchella” (Desert Trip, 2016) y reafirmo mi absoluta admiración por ese espectáculo que plantea un viaje que empieza de manera súper íntima, acústica, con un sonido excepcional. En el caso del Desert Trip, hasta con un trasfondo del paisaje. Luego, se va electrificando. De a poco empiezan aparecer canciones más rockeras y, al final, es un combo en el hocico. Y todo ese viaje musical que él te plantea, y tocado de manera tan magistral por la banda con la cual trabaja ahora, que son músicos súper jóvenes, ha sido de las mejores experiencias que he tenido de conciertos en vivo. Un verdadero “viajesón”, espiritual incluso.
Ángel Parra, guitarrista, ex integrante de Los Tres y fundador de Ángel Parra Trío
—El concierto que más me impresionó en mi vida fue uno que presencié cuando estaba estudiando en Europa. Fue un concierto en que vi a músicos negros que vienen de la escuela del post bop y el free jazz, en que decidieron invitar a John Scofield (New Morning, 1985). Era un quinteto de lujo, la dirección era de Don Pullen, un pianista afroamericano muy connotado. También estaba George Adams en saxo, que codirigía junto a Pullen, y que fue parte de la banda de Charles Mingus muchos años. Y en batería estaba Danny Richmond, que también fue parte de la banda de Mingus, entonces era como presenciar su leyenda en vivo, y más encima junto a John Scofield, que en ese momento era un tipo joven. Yo llegué ese día muy temprano al New Morning, que era un club de jazz bien importante, y a Scofield me lo encontré en la boletería. Tenía una pinta increíble, con un kimono. Ese concierto fue revelador en términos estéticos, ya que escuché a un John Scofield que venía tocando con Miles Davis, en esos tiempos en que hacía música popular, temas de Cindy Lauper y todo eso. Pero Scofield tocaba una música más cercana al free jazz, entonces lo que sonó esa noche fue realmente impactante y me cambió para siempre mi forma de ver la música. Era lo más cercano al free jazz que había visto en mi vida.
Coni Lewin, voz de Supernova
—El último de Coldplay (Estadio Nacional, 2016). Porque fue una experiencia completa. Uno como espectador era parte del show. Te involucraba totalmente en lo que estaba pasando en cada canción. Además sonó increíble. Recuerdo especialmente cuando tocaron “Fix You”. Creo que fue el momento más emotivo del show. Recuerdo que veía poco. Estaba en cancha bien adelante, pero como soy baja igual veía poco. Después poco importó. Porque estábamos todos saltando o bailando. Lo de las pulseras de colores fue una idea increíble.
Pablo Ilabaca, fundador de Chancho en Piedra y actual Jaco Sánchez y Pillanes
—311 (Roseland Ballroom, 2000) en Nueva York, marzo del año 2000, Roseland Ballroom. Energía pura, sonido impecable, era la primera vez que iba a NY y estaba mega alucinado. El lugar es exquisito, es donde grabaron el disco en vivo de Portishead, con piso de madera. No, impecable. Tengo hasta la entrada. Y James Brown (Estadio Chile, 1997) en el Estadio Chile. Aluciné. La banda entera a dos baterías, coristas todas preciosas y talentosas, también quedé impactado con el desplante del Padrino del soul. ¡Impecable! Y sabís que otro concierto, un cuecazo gigante (El cuecazo del roto chileno... en Viña del Mar, 2003) que hubo en el Teatro Municipal de Viña del Mar con todos los cuequeros de Chile. Todos. Fue hermoso, en julio del 2003, y ahí me enamoré de la cueca y conocí a Los Chileneros, que quedaban el Nano y el Baucha, y a mi gran amigo Lucho Castillo. Me prendí de la cueca, estuvo precioso. Y Los Santiaguinos nos invitaron a tocar a mi hermano Felipe y a mí. Fue memorable y el teatro lleno. Después terminamos en un local en Valparaíso que se llama Los Artesanos y que queda atrás del congreso. Ahí estuvimos cuequeando hasta las 7 de la mañana, hueón, y de ahí nos fuimos a tomar bus para irnos a Santiago. Ese toque. Creo que ese es el mejor concierto al que he ido. Chao con 311.
