El rostro del capitán se ensombreció. La desaparición de la nave San Antonio entre los canales del Estrecho no era una buena señal. Las tormentas, el viento y el frío habían golpeado a la expedición, que atravesaba paisajes desconocidos sorteando corrientes caprichosas y olas descomunales. Pero Magallanes sabía que ningún fenómeno natural es tan devastador como la deslealtad. Después de sofocar un motín meses atrás, a inicios de noviembre de 1520 el marino portugués comprobó que la San Antonio había desertado: la rebelión triunfó cuando él menos lo esperaba.

Integrada originalmente por cinco embarcaciones, la flota zarpó desde Sevilla el 20 de septiembre de 1519. Un año después, el 21 de octubre de 1520, Magallanes encontró el paso que comunica el Océano Atlántico con el Pacífico, desconocido entonces y que los conduciría a Oriente y a completar la primera vuelta alrededor del mundo.

Durante ese período, el capitán había soportado tempestades, hambre, el naufragio de una nave en los roqueríos del sur del mundo y había desarmado violentamente un motín, en el que demostró determinación y crueldad: condenó a muerte a los cabecillas, que perecieron desmembrados o decapitados, torturó a otros, le perdonó la vida a 40 luego de engrillarlos, y dejó en una isla desierta en medio del hielo a otro par de rebeldes.

El nuevo alzamiento lo dejaba con tres naves y ocurría cuando exploraban los fiordos del Estrecho, sembrados de islotes cubiertos de espesa vegetación con afilados cantos que caen al mar. Lo más sensible de la pérdida en ese momento era que la San Antonio cargaba las provisiones. De este modo, cuando salieron al inmenso Océano Pacífico, la tripulación sería diezmada por la falta de alimentos, las enfermedades y la muerte. “Nos alimentábamos de galletas que no eran galletas, sino polvo de galletas infestado de gusanos”, anotó el italiano Antonio Pigafetta, el cronista de la expedición. “Bebíamos agua amarilla que llevaba muchos días podrida”, observó, mientras los hombres caían abatidos por el escorbuto.

En septiembre de 1522, solo un barco regresó a España. De los 250 miembros de la expedición sobrevivieron 18, y Magallanes, nacido en Portugal en 1480, no estaba entre ellos.

“En ese momento, navegar alrededor del mundo era como hoy ir a Marte”, dice el biógrafo Laurence Bergreen, autor de Magallanes: Hasta los confines de la Tierra. Publicado en español por el sello Ariel en 2018, volvió a librerías con motivo de los 500 años de la expedición. En más de 400 páginas, Bergreen entrega un minucioso y cautivador relato del viaje, atravesado de peligros, tensiones y traiciones. “Fue la mayor aventura que uno podía imaginar. Nadie estaba seguro de que pudiera hacerse. La gente sabía que el mundo era redondo, pero en Europa había muchas supersticiones sobre las criaturas que acechan en las profundidades. Así que se requirió mucho coraje para intentar una circunnavegación”.

La idea de un pasaje que conectara el Atlántico con el Pacífico, ¿era una certeza de Magallanes? ¿O fue más bien una obsesión?

Magallanes se basó en rumores, algunos de ellos de orígenes oscuros, sobre el Estrecho que conecta el Atlántico y el Pacífico. Había muchos estrechos falsos, ríos que no atravesaban todo el camino. Entonces tenía la convicción, pero no se sabe con certeza si, por ejemplo, alguien lo precedió por el Estrecho. Simplemente no lo sabemos con certeza.

Para Portugal, Magallanes fue un traidor al servicio de la corona española; para los españoles, bien podía ser un espía portugués. Su decisión de hacer el viaje en nombre de España lo puso en una situación muy incómoda. ¿Esto determinó el espíritu de la expedición?

Sí, la sospecha dominaba el día. Los oficiales españoles pensaban que ellos estaban a cargo, no Magallanes. Así que tuvo que estar constantemente atento a los motines y la deslealtad.

¿Qué fue más desafiante? ¿Los desastres naturales o las intrigas de sus hombres?

En mi opinión, los hombres representaban el mayor peligro, especialmente los miembros desleales de la tripulación. Fue como dijo Jean-Paul Sartre: “El infierno son los otros”. Magallanes sabía cómo hacer frente a las tormentas y otros desastres, como el hambre, pero las intrigas resultaron ser su perdición.

¿Cómo describiría el liderazgo y la personalidad de Magallanes?

Debo confesar que nunca entendí mucho la personalidad de Magallanes. Pero sí sabemos algunas cosas: era muy devoto, muy serio y muy hábil. Y fue increíblemente valiente. Pero también se mostró rígido y sin humor, más rígido, de hecho, a medida que avanzaba el viaje. Sus marineros estaban descontentos con él, pero en esos días, los capitanes gobernaban a través del miedo, la intimidación y el castigo físico. Tenían el poder de vida o muerte sobre los marineros.

Detalle del mapa de Abraham Ortelius de 1589, que representa a la Victoria, la nave de Magallanes.

Los castigos que impuso a los traidores fueron brutales. ¿Fue necesaria esa crueldad? ¿No sembró más desconfianza?

Sus brutales castigos eran el procedimiento operativo estándar en esos días. Magallanes no fue ni mejor ni peor en este sentido que otros capitanes de su época. Quizás este trato duro empeoró las cosas. En cualquier caso, sus marineros le temían.

La muerte de Magallanes, en una reyerta con nativos de Filipinas, parece difícil de comprender, con la sagacidad que había demostrado. ¿Qué llevó a Magallanes a exponerse de esa manera?

Se podría decir que fue orgullo y error de juicio. Magallanes tropezó con una pelea con (el jefe) Lapu Lapu en Filipinas que debería haber evitado. En cambio, fue emboscado. Fue una pérdida trágica. Irónicamente, hoy se le honra como la persona que llevó el cristianismo a Filipinas, donde este echó raíces.

Si no hubiera caído en esa trampa, ¿Magallanes habría completado el viaje alrededor del mundo?

Sí, habría completado la circunnavegación, pero al regreso a Sevilla, España, se habría enfrentado a serios problemas. Algunos de los amotinados que ya estaban allí difundieron mentiras sobre su supuesta traición y mal comportamiento, y al menos las autoridades españolas lo habrían juzgado por ello. Podría haber sido encarcelado. Incluso podría haber sido ejecutado. Tenga en cuenta que los pocos supervivientes del viaje no recibieron la bienvenida de un héroe a su regreso. Era Pascua y realizaban actos públicos de penitencia por sus pecados, caminando o gateando sobre piedras hasta que les sangraban los pies.

¿Cuál cree que es el mayor legado de Magallanes?

Hay muchos. Demostró más allá de toda duda que este era un mundo. Su viaje agregó una enorme cantidad de información sobre el mundo natural. Demostró que era posible llegar al Este navegando hacia el Oeste. Demostró que el Océano Pacífico, que los europeos desconocían, era con mucho la masa de agua más grande del planeta. Y mostró lo mucho que podía lograr una persona valiente. Su viaje marcó el comienzo de la era moderna.