Abecedario Duna: 25 años de buenas canciones
Las canciones son el alma de una radio. Acá compartimos veintiséis, que además trazan la hoja de ruta de Duna en el 89.7 del dial. En Culto te contamos algunas de las historias detrás de cada tema, de la A a la Z.
A Un fracaso romántico convertido en una épica, es lo que propone la letra de Morrissey, en el tema que se instaló como un himno de los Smiths en los surcos del fundamental The Queen is dead. El cantante se imagina en la piel de un hablante que anhela la compañía, a tal punto, que no le importa estrellarse contra un autobús de dos pisos y morir, con tal de no hacerlo solo. En poco más de cuatro minutos, la canción reúne la fascinación de Moz por el cine de viejo cuño y la suprema habilidad del guitarrista Johnny Marr para reciclar melodías del pasado.
B La música fue un regalo de Bruce Springsteen. Mientras grababa Easter en Nueva York, el Jefe llegó con una canción que no podía cerrar. La inspiración estaba, pero la letra simplemente no aparecía. Patti Smith, que por entonces mantenía una relación a larga distancia, se quedó escuchando la grabación mientras esperaba una llamada de su novio desde Detroit. Como las horas pasaban y el teléfono no sonaba, la cantante mató las horas escribiendo algunas líneas sobre dos amantes, sobre a quién pertenecía la noche.
C Surgida en un principio como encargo de Timothy Leary, el hombre que promovía el consumo de LSD, la canción que abre el álbum Abbey Road de los Beatles, se inspiró en el gusto de John Lennon por la música de Chuck Berry. Con los aportes de Paul McCartney el tema alcanzó la estatura de clásico, aunque este debió soportar, con mucha rabia, que su autor lo relegara de la grabación.
D “A partir de esa canción he hecho todo hasta ahora”, cuenta Gepe sobre el impacto de “Por la ventana” para su carrera. Compuesta “al tiro”, con una guitarra acústica a la que le sacó una cuerda, la considera como su primera canción pop. Pero también marcó un período en que el sanmiguelino consolidó su propuesta, que desarrolla música de raíz, desde una perspectiva más luminosa y con vocación masiva. Incluida en el excelente Audiovisión, y producida por el oído especializado de Cristián Heyne, es probablemente la canción que lo presentó como un hitmaker intratable y talentoso.
E ¿La historia de un acechador o de un enamorado? “Cada respiro que tengas / cada movimiento que hagas / cada lazo que rompas / cada paso que des, estaré mirándote”, reza la canción de The Police. Sting, su autor, contó que aunque la gente la malinterprete como una melosa canción romántica, “es muy siniestra y se trata absolutamente de todo lo contrario”. Según el músico, un día se despertó en mitad de la noche, se sentó en el piano y la escribió en apenas media hora. “La melodía en sí misma es genérica, pero la letra es interesante. Parece una canción de amor reconfortante. En ese momento no me di cuenta de lo siniestra que era”.
F ¿Quién no ha movido la patita con la hipnótica línea de bajo de Tina Weymouth que inicia “Psycho Killer”? Fue la primera canción que compuso David Byrne para Talking Heads. Curiosamente, su letra no tiene nada de festivo, trata de un asesino en serie, y para ello, Byrne tomó dos referentes: Alice Cooper, y el personaje de Norman Bates en el thriller Psycho de Alfred Hitchcock de 1960. El verso en francés al medio (Qu’est-ce que c’est?", que significa “¿Qué es esto?”) fue una idea de Byrne que escribió Weymouth, quien hablaba el idioma. Ante esa pregunta viene la arrolladora respuesta Fa-fa-fa-fa-fa-fa-fa-fa, y luego, el asesino echa a correr. Tal como los pies en la discoteca al sonar esta canción.