Francisco “Pancho” Molina, baterista de Jodelasé y ex-Los Tres
—Sin duda The Rolling Stones (Estadio Nacional, 2016) en el Estadio Nacional. Increíble comienzo con Mick corriendo adelante, la banda comenzó con “Start Me Up”. Toda la emoción de ver a los Stones tocando de verdad, entregando todo ese buen rock´n roll real a una audiencia entregada al sonido y a la historia creada por ellos. Keith, Ron, Charlie, Mick y Darryl rock and rolleando. Pfff, imbatibles. Feliz de haber estado ahí captando el vibe de una banda siempre viva que no concede ningún segundo a la auto complacencia, ni al aburrido discurso teórico de que el rock está muerto o es para jóvenes, o que las canciones con más de 40 años pasaron... en ese show todo estaba chispeante, emotivo. Momento mágico de ver una banda que su expertise es tocar en vivo y entregar esa indescriptible y misteriosa, pero por todos entendida, experiencia de la buena canción de rock´n roll. ¿Los mejores momentos? Mick corriendo al frente y “You Got The Silver” cantada por Keith. Estaba en lágrimas porque en “Jumpin' Jack Flash” la chica que estaba delante mío fumándose un porro de proporciones, se desmayó y la tuve que levantar y con la ayuda de su pololo y otros la pasamos por sobre la reja de seguridad. Apenas comenzó el riff, catarsis y se desmaya, ¡me cagó hasta la mitad de la canción! Pero son cosas del rock´n roll con desmayo, marihuana y lágrimas.
Elisa Montes, músico y compositora de Slowkiss
—Es imposible decidirme por el concierto favorito al que he asistido, pero si tuviera que nombrar uno de los más inolvidables fue el de la vuelta de The Police (Estadio Nacional, 2007) en el Estadio Nacional. A pesar de los precios excesivos de las entradas, hice el esfuerzo porque no me lo podía perder. Una excelente sorpresa fue el teloneo de Beck, aunque preocupaba e incomodaba el poco volumen de su show… cuando empezó The Police, el poder de la banda te dejaba boquiabierto desde el primer minuto El escenario era demasiado grande y las luces alucinantes. Aparecía un braquiosaurio que se atravesaba de un lado a otro de las pantallas gigantes, un colorido increíble y un sonido brutal, sumado a la tremenda emoción de estar viendo una banda que hace muchos años se había separado y no tocaban. Sin duda una tremenda suerte haber tenido la posibilidad de ir a ese concierto.
Alejandro Gómez, voz y guitarra de Perrosky y fundador de Guiso
—De las tocatas buenas que he ido, una fue la de Yo la Tengo (Teatro Novedades, 2001), que conectaron caleta con la gente, además ellos sonaban muy bien, se notaba que eran muy capos y controlaban muy bien sus instrumentos. Tenían una experticia que yo no había visto antes. Me sorprendió Ira Kaplan, porque nunca había visto a alguien acoplar así la guitarra. Él la sacudía, la movía por todos lados y con eso provocaba el acople. Otro, en ese mismo lugar, fue Heavy Trash (Teatro Novedades, 2009). Lo mismo, los locos tocando muy piola, los tipos estaban dándolo todo y logrando una conexión con la gente. Mucha improvisación, juegos con las personas para hacerlos partícipes del show. Dieron escuela de rock and Roll. Y de los chilenos, me marcó caleta ver a La Floripondio (La Batuta, 1999) en La Batuta, cuando estaban lanzando el Atontaguayo Prensao, tiene que haber sido entre el 99 o 2000. Eran una de mis bandas favoritas de esa época, cuando aún no partíamos con Guiso. En esa época íbamos harto a ver conciertos, los que podíamos y la raja, una entrega total. El bajista de La Floripondio es uno de los mejores bajistas de Chile, corta, no he visto uno igual. Y además el Macha hacía una parte que era muy buena, hacía como que estaba en ácido y lo perseguía un tigre, como decía en la letra de una canción, y él lograba transportarte. Además La Floripondio brillan cuando tocan, hacen participar a la gente y hay tal entrega que te contagias.
