Contracultura en Nueva York: un paseo virtual por la historia del East Village
El barrio ubicado en el distrito de Manhattan es conocido por su multiculturalidad. Tanto poetas de la generación Beat, como artistas del graffiti y bandas de punk, encontraron un espacio en el sector. Acá, un recorrido virtual por los lugares históricos.
En 1975, Nueva York enfrentó una de las crisis económicas más profundas de su historia. La administración deficiente por parte de las autoridades y los recortes en el presupuesto fiscal provocaron que, durante el mandato del demócrata Abraham Beame, la tasa de delincuencia en “delitos graves” subiera un 13% entre 1976 y 1977, según informó The New York Times en su edición del 5 de marzo de ese último año. Por otro lado, el periódico expuso que el desempleo alcanzó un 10.9% a nivel estatal.
Tal estado de decadencia llevó a que se le apodara como “la ciudad del terror” e, incluso, los visitantes recibían folletos en el aeropuerto, los cuales tenían recomendaciones para sobrevivir a La Gran Manzana.
Aquel escenario llevó a que las familias de clase media, que antes residían en East Village, abandonaran el vecindario por motivos de seguridad y alquilaran sus departamentos a precios económicos. El resultado fue que diversos grupos de jóvenes llegaron al barrio; entre ellos, artistas que querían vivir de sus obras, pero que carecían de recursos para sustentarse en otros espacios de Nueva York.
Así, East Village pasó a convertirse en una Meca de la contracultura estadounidense.
Entre partituras, colores y prosa en el St. Mark’s
Si bien, fue en la segunda mitad de la década del 70 cuando East Village recibió una cantidad masiva de nuevos residentes, el sector ya alojaba autores desde una década antes. El conocido St. Mark’s Place es el tramo de la 8th Street que abarca desde la sexta hasta la tercera avenida, el cual recibe su nombre por su cercanía a la Iglesia de St. Mark’s, construida en 1799.
Este espacio cobró relevancia fundamental en el desarrollo de la generación beat. Poetas como W. H. Auden, Jack Kerouac y William S. Burroughs frecuentaban los cafés y galerías de arte en la zona, mientras que Allen Ginsberg era cliente habitual del Gem Spa, un local que ofrecía dulces, cigarrillos y en donde el poeta compraba cremas de huevo que vendían en ese entonces. Aquel lugar aun sigue operativo en East Village.
En 1956 se fundó The Five Spot en Cooper Square, para después trasladarse a Bowey en 1962. Este club de jazz recibió músicos de distintas variantes del género, además de vanguardistas y escritores que acudían a los espectáculos.
Bateristas como Elvin Jones, la pianista Blossom Dearie y el saxofonista Cannonball Adderley frecuentaban el lugar, mientras que nombres como Miles Davis, John Coltrane, Ornette Coleman, Don Cherry y Thelonious Monk, se presentaron en su interior.
A pesar de que el café cerró en 1976, debido a que sus dueños no pudieron renovar la licencia de cabaret; el último jazzista mencionado alcanzó a grabar dos álbumes en directo desde ahí, los cuales se titulan Thelonious in Action (1958) y Misterioso (1958).
Con el tiempo, la llegada de nuevos artistas y la fusión entre culturas emergentes fue desarrollando diversidad en los espacios de reunión. Entre 1967 y septiembre de 1971, operó la discoteque Electric Circus con la frase “juega, vístete como quieras, baila, siéntate, piensa, sintonizate y enciéndete”.
Aquel lugar era conocido por su gran cantidad de luces y por recibir compañías de teatro independientes, además de bandas psicodélicas y experimentales; entre ellas se encontraron The Velvet Underground, Grateful Dead y el compositor minimalista Terry Riley.
La vorágine del punk estadounidense
Uno de los géneros que cobró más relevancia al interior de East Village, fue el punk. CBGB & OMFUG se inauguró en 1973 como un club que, en sus orígenes, recibió músicos country, blues y bluegrass (de ahí vienen sus iniciales), pero de a poco fue convirtiéndose en uno de los puntos clave para el desarrollo de la cultura punk y new wave en Estados Unidos.
Nombres como Blondie, Patti Smith, Iggy Pop, Television, Bad Brains, Sonic Youth, Ramones, Dead Kennedys, Talking Heads y The Runaways se presentaron en el recinto, mientras que agrupaciones británicas como The Police también tocaron en el lugar. Asimismo, el artista Andy Warhol era conocido por frecuentar los eventos.
Finalmente, este fue clausurado en 2006, debido a las deudas económicas que tenían los propietarios.
Pero la cultura punk neoyorquina no solo se redujo a la música, sino que también se manifestó en el ámbito de la moda. Manic Panic fue el nombre de una de las boutiques más emblemáticas de La Gran Manzana, la cual fue fundada en 1977 por las hermanas Tish y Snooky Bellomo. Esta se caracterizó por vender pantalones de stiletto, guantes de cuero, extensiones de cabello y maquillajes de colores extravagantes.
Entre sus clientes figuraron nombres como Debbie Harry, Cindy Lauper, Joey Ramone y David Bowie, quien según un artículo de The New York Times, vivió en el edificio 285 de la calle Lafayette.
De la calle a las galerías
Desde 1978 hasta 1983, el Club 57 de East Village fue el centro de reunión para diversos artistas de la cultura pop y el graffiti. Exponentes como Jean Michel Basquiat, Keith Haring y Kenny Scharf presentaban sus obras en el club nocturno, mientras que también incursionaron en el arte de la performance.
A pesar de que el éxito comercial de algunos de ellos provocó que migraran a vecindarios más acomodados, galerías como The Fun Gallery surgieron para posicionarse como centros dedicados a la exposición de graffitis; una disciplina que anteriormente compartía —en segundo plano— sus espacios de exhibición.
Esta fue fundada en 1981 por un grupo de artistas, entre quienes se encontró la performer Patti Astor. En un inicio, ella estaba familiarizada con la escena del punk, pero de a poco fue involucrándose en el surgimiento de la cultura del hip hop, en la cual la técnica del aerosol adquiere un papel protagónico. Si bien The Fun solo operó por cuatro años en East Village, este fue un espacio fundamental para artistas como Jean Michel Basquiat.
Un ambiente diverso
La explosión de variadas disciplinas artísticas en las calles del barrio neoyorquino trajo consigo la inclusión de distintas identidades y preferencias sexuales. Un espacio clave en esta materia fue el Pyramid Club que se fundó en 1979 en la 101 Avenue A.
El espacio, que aun se mantiene operativo, se caracteriza por recibir personas de la comunidad LGBTIQ+ en sus fiestas y por haber impulsado las presentaciones drag. Entre sus visitantes han estado Madonna, Keith Harring, Basquiat y Cindi Lauper; mientras que según su sitio web oficial, tanto Nirvana como Red Hot Chilli Peppers tocaron sus primeros conciertos en Nueva York al interior de su espacio.
Hoy el Pyramid es conocido por sus fiestas con ambiente ochentero, en las cuales abunda la música New Wave, Synth Pop, gótica, punk y alternativa.
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