La carta tenía el membrete de la Universidad de Columbia en Nueva York y la firmaba Federico de Onís. Académico de esa universidad y miembro del Instituto de las Españas, Onís le proponía a Gabriela Mistral la edición de un libro con sus poemas. La poeta de Elqui había difundido sus versos en diarios y revistas, pero aún era una escritora inédita. “Nunca he creido en el mérito literario de mi obra; he creido, sí, que hai en ella una potencia de sentimiento que viene de mis dolores; he pensado que podría, en parte, consolar; en parte, confortar a los que sufren menos”, respondió Mistral el 14 de diciembre de 1921. “Van mis orijinales, i va con ellos la expresión de una gratitud mui sincera, mui honda”, agregó.
Editada por el Instituto de las Españas, Desolación apareció en Nueva York en 1922. Fue el inicio de su trayectoria literaria y una señal acaso del destino de su obra, editada y reconocida primero fuera del país. Así ocurrió también en 1945: la Academia Sueca se adelantó al jurado del Premio Nacional.
Precisamente cuando se cumple el 75 aniversario del Premio Nobel, Gabriela Mistral regresa a Nueva York a través de la presentación de su Obra Reunida. Impulsada por el Ministerio de las Culturas y publicada por la Editorial de la Biblioteca Nacional, la colección consta de ocho tomos que recogen su obra en verso, prosa y su correspondencia.
La presentación se realizará este miércoles a las 20.00 h a través de Facebook Live, y en ella participarán la ministra Consuelo Valdés; Pedro Pablo Zegers, director de la Biblioteca Nacional; Gloria Garafulich-Grabois, presidenta de Gabriela Mistral Foundation en EEUU, y Richard Bueno Hudson, director del Instituto Cervantes de Nueva York.
“Hace 75 años Gabriela Mistral se convirtió en la primera mujer latinoamericana en recibir el Nobel de Literatura, y hoy estamos compartiendo con el mundo su Obra Reunida, un proyecto que surge como una iniciativa para poner en valor, en un solo impulso y desde el Estado de Chile, una publicación que permita compilar la mayor parte de su legado literario, inspirado en las múltiples facetas creativas y humanas de la poeta”, dice la ministra.
Pedro Pablo Zegers recuerda que el Instituto de las Españas fue “el antecesor del Instituto Cervantes, entonces este lanzamiento es una manera de hacer un agradecimiento a Federico de Onís a años de distancia, quien fue quien decidió publicar Desolación. El libro fue un tremendo espaldarazo para ella”.
Gloria Garafulich-Grabois, presidenta de Gabriela Mistral Foundation, releva el hecho de que “la primera presentación internacional de la Obra Reunida se realice en esta ciudad y con el Instituto Cervantes. Nueva York fue importante para Gabriela Mistral y Gabriela Mistral fue y continúa siendo importante para esta ciudad”.
Financiada por el Ministerio de las Culturas, Obra Reunida “surgió como el concepto de juntar los aspectos más connotados de la obra de Gabriela Mistral, en consulta con un comité editorial”, complementa Pedro Pablo Zegers. El comité de especialistas lo integran la académica Magdalena Sepúlveda y los poetas Jaime Quezada, Carlos Decap, Gustavo Barrera y Thomas Harris, jefe de Ediciones Biblioteca Nacional.
Los tomos I y II recogen sus poemarios publicados en vida; el volumen III contiene su poesía póstuma; el IV, la poesía inédita y dispersa, y el V reúne su prosa poética. Los libros VI y VII, actualmente en producción, abarcan su prosa, ensayos y artículos. El octavo tomo estará dedicado a su correspondencia.
“Lo mejor es que logramos hacer la edición remotamente”, dice Pedro Pablo Zegers. “En este sentido, la pandemia nos ha jugado a favor. El proyecto nos resultó y estamos contentos. Si la suerte nos acompaña a fin de año presentamos el octavo tomo”.
El volumen de la correspondencia comprenderá sus cartas más significativas. “En el legado de Gabriela Mistral hay más de 12 mil cartas, pero de ellas no todas son relevantes. Hay desde cartas con intelectuales a cartas en las que le piden dinero”, indica Zegers. Entre ellas, por ejemplo, resalta la carta que dirigió a Armando Donoso y María Monvel, mientras era cónsul en Madrid en 1935 y donde habla con franqueza de la decepción que siente de España y su pueblo “indescifrable”, como lo describió. “Esa carta le costó el puesto y en ella hace una radiografía de la España de preguerra. Estas son cartas que muestran que fue una poeta que supo comentar y analizar la sociedad de su tiempo”, observa Zegers.
La colección será enviada al Instituto Cervantes de Nueva York, ciudad en la que la poeta dio clases, ejerció tareas consulares y donde residió: luego de una trayectoria que la llevó a México, España, Italia y Brasil, Mistral se radicó en Long Island con Doris Dana hasta su muerte, en 1957.