Eduardo “Lalo” Meneses, MC de Panteras Negras
—De Kiruza (SCD Bellavista, 1996) en la Sala SCD Bellavista, año 1996. Lo que me marcó fue el sonido que lograron y el fiato del en vivo. Eran el disco en vivo.
Kiuge Hayashida, guitarrista de Charly García
—King Crimson (Movistar Arena, 2019), Movistar Arena en Santiago de Chile, invitado por Fer Kabusacki, guitarrista del quinteto de guitarras que telonearon a Crimson. Bueno, ellos son parte del clan Fripp. ¿Un pasaje memorable? El gran final con “The Court of the Crimson King”, todo el mundo coreando el estribillo y la cara de sorpresa de Fripp al ver y escuchar a la audiencia chilena cantar. Impresionante la formación: tres bateristas, flauta traversa y saxo. Emocionante. Música docta. Rock en serio. Obras de arte.
Fakuta, cantautora
—En mi Top 5 están el de Beyoncé (Movistar Arena, 2010), Stevie Wonder (Movistar Arena, 2013) y el de Madonna (Estadio Nacional, 2008), la primera vez que vino. Pero mi más favorito puede ser el de Pet Shop Boys (Movistar Arena, 2009) para la gira del Yes. Creo que eso fue el 2009, por ahí. Principalmente porque fui con muchos amigos y fue como un paseo de curso, y estábamos en primera fila y nos saltamos todas las canciones, en ese tiempo éramos jóvenes para el público de Pet Shop Boys. El concierto y esa gira eran maravillosos, me acuerdo que la escenografía eran puros cubos y habían seis bailarines que iban moviendo los cubos y armando diferentes configuraciones, como legos. Además, estos bailarines a veces hacían de coristas, toda una actuación. Todo en colores primarios. Era tan sencillo y perfecto en belleza, me marcó para siempre esa idea de que con lo justo y necesario puedes generar belleza infinita. Y el quinto es el último que hicieron (Espacio Riesco, 2016), que trajeron a la iluminadora de los Juegos Olímpicos y estuvo increíble. Quería quedarme a vivir en ese escenario.
Álvaro Díaz, voz y compositor de 31 Minutos y Benito Cereno
—Si tengo que elegir uno, me quedo con la celebración de los veinte años del disco Re, de Café Tacvba (Auditorio Nacional, 2014), en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México. Uno: por el espectáculo, por la calidad, por descubrir de alguna manera que un músico o un grupo latinoamericano podía aspirar y acceder a montar espectáculos de otro nivel, tanto en la puesta en escena como en la calidad artística en general. Dos: ha sido la única vez que he ido al Auditorio Nacional y también es otro nivel de lugar. Uno está acostumbrado acá al Estadio Chile, al Caupolicán, y cuando tú vas a un lugar para 12 mil personas donde todos escuchan bien, donde todos ven bien, donde todos están cómodos, donde todos los accesos son buenos, es otra la experiencia. Además estábamos invitados y nos tocó muy cerca del escenario. Y por último, justo coincidió con la matanza de Ayotzinapa, con los 43 estudiantes que desaparecieron. Fue muy emotivo, estaban todos los eventos en ese momento muy cargados con el tema. Me quedo con ese show como un ejemplo de lo que a mí me gustaría lograr alguna vez.
