(What’s the Story) Morning Glory?: Oasis y el juicio de la crítica
El segundo disco de los hermanos Gallagher coronó a los de Manchester como monarcas del britpop y pioneros en el uso de la prensa amarilla como instrumento de promoción. ¿Cómo ha resistido ese registro de 1995 al avance del tiempo? ¿Fue una influencia para alguien? Acá, un grupo de entendidos entrega sus descargos a Culto.
Grabado en mayo de 1995, en los estudios Rockfield de Gales, donde todavía sigue en pie el muro que inspiró “Wonderwall”, el segundo disco de Oasis buscó sostener el éxito del debut con una banda en estado de gracia.
Según cuenta el co-productor Owen Morris, que trabajó palmo a palmo frente a la mesa de sonido con Noel Gallagher, los mancunianos despachaban una canción por día y, salvo dos temas del disco, ningún otro precisó de un demo.
Consultados por Culto, un grupo de entendidos sugiere al menos tres elementos que habrían elevado al disco al estatus de clásico entre los aparecidos durante su generación.
Uno: denominación de origen
Cuando llegó a las tiendas el lunes 2 de octubre de 1995, en medio de una Gran Bretaña sumida en la efervescencia chovinista, (What’s the Story) Morning Glory? —en adelante WTSMG— instaló a los hermanos Gallagher en el centro líquido del britpop, esa carrera por emular la British Invasion de los Beatles en la que compitieron sobre todo con Blur, Pulp, Suede y otras bandas.
“Nunca desestimaron el hecho de que estaban tomando influencias muy claras de grandes próceres del rock británico, no solo en estilo, sino que también en sonido y letras”, apunta el crítico musical Nuno Veloso.
“Todo el tiempo citan canciones clásicas de The Beatles: mencionan ‘Tomorrow Never Knows’ en el sencillo ‘Morning Glory’, hacen un guiño a las notas iniciales de ‘Imagine’ de John Lennon en ‘Don’t Look Back In Anger’. Meten un trozo de ‘Hello, I’m Back Again’ de Gary Glitter al inicio en ‘Hello’, cuelan un par de compases de ‘Wonderboy’ de The Kinks en ‘She’s Electric’ y, de hecho, ese tema también termina con elementos de ‘With a Little Help From My Friends’ de The Beatles. También hay partes de ‘Morning Glory’ que son calcadísimas de ‘Hey Hey, My My’ de Neil Young”, añade.
“Cuando encuentre el primer disco que robe una canción mía, voy a buscar a ese tipo, le voy a dar la mano y me voy a ocupar de que la discográfica no lo demande”, se defendía de las acusaciones de falta de originalidad el mayor de los hermanos Gallagher, “porque si no fuera por The Shirelles, nunca habríamos tenido a los Beatles. Si no fuera por ellos, nunca habríamos tenido a los Stones. Y si no fuera por los Stones no tendríamos una mierda”.
Según Veloso, “hay una serie de referencias líricas, melódicas y estéticas, además de que son dos hermanos comandando una banda —como Ray y Dave Davies de The Kinks—, elementos morfológicos que tienen que ver con toda la historia del rock británico”.
“Los tipos supieron tomar eso y usarlo como un arma para posicionarse como puntales de una escena de rock que, en el fondo, era la contraparte de lo que venía decayendo del grunge en Estados Unidos, después de la muerte de Kurt Cobain”, sugiere.
Sergio Cancino, periodista y director de Radio Concierto, entiende que el disco “capturó a la perfección una era” y que “su sonido tuvo imitadores que no lograron brillar más allá del Reino Unido”.
Luego añade: “Es tan poderoso que hasta los lados B de sus singles son brillantes: ‘The Masterplan’, ‘Acquiesce’ e incluso la acústica ‘Talk Tonight’ le dan una paliza a varios de los éxitos posteriores del grupo. WTSMG tiene una belleza que crece en medio de la retromanía y la nostalgia pandémica por los 90”.
La periodista musical Macarena Lavín apunta que Oasis llegaba a WTSMG con ciertas credenciales: “Un grupo con dos años de vida sacando una gran pieza como Definitely Maybe (1994) y un himno como ‘Live Forever’, que sonaba bastante fresco”.
