Veinticinco músicos se reúnen presencialmente para el concierto La Reforma
Es el número más grande de intérpretes que se han reencontrado físicamente para hacer música en nuestro país desde marzo. El Coro Dietrich Bonhoeffer, que dirige Italo Riffo, rinde este sábado homenaje a Martín Lutero y a Johann Sebastian Bach.
Hasta ahora, la reactivación musical en los escenarios chilenos se ha limitado a formatos pequeños, ya sea de recitales de un solo instrumento, dúos o tríos, frente a la emergencia sanitaria. Sin embargo, existe un coro que volvió a reunirse, presencialmente, para conmemorar uno de los acontecimientos históricos más relevantes de la cultura occidental: el día de 1517 en que Martín Lutero clavó en la iglesia de Wittemberg sus 95 tesis.
“Este concierto es muy importante para nosotros como luteranos, incluso más que el de Navidad”, asegura el director coral Italo Riffo Millán. “La Reforma cambió el mundo, y además estamos en un momento también importante en el país, con lo que está sucediendo en la política, y es algo similar a lo que sucedió en Alemania en esa época”, agrega.
Así, este sábado habrá por sexto año consecutivo un “Concierto La Reforma”, organizado por Riffo. Aunque en el pasado ha logrado reunir varios coros chilenos y argentinos en un festival de dos días, en espacios tan amplios como el Teatro Oriente, este año la celebración será distinta, y estará a cargo del Coro Dietrich Bonhoeffer, que él mismo fundó hace cinco años en honor al destacado teólogo alemán que fue ejecutado en un campo de concentración nazi en 1943.
“Reflexionamos bastante si hacer mosaicos virtuales, como todos los otros coros, y finalmente decidimos que era importante reunirnos, porque no sabemos qué va a pasar el próximo año”, revela Riffo.
El concierto fue grabado en la Iglesia Luterana El Redentor, en Providencia, en cuyo canal de YouTube se transmitirá a las 19:30 horas del sábado 31 de octubre. Se tomaron todas las medidas de bioseguridad: el templo fue higienizado y los 25 músicos se ubicaron a una distancia variable de entre 1,8 y 3 metros, dependiendo de la proyección de la voz y del lugar que ocupaban. Además, usaron mascarillas faciales todo el tiempo. “Son transparentes y con lentes; no se empañan y la voz corre muy bien”, detalla Riffo.
El programa consiste por completo de obras de Johan Sebastian Bach, pues el concierto también rendirá homenaje al célebre compositor barroco, al cumplirse 270 años de su muerte. De Bach, interpretarán corales de las Cantatas N°s 6, 137 y 147, tres corales del Motete Jesu meine Freude (Jesús, mi alegría) y el Dona Nobis Pacem de la Misa en Si menor.
“Muchos musicólogos llaman a la Misa en Si menor como ‘el gran legado de Bach’, y es una obra que ha generado muchas preguntas hasta el día de hoy, porque Bach se demoró 25 años en componerla, la hizo por encargo de la Iglesia Católica y en latín, sabiendo que no la iba a escuchar nunca completa”, apunta el director. Del coro final Danos la paz, que es el que interpretarán, Riffo destaca que “es muy interesante porque está en Re mayor, tonalidad que implicaría que fuese un canto triunfal, pero es todo lo contario; es muy íntimo, con mucha coloratura en todas las voces, va in crescendo hacia el final, y termina ya más glorioso”.
El Coro Dietrich Bonhoeffer también interpretará una obra en castellano: Castillo fuerte es nuestro Dios, himno compuesto por el propio Martín Lutero. “Él escribe la letra y toma una melodía profana que ya existía; es como si ahora hubiera escrito sobre una salsa, por ejemplo, sobre una melodía pegajosa que todo el mundo conoce”, explica Riffo.
Igualmente, la primera versión de Guárdanos, Señor, fieles a tu palabra, coral de Bach que interpretarán este sábado, fue compuesta por Lutero. “Él da a conocer su mirada de la fe a través de la música; escribiendo textos y poniéndoles él mismo la melodía. En el primer himnario luterano, que se editó en 1524, la mayoría eran himnos de Lutero. Esto fue revolucionario en la época porque entonces sólo se cantaba en latín en la iglesia. Lutero, en cambio, enseña la palabra, la Biblia, en el idioma vernáculo de la gente. La música es un aspecto muy importante dentro de la Reforma y Lutero le devolvió al pueblo alemán la bendición de poder cantar”, asegura Riffo.
El Coro Dietrich Bonhoeffer tenía este año una gira a Alemania y Austria que no pudieron concretar por la pandemia, y se sostiene en lo financiero por la Iglesia Luterana El Redentor. Especialistas en el repertorio sacro de esa fe y en el idioma alemán; el próximo año se centrarán en la himnología luterana y una serie de cantatas de Bach para cultos especiales. Italo Riffo, por su parte, también dirige el Coro Frohsinn, que es el más longevo de nuestro país, con sus 135 años de actividad ininterrumpida.
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