A falta de películas de Marvel, llega Spider-Man: Miles Morales
En Culto probamos el nuevo título de Insomniac Games, una aventura para estrenar la PS5 o despedirse de la PS4, con un protagonista afrolatino en los pantalones de Peter Parker.
Apenas apareció Spider-Man hace un par de años, los jugadores de PlayStation 4 se trenzaron en la siguiente discusión:
—Empieza de la manera más genial, sin embargo, la historia empieza a ponerse un tanto aburrida.
—Este juego es una obra maestra llena de detalles y referencias.
—Las mejoras y los trajes son geniales.
—Cuando lo juego me siento Spider-Man, se puede hacer todo lo que hace una araña.
—A pesar que es predecible esperaba que siguiera el nivel de emoción, pero no es el caso.
—Es un buen juego, pero pudo haber sido espectacular.
¿De qué va el argumento? En Spider-Man —uno de los mejores títulos aparecidos en 2018—, Peter Parker lleva más de un lustro como el Hombre Araña y, mientras de día está a punto de graduarse en la universidad, de noche es el protector de una-hermosa-versión-sandbox-de-Nueva-York-tan-real-como-la-de-GTA-IV.
Luego entendemos un par de asuntos: 1) que Spider-Man logró derrotar a un jefe de la mafia llamado Wilson Fisk (Kingpin) y 2) que una nueva pandilla, conocida como los Inner Demons, tomó el antiguo territorio del criminal. Así, el arácnido deberá enfrentar a una gran variedad de enemigos de diversa calaña y dificultad, desde Mr. Negativo, Electro y Buitre, a Escorpión y Rhino.
Lo capital es que aparece otro famoso personaje nacido en el mundo de los cómics, un chico de padre afroamericano y madre puertorriqueña, que dos años después protagoniza nada menos que el nuevo título de la saga gamer de Spider-Man.
Spider-Man: Miles Morales
Ese es el nombre del nuevo videojuego de Insomniac Games al que Culto tuvo acceso, uno que arranca con Miles Morales adaptándose a su nuevo hogar mientras sigue los pasos de su mentor, Peter Parker, como un aprendiz de Spider-Man.
De entrada, es una delicia ver cómo el nuevo superhéroe se mueve por Nueva York lanzando redes a toda velocidad, de manera tan fluida y sin apenas sobresaltos.
Al igual que su antecesor, el nuevo juego nada tiene que envidiar a las grandes superproducciones del cine. Opinión compartida por varios medios especializados. “PlayStation ofrece el antídoto perfecto para un año sin películas de Marvel”, apuntó IndieWire. “Simplemente espectacular”, comentó La Vanguardia. Y “encomiable”, resumió IGN.
La historia dirigida por Brian Horton y Cameron Christian comienza apenas pocos meses después del juego anterior, con Miles Morales y Peter Parker intentando controlar la fuga de un Rhino desatado.
En medio del combate —con maestro y aprendiz peleando codo a codo—, cuando todo parece a favor del supervillano, Miles descubre una habilidad única.
Instalado en su nuevo traje, el protagonista entiende que su picadura de araña lo ha dotado de una variedad distinta de superpoderes: es capaz de crear energía eléctrica con su cuerpo e incapacitar a grupos de enemigos con apenas un golpe.
Ahora, si lo nuestro es el sigilo, las habilidades se han potenciado hasta la invisibilidad —¡como en el cómic!—. En adelante, tareas como infiltrarse son pan comido y los combates complejos pueden detenerse a gusto, simplemente desapareciendo y volviendo a entrar a placer. Así la tarea de limpiar un escenario de enemigos, colgando sus cuerpos en telarañas, sin ser detectados, es más fácil que nunca.
El trabajo sucio
Otro punto a favor es que hubo un recorte en el arsenal de accesorios del Hombre Araña, con menos gadgets disponibles y más habilidades incorporadas naturalmente a los movimientos, lo cual facilita el desarrollo de la historia.
La historia avanza en un detalladísimo Harlem, barrio donde se acaba de mudar el nuevo protagonista junto a su madre —Rio Morales, en plena campaña al Concejo Municipal—, tras los acontecimientos vividos al final del título anterior.
Manhattan se presenta muy familiar —aunque con las torres Fisk en un notable abandono—, con distintas misiones y objetivos a realizar, por lo que habrá que balancearse por la enorme metrópolis en una de las aventuras de mundo abierto que pondrán el telón a la PS4.
Sin embargo, en Spider-Man: Miles Morales no todo es trajes o poderes nuevos. Todo el contexto cambió. Es una cosmovisión distinta, con un protagonista a una edad diferente, con una familia y un clima social que poco guardan relación con el mundo que rodeaba a Peter Parker, algo que salta a la vista no solo en la nueva historia.
Los mismos creadores de Edge of Nowhere y el inminente Ratchet & Clank: Rift Apart de PS5, han llenado de detalles la casa de los Morales. Podemos poner el disco favorito del padre que ya no está y el realismo de la gráfica —a solo días del lanzamiento de una nueva generación de consolas— transporta a nuestras pantallas la fría Navidad de Manhattan y el calor del nuevo hogar.
Tal vez el primer defecto del juego sea el mismo de su antecesor: las misiones secundarias. No solo pueden sentirse aburridas o repetitivas, también vuelven todo monótono aunque no al punto de los títulos de la saga Just Cause (¡insoportable!). Allí, al final de cuentas, el juego conversa con sus vasos comunicantes: toda esa rica galería de villanos y aliados del Hombre Araña.
En resumen, Spider-Man: Miles Morales se siente más como una actualización de la versión anterior —¿acaso la definitiva?— y no como un título nuevo de tomo y lomo como indica su precio de salida. Aunque también es cierto que las mejoras —punto para el Spider-Cat— y la simplificación de ciertos contenidos son un gancho al mentón para los fanáticos, y que recupera la fórmula y ofrece una historia atractiva.
No hay que olvidar que Peter Parker dejó la ciudad para acompañar a Mary Jane hasta Europa, pero el crimen no descansa y sigue al alza. Al final, es un trabajo sucio y alguien tiene que hacerlo.
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