Alfredo Lewin, conductor de Sonar y ex VJ de MTV, agrega que “pudieron llevar lo que estaban tratando de hacer artistas, como The Smiths y The Stone Roses, a un nivel de éxito insospechado”.
“No solamente el batatazo en Inglaterra, sino que abrió la puerta del grupo a Estados Unidos, con este sonido enraizado en Gran Bretaña”, explica Lewin, “aquello que la british invasion no logró terminar y que Oasis logró refinar y mejorar en muchos sentidos”.
Según el experimentado hombre de radio y televisión, “dentro de lo que era el pop en 1994, se convirtieron en justos contendores de esta nueva fiebre patriótica, con esta suerte de competencia que se instaló con Blur. Para ese momento ya estaban asentadas las bases de Suede y Pulp, entonces se armaba un cuadrante perfecto, liderado por los debutantes que recién habían llegado, es decir, Oasis”.
César Tudela, periodista de Rockaxis, enfatiza: “Lo principal es que vuelve a traer la melodía y el canon de The Beatles, lo rejuvenecen y lo actualizan. Vuelven a posicionar a la música británica en los primeros lugares, luego de la erupción que significó el grunge en los 90, además de la explosión del rap”.
“El grunge ya venía de caída y Kurt Cobain había muerto hace poco, en cambio el brit pop ganaba más popularidad”, coincide el crítico musical Andrés Panes, “este disco cambió el viraje de nuestro foco de atención, terminó de fortalecer la idea de que en realidad lo más interesante estaba pasando en Inglaterra y no en Estados Unidos. Sobre todo por lo que pasó en la esfera con Blur y los sencillos del álbum”.
Tudela añade que: “La música popular estadounidense en esa época fue muy significativa, también está la cola de lo que significaron fenómenos pop como Madonna y Michael Jackson. Todo pasaba en Estados Unidos en cuanto música popular, los británicos miraban lo que estaba pasando y llegan estos chicos de Manchester con una música vieja —algo que al principio les costó varias críticas— que rejuvenece el estilo de The Beatles”.
“Fue un golpe a la cátedra”, añade Tudela, “con una camada de músicos británicos que acompañaron la revolución del brit pop: ahí está WTSMG, comandando todo este sonido de The Beatles que se rejuveneció y que se tradujo en temas de estadio, baladas en clave de rock y condimentos que todos los fanáticos de Oasis ya conocen”.
Según Nuno Veloso, WTSMG resaltó que Oasis eran los puntales de esta nueva escena de rock: “Toda la escena de britpop que la prensa inventó en ese tiempo explotó el 95. Bandas como Elastica —que también saqueaban un montón a Wire— y otras que robaban y no le decían a nadie. Oasis dijo ‘sí, robamos’ y esa conciencia los llevó a Standing on the Shoulder of Giants, porque la gracia máxima de Oasis es robar y no descaradamente, sino saber qué robar y a quién; autodefinirse como una suerte de antena repetidora para la generación que estaba en ese entonces. Oasis siempre dijo ‘nosotros sacamos esto de tal parte y no queremos hacerlo mejor, somos quienes llevamos este legado al futuro y la generación que está ahora’”.
Dos: hype
Oasis en general y los Gallagher en particular fueron pioneros en el uso y abuso de la prensa amarilla como instrumento promocional, desde las históricas y victorianas peleas a puño entre los hermanos, hasta los cientos de frases incendiarias en contra de los integrantes de Blur y otros destinatarios.
Bob Stanley, periodista musical y autor del libro Yeah! Yeah! Yeah! La historia del pop moderno (Turner, 2015), lo explica mejor cuando define al brit pop como el instante en que se unen sin mayores dramas el arte y el comercio, dejando atrás los reparos que tenían algunos indies ante cualquier forma de “prostitución artística”.
“Noel Gallagher agrega actualidad al asunto, mientras que Liam Gallagher añade una performance pendenciera y actitud a las letras de su hermano”, ejemplifica César Tudela.