G Con la alegría desbordante de los noventeros días del Brit Pop, Blur estrenó el single “Girls & boys” en 1994, como primer corte del álbum Parklife. Damon Albarn la compuso en Mallorca, mientras estaba de vacaciones, al quedar impresionado por cómo interactuaba la gente en el lugar. “Todos estos tipos y todas estas chicas que se encuentran en el abrevadero y luego copulan. No hay moralidad involucrada, no digo que deba o no deba suceder”. Luego, en el estudio se armó con una caja de ritmos en tiempo de música disco. Solo queda bailar.
H “La hice con una caja de ritmos chiquitita que me prestó el Miguel Conejeros de los Pinochet Boys”, contó Jorge González sobre la trastienda de “El baile de los que sobran”, tercer sencillo de su disco Pateando Piedras. “Quería hacer un tema como los de Heaven 17 o Depeche Mode”, dijo el líder de Los Prisioneros sobre un tema que pasaría ser himno del 18-O. “Es una pena que tengan que seguir cantando todavía ‘El baile de los que sobran’, porque los problemas son los mismos”.
I Iggy Pop compuso “The passenger”, en 1977, en los agitados días en que compartía apartamento en Berlín junto a David Bowie. Lo hizo un día mientras viajaba en el S-Bahn, el metro de la ciudad germana. La canción pretendía reflejar el espíritu nómada y punk del oriundo de Michigan. Bowie, como socio en el período, colaboró grabando voces de apoyo en los “La-la-la” del coro. El single fue un éxito, y posteriormente, Siouxie and the Banshees le hizo una imperdible versión.
J El 15 de enero de 2018 se apagó la voz de Dolores O’Riordan, vocalista de la mítica banda irlandesa The Cranberries, quien murió repentinamente en Londres. Uno de los problemas más graves y que le dejó una profunda impronta fue el abuso sexual que padeció de niña, al que ella misma se refirió en numerosas ocasiones. En 2013, la vocalista confesó que fue abusada por cuatro años desde que tenía 8, por una persona de confianza de la familia. “Era apenas una niña”, dijo O’Riordan. Durante años lo mantuvo en secreto, mientras se culpaba a sí misma por lo que había ocurrido. “Eso es lo que pasa. Crees que es tu culpa. Enterré lo que pasó. Es lo que haces al principio. Lo entierras porque estás avergonzada de ello. Piensas: 'Oh Dios, cuán horrible y asquerosa soy. Tienes un odio hacia ti misma que es terrible. Y cuando me hice famosa a los 18 y mi carrera despegó fue aún más duro. Ahí desarrollé anorexia”, contó. En “Just my imagination” la cantante muestra los múltiples registros de The Cranberries. Podían pasar de la furia de “Zombie” a la dulzura y optimismo de “Just my imagination” sin despeinarse.
K En 1972, Charles Fox y Norman Gimbel escribieron una canción para Lori Lieberman, inspirados en un concierto que marcó a la cantante. Había quedado fascinada con un show de Don McLean, famoso por entonces por su canción “American pie”. Así grabaron una primera versión de “Killing me softly with his song”, que tuvo apenas una tibia recepción. Sería un año más tarde, cuando Roberta Flack la grabó en 1973, que el tema arrasaría en los rankings y hasta los Grammy. Roberta había dado en el clavo.
L En 1984, Nile Rodgers, el histórico miembro de Chic que produjo varias canciones de Like a Virgin, no estaba exactamente entusiasmado con el demo de la canción que nombra al segundo disco de Madonna. Si uno la escucha, es comprensible: sin la garra de la producción de Rodgers, podría haber sido un relleno de cualquier otro artista. Como el propio Rodgers contó en 2012: “Le dije a Madonna que, francamente, los demos eran interesantes y había buenas canciones, pero si hacíamos otro álbum como el primero, la gente no iba a ser capaz de distinguirla de otras cantantes. Podemos hacer estas canciones, pero deja que las haga con mi banda. Deja que Chic toque esta canción. Le daremos la personalidad que el demo no tiene”. Dicho y hecho.