Martín del Real, guitarrista de Ases Falsos y ex integrante de Teleradio Donoso
—Tengo recuerdos de un tremendo recital en vivo de La Polla Records (Estadio Chile, 2000) el año 2000. De los primeros conciertos que fui, tenía apenas 15 años y la adrenalina que significó esa noche es difícil de describir, fue como un volcán en erupción con mucha gente corriendo y gritando por todos lados, una vibra que ahora cuesta experimentar. Creo que fue en el ex-Estadio Chile y venían presentando un disco nuevo llamado Toda la puta vida igual. Con mis amigos lo veníamos escuchando mucho y nos marcó su visita ese año, es que tienen un ritmo único, letras geniales y con un vocalista como Evaristo que es un maestro en su oficio.
Beto Cuevas, voz de La Ley
—El mejor concierto al que he asistido fue un festival llamado “Rock in Chile” en el año 90 y fue particularmente el show de David Bowie (Estadio Nacional, 1990) que demostró su grandeza a pesar que ese día por alguna razón, que aún no me puedo explicar, llegó muy poca gente. Su entrega e interpretación fueron realmente magistrales y antes de terminar hizo una larga caminata por la pasarela cantando “Ashes to Ashes” y al llegar frente al público, donde yo me encontraba junto a mis hermanas, me apuntó con el dedo y sonrió. Poco tiempo después me convertí en cantante de La Ley.
Harry Nach, cantante y productor
—De los que he ido como público, yo creo que a MGMT y Skrillex (Lollapalooza Chile, 2012) en el Lollapalooza. Porque era un sueño ir, yo no tenía dinero y me tuve que pasar por la reja, saltar a los guardias y eso le agregó algo especial. Aparte, los artistas que van para allá son muy preparados para hacer sus shows.
Mariana Montenegro, cantautora y fundadora de Dënver
—El concierto que más me ha gustado en la vida es uno que dio Nathy Peluso en Primavera Fauna 2018. No conocía mucho a Nathy, de hecho, solo conocía la canción “Corashe”. Quedé absolutamente hipnotizada con este show. Su personalidad poderosísima, su carisma, su forma de cantar, sus bailes, toda la performance en general y todas sus canciones me conquistaron. Sentí muchísima admiración. Desde entonces, sigo todo su trabajo. Recuerdo su traje verde fosforescente y en especial “Corashe”, por toda la energía que liberó Nathy. Además, esa canción tiene un gran silencio antes del final; escuchar ese silencio en contexto festival —con sistema de audio gigante, con público—, fue muy emocionante.
Pedropiedra, cantautor
—Recuerdo especialmente la primera visita de los Beastie Boys a Chile (Teatro Monumental, 1995). Vinieron al Caupolicán promocionando el Ill Communication y yo estaba en la cúspide de mi fanatismo por ellos y el hip-hop en general. Lo vi desde la primera fila y no lo podía creer. Teloneó La Pozze Latina que la rompieron. Al final del concierto el percusionista Eric Bobo se tiró al público y casi murió, salió con la ropa hecha jirones, sin zapatos y sin su cadena de oro.
Tommy Rey, voz de La Sonora de Tommy Rey
—El mejor público que hemos tenido fue las veces que fuimos al Festival de Viña. Yo no asisto a otros eventos como público. Generalmente estamos trabajando con la Sonora. Hablo de tiempos normales. Ahora, el mejor de todos, por lo que ocurrió y por todo lo que aconteció dentro de las veces que hemos ido al Festival, fue el año 2004. Para nosotros ha sido lo mejor en cuanto a público, a que los estudiantes de las universidades... teníamos fans club en la Católica de Valparaíso, en la UPLA, en la Central, en la USACH, en la Chile, en la Católica, en la de Concepción. Y los estudiantes fueron los que pidieron a las autoridades de Viña del Mar que nosotros estuviéramos allí. El día del concierto, todos esos estudiantes que nos pidieron y los fans club tenían pancartas dentro del público a altas horas de la madrugada. Tú sabes que, a las orquestas chilenas, nos tiran a las 2 o 3 de la mañana. Para nosotros fue lo más espectacular.