La periodista musical María de los Ángeles Cerda opina que “Oasis trajo de vuelta una vibra de narcisismo, de excesos, sin hacerlos glamorosos, pero como parte decisiva de su identidad”.
“Tenían mucho de eso de actualizar una actitud de los sesenta y setenta”, sugiere la ex editora de Rockaxis y hoy periodista en Presagio Records, “musicalmente están muy apegados a esas influencias de The Beatles, sobre todo, pero la pachorra era muy noventera, muy hedonista, muy soberbia, de no pedir disculpas por nada, de enorgullecerse del origen de la clase obrera”.
“Esas influencias se notan en la fuerza del sonido de las guitarras que están al frente y en la presencia de Liam Gallagher, pero también en las canciones que se convirtieron en himnos, ‘Wonderwall’ y ‘Champagne Supernova’ son temas básicos para entender a Oasis”, concluye.
Tres: working class heroes
A contrapelo de la mayoría de su generación, Noel y Liam Gallagher no se criaron en Londres ni cursaron ramos en las escuelas de arte. Ambos venían de un barrio obrero y representaban el triunfo aspiracional de la raigambre popular.
“Cuando Alan McGee descubrió a Oasis, a mediados de los noventa, su palabra era ley entre los conocedores y la prensa”, explica Andrés Panes, “como hijo de la clase trabajadora y seguidor de la filosofía punk, abrazó a los Gallagher por su origen y nula fastuosidad. Con ellos supo lo que era tener el mundo a sus pies. Buena parte de la mística proletaria de Oasis se debe a McGee, que entendió su costado social desde que vio la bandera de la unión yéndose por el WC en la portada de su primer demo”.
Macarena Lavín lo sintetiza desde “la batalla insólita entre los singles ‘Roll With It’, de ellos, versus ‘Country house’ de Blur. Los del norte contra los del sur. Los clase trabajadora contra los más acomodados. Era algo totalmente de industria para vender muchos CD singles a través del hype”.
El video de Blur, señalado como vencedor de esta batalla, fue dirigido por el artista Damien Hirst:
Según Lavín, “Oasis sabía que en todo caso se traían su siguiente disco bajo el brazo, así que daba lo mismo perder. Tal cual. Fue un éxito de ventas y traía ‘Wonderwall'’ de corte acústico que no paraba de sonar en las radios. A esas alturas Oasis era un fenómeno mundial. En los programas locales hablaban de las últimas discusiones y desavenencias de los Gallagher. ‘Don’t Look Back In Anger’ era una belleza también”.
“Es como el triunfo del hombre común en un momento en que la música británica estaba en un gran apogeo dentro de una serie de movidas culturales”, explica Joaquín Vismara, periodista de Página/12 y Rolling Stone.
Luego sigue: “Apareció como la pata que le faltaba a esta especie de chovinismo británico: una generación muy orgullosa de su música pero que le faltaba un artista popular —quizás Pulp tenía un origen popular similar, los demás eran considerados ‘cuicos’ o ‘chetos’—; ellos son gente de los suburbios en Manchester haciendo música para el hombre común”
“Así como Definitely Maybe era el disco del anhelo de querer trascender, de ser conocido, WTSMG es el disco sobre haber llegado a ese lugar, el éxtasis de llegar a ese lugar. Así como la primera línea de la primera canción de Definitely Maybe, 'Rock 'n' Roll Star', que es el pedido de querer salir de la ciudad y ser estrella del rock, WTSMG es el disco en que la primera canción empieza diciendo que todos tus sueños se han materializado cuando estás encadenado al espejo y la hoja de afeitar —no precisamente para rasurarse—”, agrega el periodista argentino.
Vigencia
César Tudela: Creo que sigue intacta. Hace cinco años se celebraron los veinte años, salieron reediciones y nuevas copias en formato vinilo. Es un álbum fundamental para conocer lo que pasó en los 90, sin duda es el mejor disco de Oasis; los encuentra súper jóvenes, con un espíritu volcánico y esa hambre de conquistar el mundo. Es un disco que se sigue escuchando y que todavía mantiene en las bandas británicas ese color pop que Oasis logró. Como los grandes álbumes de la música popular, en WTSMG cualquier canción puede ser un sencillo. Todavía es escuela para muchas bandas que están empezando.