M La canción “Nos siguen pegando abajo” en realidad se llamaba “Pecado mortal” y Charly García —su autor—, notablemente irritado, reconoció que fue la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música quien la rebautizó. Lo mismo sucedió con otros temas de Clics modernos, “Plateado sobre plateado”, que originalmente era “Huellas en el mar”, y “Dos cero uno” en lugar de “Transas”. Fueron tres casos de intromisión prepotente en los temas compuestos en una expedición a Nueva York, un año después del cese al fuego en la guerra de las Malvinas.
N Original de Prince, la versión de “Nothing compares to U” que conmocionó al mundo fue la de la irlandesa Sinéad O’Connor, con lágrimas incluidas en su video clip. “No tenía la intención de que sucediera ese momento, pero cuando sucedió, pensé: ‘Debería dejar que esto suceda’”, contó años más tarde sobre ese momento. Consciente de que el single podría traerle reconocimiento, se rapó la cabeza porque quería ser conocida por su música, no por su belleza. Y así fue. La canción trepó como espuma hacia el número 1. Tanto fue así, que la joven Sinéad ganó un Grammy a la Mejor Interpretación Alternativa, pero se negó a asistir a recibir el premio. Definitivamente, su vida no volvió a ser la misma tras este cohete. ¿Y Prince? La versión nunca le gustó, pero sobre todo, no le gustaba que nadie grabara sus canciones a menos que se lo pidieran formalmente.
O Ideal para bajar las luces y ponerse en plan romántico con esa persona especial es “Baby, I Love Your Way”, de Peter Frampton. La canción es sencilla, una sentida balada donde el guitarrista le dice a su querida que ama todo sobre ella y quiere estar con ella día y noche. En su versión de estudio no tuvo mayor repercusión, pero llegó el fundamental Frampton comes alive! (1976), y la interpretación en directo no solo ayudó al disco, también se convirtió de inmediato en un éxito junto a la inmortal “Show me your way”. Ahí fue cuando ganó su pasaje a la eternidad.
P La traducción correcta de “Sympathy for the devil”, incluida en el fundamental Beggars Banquet (1968) es “Empatía por el demonio”. La letra fue escrita por Mick Jagger y se inspiró en un libro que le facilitó su entonces novia, Marianne Faithful. Se trataba de The Master and Margarita, un libro de Mikhail Bulgakov. Jagger ha aclarado que se trata sobre el lado oscuro del ser humano, no sobre el demonio en sí mismo. Como una ironía cruel del destino, fue una de las canciones que interpretaron en el accidentado recital en Altamont, en 1969. Donde apareció el lado oscuro del ser humano.
Q Una amiga, muy apesadumbrada, le contó a Francisca Valenzuela que había terminado con su pololo de años. Impresionada por la sensación de pérdida, de inmediato ella decidió llevar la historia a una canción. “Salió de una -recuerda- después solo le cambié como dos líneas de la letra”. Se sentó al piano y así salió “Que sería”, el segundo sencillo del álbum Buen soldado (2011), el que consolidó a la cantautora como una de las nuevas voces en una década en que el pop chileno floreció.
R La característica guitarra de inspiración reggae tocada por Andy Summers, abre “Roxanne”, la primera canción que le dio algo de visibilidad a la propuesta de The Police. Un trío que tomaba elementos del punk y la música negra, en una fusión que sonaba fresca en los surcos del elepé debut Outlandos D’Amour. Aunque no estaban convencidos de lanzarla como sencillo, fue el olfato del manager el que les convenció de que era una buena canción. Y no se equivocó; la historia de una trabajadora sexual, tocada con la habilidad de Sting, Summers y Stewart Copeland, se convirtió en un clásico.
S Poco antes de morir en 2013, Lou Reed contó que su clásico tema, “Walk on the wild side”, fue escrito cuando tenía 29 años entre fiestas organizadas por la Factory de Andy Warhol y conciertos de The Velvet Underground. Inspirada en la película de Edward Dmytryk, La gata negra, trata sobre cinco historias de personajes que “supieron sobrevivir a infancias y adolescencias miserables para convertirse en lo que querían ser”. Cinco espíritus libres que demostraron con su ejemplo que incluso en el más cruel, el más intolerante y homofóbico de los universos, puedes encontrar la manera de reinventarte y sobrevivir a tu propia vida.