C-Funk, músico fundador de Los Tetas y guitarrista de Chancho en Piedra
—Al de Prince (Oracle Arena, 2011) en Oakland. No requiere explicación. Hay videos en YouTube de ese show. Ahora, como buen chileno, aunque teníamos entradas a la mierda arriba, terminamos al lado del escenario.
Gonzalo Yáñez, cantautor
—El mejor show que vi fue uno de Beck en un club pequeño de Los Ángeles, que no recuerdo el nombre. Quizás fue ayudado por la sorpresa, ya que fui invitado por unos amigos de mi sello de allá, sin que me dijeran más información que: “Vamos a un club que está bueno”. Resultó que Beck estaba previo a empezar una gira, y estaba haciendo shows en lugares pequeños, sin avisar, para foguear a la banda. Y ahí mismo apareció haciendo un show que estaba pensado para estadios, tocando para un puñado de no más de 50 personas. Entre las cuales estaba yo. Terminé tomándome una cerveza con él, y tuvo todo el impacto de algo no planeado que llega como un regalo absoluto.
Juan Pablo González, musicólogo
—El concierto que más me marcó fue el del regreso de Los Jaivas (Teatro Caupolicán, 1981) a Chile en agosto de 1981. Yo vivía medio aislado en la azotea de una casa en Bellavista, sin ver a nadie por un tiempo. Entonces mi Amigo Álvaro Godoy, de La Bicicleta, que tenía pase de periodista para entrar a los conciertos, me pasó a buscar y me llevó al Caupolicán. Todavía recuerdo entrar a la platea alta y ver a 4.000 personas en estado de euforia mientras Gabriel Parra se instalaba con su capa y máscara de diablada en su batería ampliada. El concierto fue una tremenda dosis de energía que me revitalizó por completo, marcando un antes y un después en mi experiencia con la música en vivo.
Javiera Vinot, pianista, corista del Festival de Viña y ex coach vocal de TV
—El mejor concierto al que he ido en mi vida fue el de Stevie Wonder (Movistar Arena, 2013), el 2013. Principalmente porque lo admiro muchísimo como cantante, pianista, compositor, músico en general. Su música, sus canciones las he escuchado desde chica, siempre me ha gustado y me ha motivado a hacer arreglos vocales porque ocupa armonías tan bonitas, o que al menos a mí, me encantan. Así que estar escuchándolo en vivo fue un sueño; me puedo perder a cualquier persona, pero no a Stevie Wonder. Aparte tiene puros hits y la banda que trajo... increíble, los coristas buenísimos. Lo disfruté tanto que se me hizo corto y creo que le faltaron temas que también son hits, ¡pero es que son tantos que era imposible que los tocara todos! Es lo más emocionante que he visto.
Gonzalo “Chalo” González, ingeniero de sonido y productor
—Voy a muy pocos shows como oyente, por mi trabajo en realidad. El último show que me gustó muchísimo, que fui con mi hijo, fue el de Gorillaz (Movistar Arena, 2018) en el Movistar Arena. Primero, porque Gorillaz es una de nuestras bandas preferidas como familia y luego porque era la primera vez que venían a Chile. Entonces fue muy emblemático. Fue antes de la salida de su último disco e incluso estrenaron una canción con Snoop Dogg, acá, antes de tocarla en cualquier otra parte del mundo. Fue muy choro.
Claudio Valenzuela, músico y compositor de Lucybell
—Hay dos shows que me han impresionado mucho el último tiempo. El primero es Phoenix (Lollapalooza Chile, 2014), una banda impresionante arriba del escenario, con una comunicación entre ellos que me traspasó de alguna u otra forma. Y el segundo es, obviamente, la performance de Nine Inch Nails (Lollapalooza Chile, 2014). Creo que es algo que muy difícilmente se pueda repetir, con esa potencia, con esa ductilidad y esa dinámica impresionantes arriba del escenario. Ambos shows los vi en Lollapalooza Chile 2014.