María de los Ángeles Cerda: Es un disco que ha envejecido muy bien, aunque puedo ser parcial porque lo escuché en plena adolescencia. Tiene ese aire de canciones que permanecen y que sobreviven, entienden la canción popular. Puede ser porque la instrumentación no te vincula directamente a una época, como “Wonderwall”, la guitarra acústica funciona en los sesenta como en los dos mil.
Sergio Cancino: Creo que envejeció muy bien, particularmente dentro de la propia cronología de Oasis. La combinación de intensidad guitarrera con momentos más reposados y sensibles, como “Wonderwall” y “Cast No Shadow”, trajo un dinamismo que no estaba en el debut. WTSMG es frenético, desesperado, épico y es también el disco de la pérdida de inocencia: luego vino Be Here Now, álbum que encarnó todos los excesos de la decadencia del Britpop: megalomanía, asfixia creativa y una falsa sensación de trascendencia, pese a un par de grandes canciones.
Andrés Panes: Creo que, musicalmente, la escuela de The Beatles es infalible. En mi opinión, son las canciones de pop perfectas. Noel Gallagher es un tremendo compositor, la música que él hizo no tiene fecha de vencimiento, a pesar de que el contexto de rock en el que se enmarca esa música de guitarra ya decayó. La factura de los temas es increíble, lo que envejece mal es el contexto, la onda rockera, la cool britannia, las fotos de Noel Gallagher con Tony Blair. Todo eso envejece pésimo, pero “Roll With It” todavía te levanta en la mañana. Mi favorita, “Morning Glory”, es demoledora, inmensa como la vida misma.
Alfredo Lewin: Creo que las buenas composiciones y las canciones lúcidas de rock & roll no envejecen mal, pero sí significó el inicio de la decadencia del brit rock y Oasis, en esa vara, nunca volvió a sacar un disco tan bueno. Entonces, nos quedamos con la idea de que en el 2020 se consideran mucho mejor envejecidos álbumes de Radiohead —de finales de los 90 o principios del 2000—; el OK Computer y el Kid A. Oasis no está para competir con nadie, está en una liga en donde lo que brillan son las grandes canciones de Noel Gallagher y esos himnos británicos en cualquier momento pueden ser reactualizados. No solamente por la barra en un estadio de fútbol, sino que por la gente que a veces tiene que refugiarse en canciones memorables como “Wonderwall”. Estas canciones son un verdadero refugio, así que para mí envejecen bien.
Macarena Lavín: Sin duda, ha envejecido con dignidad como uno de los mejores trabajos del cuarteto. Tiene varias otras joyas, además de las ya nombradas, como “She 's Electric”, con una onda súper sesentera y “Cast No Shadow”, otra acústica de Noel Gallagher. Más que nada es una foto de su tiempo en que el formato de banda de hombres con una sonoridad en base a guitarras, bajo y batería era lo más usual a comienzos y mediados de los 90s, que se impuso del indie al mainstream. Este disco, como otros de la era britpop influenció mucho a los chilenos. Había varias bandas de finales de esa década y comienzos de los 2000s que se auto clasifican como brit pop. También tiene esa brillantez y algo de saturación en el sonido, cosa que se intensificó en el disco siguiente. De hacer himnos sin buscarlos, ahora querían hacerlos, así que ahí se perdió la gracia.