T En este clásico de Fleetwood Mac, Christine McVie canta sobre una relación que se rompe y en la que pide a su amante que le mienta, mientras Stevie Nicks pone el contrapunto. Una mentira para motivarse a seguir intentándolo, aunque en el fondo sabemos que separados estarán mejor.
U David Bowie y Freddie Mercury coincidieron en 1981, cuando el autor de “Starman” fue invitado por Queen para grabar las voces del tema “Cool cat”, en los Mountain Studios de Montreux. Cuenta Mark Blake, el biógrafo de Mercury, que el Duque Blanco se aburrió rápidamente y sugirió escribir un tema desde cero. Esa fue la chispa para dar inicio a una maratón de 24 horas de vino y cocaína, la que acabó con el esqueleto más primitivo de “Under pressure”, el tema que cierra el disco Hot Space que los británicos publicaron en 1982.
V “Hola qué tal, somos Los Bunkers”, alcanzó a decir el cantante Álvaro López el año pasado cuando el grupo penquista cortó la tensión en el ambiente de Plaza Italia. Poco antes de las veinte horas, el baterista Manuel Basoalto marcó el comienzo de “Ven aquí”, el arranque de un disco llamado Vida de perros que esa tarde de estallido social operó como la obertura del esperado regreso de Los Bunkers a los escenarios. Fueron cuarenta minutos y nueve canciones arriba de un camión, los que sellaron un verdadero hito en la historia reciente de la música chilena.
W Fue tal el impacto del videoclip de “Like a Prayer”, que la marca Pepsi prohibió el comercial que Madonna había grabado por entonces para ellos y con el tema de fondo. La historia la contó la propia Madonna en 2019: “¡Hace 30 años, un día como hoy lancé ‘Like a Prayer’, e hice un video que causó mucha controversia porque besé a un santo negro y bailé frente a las cruces ardientes!”, recordó la estrella del pop.
X Compuesta por Jeff Lynne e interpretada por Olivia Newton-John, “Xanadu” apareció en 1980 al alero de Electric Light Orchestra para la película de Robert Greenwald, una fantasía musical del mismo nombre protagonizada por la cantante australiana, junto a Gene Kelly y Michael Beck.
Y Una canción que dice mucho de su tiempo, en medio de las luchas por los derechos civiles en los Estados Unidos. En palabras de su autor, Bob Dylan, “The Times They Are a-Changin'” es una canción con contenido, concisa. “Esta es una canción con un propósito. Sabía exactamente lo que quería decir y a quién quería decírselo”. Compuesta en octubre de 1963, solo un mes antes del asesinato de John Kennedy. El hecho le hizo cuestionarse a Dylan si interpretarla en vivo o no. Pero los vientos de cambio corrían más fuerte que sus dudas, y decidió mostrarla al mundo. Así, salió publicada en el disco del mismo nombre, de 1964 y casi de inmediato se convirtió en un himno.
Z Entre los gestos y la interpretación de Malcom McDowell en La Naranja Mecánica, y las líneas de William Burroughs en Wild Boys, David Bowie construyó a su inolvidable personaje que dio título a un canción y a un álbum conceptual, y llevó el lenguaje del glam rock a los jóvenes sedientos de una energía diferente en los pesimistas años setentas, gobernados por la maquinaria del progresivo y el disco. Pero también demostró, una vez más, la infinita capacidad de la cultura pop de reinventarse a sí misma a partir del uso y abuso de sus propios elementos; desde el teatro japonés, hasta las estrellas de la era del rockabilly, Bowie no escatimó fuentes para pulir un proyecto que lo impulsó como un artista inquieto y excesivo.
Abecedario Duna
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