Jimmy Fernández, MC de La Pozze Latina
—El de Afrika Bambaataa (Black Out, 1985), en el año 1985, en Roma. Fue súper emocionante. Yo tenía 16 años y con su música electro funk Bambaataa había influenciado mucho a los grupos de bailarines de breakdance y habían estado, además, en películas como Beat Street, aparte de haber creado la Zulu Nation que no es menor. Entonces, la visita de Afrika Bambaataa era significativa en el sentido de que unió a tanta gente que era amante de este estilo y de esta cultura cuando ya había pasado la moda de los breakers, de los gallos que bailaban breakdance. En Roma había un lugar donde la gente todavía bailaba, pero faltaba un evento de esta magnitud para que llegara más gente de todos lados. El show fue hecho en un club, el Black Out, que es un local para no más de mil personas en un barrio medio underground. Afrika Bambaataa tocaba a ras de suelo con una mesa grande donde ponían las tornamesas, los samplers y los efectos que usaban. Al lado de eso había un escenario pequeño para los chicos que bailaban breakdance. Él hacía electro funk en ese tiempo, o sea música para bailar y fue potentísimo definitivamente. Ese show me voló la cabeza. Otro importante al cual asistí fue el concierto de Rubén Blades, en el año 1999, en Panamá. Justo cuando el canal pasó a ser panameño. Fue muy emocionante.
Nicole, cantautora
—No tengo un mejor concierto, pero he podido ver a más músicos chilenos durante este tiempo en todos los conciertos de streaming o festivales, en los que yo también he participado. Eso me ha gustado mucho. También me gusta ver los streaming de La Blogothèque.
Roberto “Tito” Gevert, baterista de Newen Afrobeat
—Se me vienen a la mente tres conciertos que me marcaron como músico, primero, uno a nivel personal, abrir el show de una banda como Snarky Puppy (La Cúpula, 2017) fue tremendo, fue la segunda fecha que vinieron a Chile en el teatro La Cúpula, el 19 de diciembre del 2017. Estaban en su gira mundial lanzando su disco Culcha Vulcha y nosotros a punto de lanzar nuestro nuevo disco Curiche, fue un concierto tremendo, músicos de primer nivel. El segundo concierto que me marcó fue Dave Holland Quintet (Providencia Jazz, 2010) en Providencia Jazz el año 2010, primera vez en mi vida que escuchaba a talentos como Chris Potter, Robin Eubanks, Dave Holland y Nate Smith. Este último me mostró un camino de la batería que estaba buscando, dejar de lado la forma tan tradicional de tocar el Jazz y los ritmos en general y arriesgarse a hacer cosas nuevas, de la mano del groove, el buen gusto. Y el tercero que no podría dejar de lado fue Victor Wooten Trio (Teatro Nescafé de las Artes, 2018), con el tremendo Dennis Chambers en la batería, cabe destacar que Dennis es uno de los bateristas más influyentes en la historia de este instrumento, formando parte de bandas como Parliament-Funkadelic, Brecker Brothers, Santana, Mike Stern y un sinfín de artistas y bandas internacionales. Personalmente siempre me gustó el sonido de Dennis, su touch, peso, y carácter único al improvisar, convergen en este ser único en la batería. Bonus Track: Masterclass de Horacio el Negro Hernández (Escuela Moderna de Música, 2009) en la Escuela Moderna de Música, año 2009 apróx., con el difunto maestro David Ortega en las congas.