Joaquín Vismara: Por ahí uno puede objetarle lo mismo que le objetó durante 25 años, que es la manera en que suena, pero que haya sonado de otra manera justamente es algo adrede. Supuestamente WTSMG es el disco que creó la llamada “guerra del volumen”, los discos que suenan cada vez más fuerte; pensado también para ser un disco que al ser escuchado en un pub, donde se suele juntar mucha gente, incluso en el murmullo del lugar siga siendo reconocible la música… Creo que la vigencia del disco es que tiene canciones que a cualquier persona que le preguntes si conoces Oasis, las canciones que te puede nombrar salen casi todas de WTSMG; a lo sumo puede haber algún hit de Definitely Maybe, pero el cuerpo de canciones, el estilo, de Oasis que delinea toda la obra posterior nace en WTSMG. Y parece que eso tiene que ver con una identificación popular. Por algo el Manchester City gana la Liga e invita a Noel Gallagher a los vestuarios y los jugadores cantan “Wonderwall”, por algo Manchester sufre un atentado en el show de Ariana Grande y su pueblo se recompone cantando “Don’t Look Back in Anger”. Hay una identificación popular que trasciende incluso generaciones, que forma parte del mosaico cultural británico sin importar que lo hayas vivido en un tiempo o no.
Nuno Veloso: Creo que el impacto de WTSMG fue exclusivamente generacional, para la gente que estuvo ahí. No podría ponerme en el lugar de una persona que lo escuche sin saber todo lo que pasó en ese entonces y compararlo con lo que estaban haciendo otras bandas, pero lo que sí puedo decir es que —cronológicamente— yo lo veo como el álbum que marcó el quiebre del rock británico. Después de ese disco Oasis no fue el mismo, se les subieron los humos y el tercer álbum fue muy ambicioso, lo cual les generó un par de caídas muy fuertes. Después del 95 estalla el britpop con cualquier cantidad de bandas.
María José Viera-Gallo: Soy más fan del Definitely Maybe, que es más descuadrado y Madchester. Pero WTSMG llegó solo un año después. Fue como: “Tranquilos, hay más y mejor”. Con este disco, los hermanos Gallagher se convirtieron en los amigos más cool y célebres que podrías tener. Visto con distancia, me parece que el álbum no envejeció, se quedó joven para siempre, como muchas cosas de los 90s. Noel cantando “Don’t Look Back in Anger” mientras mira para atrás en ese auto inglés, o Liam escribiendo #Help# en el video de “Champagne Supernova”, qué puedo decir, son imágenes gloriosas que se quedan. Aparte, tiene una de las mejores canciones de Oasis, “Some Might Say”. “Wonderwall” a pesar de lo gastada, todavía suena fresca en la radio. No puedo dejar de tararearla y sin ninguna vergüenza ajena. Hasta mis hijos cabecean y no saben por qué.
Rainiero Guerrero: Creo que ha dejado dos cosas importantes. Uno son las canciones, que hasta el día de hoy siguen siendo himnos. “Don’t Look Back in Anger”, en lo personal, me representa mucho la época del colegio, los 90, la guitarra. Me imagino todo ese contorno. Y cuando una canción logra eso, es porque impactó mucho. Lo segundo, lo que rescata este disco, y contrario al grunge, creo que mantiene la alegría del rock, de que es algo entretenido, de que es para pasarlo bien, de que es rebeldía. El grunge puso un contraste tan grande con lo sombrío, lo depresivo y lo triste, que yo creo que de esa manera el britpop salió jugando y salió jugando bien de esos lamentos. Siguieron adelante a su forma; yo creo que ese es el gran legado, de pasarlo bien con el rock, y que no se transforme en un drama.
Felipe Arratia: En el 2020, el rock, las guitarras y quizás incluso la actitud “pasada de rosca” de los hermanos Gallagher suena como algo del pasado, como que, para la generación actual, cuesta pensar que tipos que se manejan de la manera pública como ellos lo hacen, se convirtieran en ídolos. Eso habla de cierta transformación en lo que el público espera de sus ídolos. Pero en 1995 los mensajes “pasados de rosca”, las peleas y este desparpajo de los Gallagher era todo. Era algo muy divertido; y ellos además muy conscientes de sus personajes, los exacerbaban y caricaturizaban. Si tengo que resumirlo, creo que la música y la actitud de “no hay mañana”, “la vida es hoy”, de esas guitarras sobreproducidas creo que sigue siendo algo que ha envejecido muy bien. Quizás esta arrogancia y el rock y sus vertientes están en un momento bajo de popularidad y creatividad.