Jurel Sónico, vocalista y guitarrista de Adelaida
—El concierto que más me gustó en la vida fue Sonic Youth (Movistar Arena, 2009) cuando vino por primera vez, en el contexto de su gira del Daydream Nation. Fue un show importante para mí y para muchos porque era la primera vez que los veíamos, los estábamos esperando hace mucho y yo en esa época estaba en la adolescencia y los estaba escuchando máximamente. Fui con un amigo y antes de que empezara el show le dije: “¿Te imaginai tocan ‘Teenage riot’?” Y empiezan con esa. Además estábamos en una posición demasiado buena en galería baja, justo en la reja, mirándolos a la altura de ellos por lo que el sonido nos llegó impecable. Varios de sus discos han sido grandes influencias para Adelaida y mis proyectos musicales. Después de verlos algo cambió en mí; la sonoridad de ellos, viendo que en cada canción usaban guitarras diferentes, la puesta en escena, el setlist que tocaron súper enérgico. En el primer tema, Thurston Moore y Lee Ranaldo chocaron las guitarras e hicieron un noise de la muerte. Nos dijimos, “loco se viene un concierto legendario”. Y lo fue.
Pedro Foncea, voz y compositor del grupo De Kiruza
—Michael Jackson (Estadio Nacional, 1993) y el “Dangerous Tour” en Santiago. Ese día, porque había que llegar muy temprano, entramos con las primeras decenas de personas. Estuvimos en la puerta desde las 7 de la mañana del día del show. Vimos el check sound y todo el monitoreo, fue alucinante. Todo esto previo al disco Bakán, así que fue toda una inspiración para nosotros. He hablado mucho con uno de los productores que estuvo con él, el que lo llevó a El Golf a comprar música a un lugar que ya no existe, un lugar exquisito de música, muy cara, pero que traía puras maravillas. Michael fue ese día y fue también con unos niños de un centro oncológico y no pudo hacer todo el tour, porque no estaba bien de salud en ese tiempo. Tenía susto de llegar resfriado al concierto. Después, en la noche, estaba súper bien. Y el show fue extraordinario. Partió con “Jam”. Yo estaba con mi hermano Felipe a lapa. No estábamos a más de diez metros del escenario y en diagonal directo a él. Y Michael le cantaba al Felo. Felo a los cinco años escuchaba a Michael y yo a los 10 años. Mi primer regalo de música concreta para mí fue de mi papá, el “Devotion” / “Fair But So Uncool” de Earth, Wind & Fire y después el Goin' Back to Indiana de los Jackson 5. Todos teníamos un elemento de Michael en el cuerpo. Recuerdo que estaba con el Felo a lapa en ese concierto y nosotros petrificados porque Michael le estaba cantando a él. Fue increíble el concierto, extraordinario, sin ninguna falla. Lo más perfecto que he visto en la vida. Yo creo que ese es el concierto más increíble que he visto y también, al mismo nivel, está el de Earth, Wind & Fire (San Carlos de Apoquindo, 2014) en San Carlos de Apoquindo que más encima tuvieron que luchar contra toda la deficiencia sonora, pero son mi banda de la vida. Y Stevie Wonder (Movistar Arena, 2013) fue fantástico. Con él es distinto porque tenemos un vínculo. Para nosotros es un hermano mayor. Somos amigos de Munyungo Jackson (su percusionista), grabamos hace poco y ese día estuvimos en el hotel, conocimos a toda la gente, fuimos a la prueba de sonido. Estuvimos todo el día en el Movistar Arena cuando vino Stevie, hasta los camarines. Él, cuando estábamos los tres hermanos, Cote, Felo y yo, subió al escenario para la prueba de sonido. Hizo algunas precisiones sobre unos acordes al guitarrista y al pianista, que estaban parchando a Errol Cooney y Victoria Theodore. Impactante. Stevie es el mejor cantante vivo del mundo y está entre los 5 de todos los tiempos considerando ópera. Yo lo meto al mismo lote de Caruso, Pavarotti y Donny Hathaway.