Influencia
Alfredo Lewin: Yo entiendo la industria de la música como este gran dinosaurio que se entrampó en un pozo de alquitrán y se hundió, como las discográficas internacionales; el mismo caso de Sony, que tanto ganó con Oasis en su momento. Es más bien el recuerdo de una gran industria noventera, en donde las maneras de ponderar a Oasis con WTSMG era compararlo con Thriller de Michael Jackson y en tanto estos grandes álbumes en la historia del rock británico, como el grandes éxitos de Queen y el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de The Beatles. En términos de industria, lo más vendido y permanencia en rankings, no podría decir que esa influencia de Oasis tenga algún peso musical, hoy los parámetros cambiaron completamente en ese sentido. Quizás este no es el referente que tiene mayor influencia en las nuevas generaciones de jóvenes británicos en la actualidad, pero no hay ningún problema porque a final de cuentas todo esto es cíclico. Así como Arctic Monkeys recogió mucho de la influencia y la inspiración de Oasis, en particular de este disco, habrá una banda en el 2025 que lo volverá hacer. Así como pasa con The Beatles, todo es cíclico en el mundo de la música popular.
María de los Ángeles Cerda: Creo que el álbum es un faro que ha guiado a bandas alrededor del mundo. Es inspirador tomar a las figuras que te marcaron y crear a partir de ellas tu propia impronta, y querer tomarse el mundo. Pero pocos discos causan el efecto del impacto mundial que llegó a tener Oasis en el 95.
César Tudela: Creo que todavía marca pauta para quienes son amantes de la tradición y componen canciones bajo el canon clásico. Canciones como “Don’t Look Back In Anger”, “Wonderwall” y “She 's Electric” son fundamentales para entender la música popular y el formato canción. Artistas como Harry Styles abrazan la composición de la misma forma en que lo hizo Oasis con este álbum.
Andrés Panes: Hay cosas que hacía Noel Gallagher y otras que tienen que ver con el álbum que son parte de la gran tradición de la música y que nunca han pasado de moda. A todos nos encantan los fanfarrones británicos, como Ian Brown (The Stone Roses) hasta Alex Turner (Arctic Monkeys) cuando era joven; tipos que dicen frases escandalosas. Lo mismo con la competencia con Blur, ese aspecto de medición sigue estando de moda. Por otro lado, la influencia emocional y espiritual sigue vigente.
Nuno Veloso: Lo que ocurre en WTSMG es precisamente eso, la consolidación de Oasis como estandartes del pasado para el futuro y el final del llamado britpop. Creo que la forma en que la influencia de este disco puede seguir vigente es decirle al mundo que tú tienes que ser honesto y que, si estás sacando ideas de alguna parte, no tienes por qué complicarte. Creo que tienes que sentirte orgulloso de llevar el legado de otra gente y amplificarlo a las nuevas generaciones, eso siempre alguien tiene que hacerlo. Es muy descarado decir que todo lo que a uno se le ocurre es una idea nueva, ser un eslabón potente en la cadena a veces tiene mucho más mérito que creer que uno es el comienzo de todo.
Macarena Lavín: Me imagino que aún influencian a nuevas bandas. Ahora en términos de industria no veo a ninguna banda de rock y pop llenando un Knebworth con solo dos discos, ni con tanta atención mediática. El foco de la industria está puesto en otro tipo de música.
Rainiero Guerrero: Hay que entenderlo en un contexto, donde la industria aún era potente, MTV roncaba por todos lados; en ese entonces, Oasis era como los nuevos The Beatles. Yo creo que esto repercutió más en el mundo angloeuropeo; bueno ahí siguen habiendo bandas rock que se inspiraron en los sonidos de Oasis, de Blur y The Verve. No así con el grunge. Si te pones a pensar, el grunge cerró una etapa y hoy tú no podrías nombrar, o sería muy difícil, nombrar a seis bandas que sean herederas del grunge; como que el grunge fue un movimiento que hizo lo que tenía que hacer, pero que no dejó mucha semilla. Es raro eso. No así el britpop, y no así Oasis. Hasta hoy hay muchas bandas inglesas que siguen esa cuerda super beatlesca, super pop, super de la banda. Ahí está uno de los grandes legados de este disco: ellos tocan una tecla y no se salen de ahí, y pueden convivir con esos estilos. Son bien duros en eso, me gusta.
Joaquín Vismara: La vigencia tiene que ver con el poder de la canción. Las canciones de Oasis no tienen grandes condimentos, sobre todo las que han prosperado, no tienen mayores recursos; uno puede eliminar, reducirlas a la cantidad mínima de elementos y van a funcionar. Más allá de que hay un talento genial de por medio, no hay una fórmula secreta, simplemente aprender a perfeccionar el arte de las canciones. Me parece que eso también es una especie de legado: tu éxito dependerá y será tan duradero como lo sean las canciones. Uno puede preocuparse por sobre producirlas, por ornamentarlas, pero si la base sobre la cual se edifica no es sólida, todo eso se termina desvaneciendo en el aire. De hecho, por lo que he visto de Argentina (y un poco en el extranjero), Oasis tardó en tener el reconocimiento en la comunidad rockera; hoy alguien podría ponerlos en la misma carpeta de Guns N' Roses y Foo Fighters, pero en su momento, la primera vez que vinieron a Sudamérica en 1998, era un fenómeno, entre comillas, medio cuico, no era parte de la cultura rockera, no era bien visto ser fan de Oasis. Y su legado artística, quizás musicalmente no es tanto, sí lo es en términos de actitud, de plantarse como esta especie de héroes de la clase trabajadora.
María José Viera-Gallo: Escucho más The Masterplan, que son los lados B. Pero en conciertos de Oasis, o en los de Liam y Noel por separado, lo vibro mucho. Me sube el ánimo. Me devuelve algo perdido. Creo que lo que revivo es esa sensación de tener 24 años, estar carreteando a plena luz del día con anteojos oscuros en el patio de una casa, con un disco cuya “onda” da lo mismo. Es un disco que no necesita demostrar nada, está todo ahí. En ese sentido no es apto para los hipsters… creo que no lo entienden por lo “normal” que es.
Felipe Arratia: Creo que el disco representa una épica, un relato que tiene un cierto comportamiento romántico de un grupo de pandilleros, un grupo de tipos de clase baja que no veían mayores expectativas en la vida y que se encuentran con la música y la música les salva la vida; que tratan de imitar a sus ídolos como New Order y Primal Scream… Y alcanzan la cima del mundo. O sea, el momento en que emerge este disco, cuando Oasis estaba en el top del mundo, es una instantánea de la época en cuanto a inversiones publicitarias, marketeras, para elevar ciertos artistas y productos, para masificarlos. Es un momento en el cual el rock es inmensamente popular, cosa que no ocurre ahora. Por lo tanto, se genera un matrimonio que no ha estado presente en los últimos años, en el cual el rock y las guitarras, y la épica rockera están constantemente presentes en los medios masivos. Una parte importante del éxito de Oasis, particularmente en el Cono Sur, tiene que ver con una presencia constante en MTV Latino. No solo pasa con “Morning Glory”, los videos de Oasis desbordan la pantalla de MTV durante la segunda mitad completa de los 90; entre el 94 y 99 los tenías rotando todo el día en MTV. Explica en parte el fenómeno de una banda que no logra generar el éxito que tuvo en Inglaterra en EE.UU., en EE.UU. no pasa mucho con ellos. Oasis, por ejemplo, no logró generar ni de cerca lo que hizo Coldplay en EE.UU., en cambio en Latinoamérica sí fueron muy grandes, y eso se explica en parte por MTV Latino, en el caso de Chile, por el apadrinamiento absoluto de la Radio Rock & Pop. Y también porque Chile, al menos en ese minuto, era un país bien rockero. Y si lo pensamos, tal vez esa épica se ha traslado a otros estilos: la historia del chico que agarra un instrumento (o un equipo de computación) y se pone a hacer canciones, y sueña con ser gigante, quizás se ha trasladado al mundo urbano. Entonces probablemente el próximo Liam o Noel Gallagher está en el trap quizás, no tenemos idea… Un disco como WTSMG representa el punto máximo de euforia, exposición y de sentirse en la cima de un huevón que no tenía nada que perder.
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