Cuando en la noche del 26 de febrero de 1942 la película Ciudadano Kane (1941) obtuvo sólo uno de los ocho Oscar a los que había sido nominada, ninguno de los galardonados estaba en la sala principal del Biltmore Hotel de Los Angeles para recibirlo. Eran Herman J. Mankiewicz y Orson Welles, los autores del guión de la película que en modo de parábola trágica evocaba la vida del magnate de la prensa William Randolph Hearst. Welles se había escapado a Brasil para filmar una de las tantas películas que nunca terminó en su vida, mientras que Mankiewicz decidió quedarse en casa.
No deja de ser profético que aquella estatuilla se haya quedado sin palabras de agradecimiento a la luz de la historia y de las polémicas sobre la autoría de Ciudadano Kane (disponible en la plataforma Qubit.tv), canónicamente considerada como la película más influyente de la historia. En 1971, la famosa crítica de cine Pauline Kael escribió un lacerante artículo de 50 mil palabras en dos sucesivas ediciones de la revista The New Yorker donde “demostraba” que el auténtico autor del guión de la película era Mankiewicz, desacreditando las contribuciones de Orson Welles.
El ensayo de Kael, que luego fue editado como introducción dentro del libro con el guión original de Ciudadano Kane, contaba además con la simpatía de todos aquellos que no soportaban la egomanía de Welles . Para colmo, la figura de Herman J. Mankiewicz era heroica en su muy particular estilo: genio del lenguaje, ex corresponsal en Europa, poseedor de un humor negro apabullante y, finalmente, alcohólico irredento. Fue también el hermano menos famoso del director Joseph L. Mankiewicz (Eva al desnudo, Cleopatra), y ostentó además el aura de un genio caído en desgracia.
A pesar de que no fue a la ceremonia, Herman J, Mankiewicz (o Mank para sus amigos) sí escribió un discurso de agradecimiento. Tiempo después lo dio a conocer a la prensa y decía: “Estoy muy feliz de aceptar este guión en ausencia del señor Orson Welles ya que también he escrito el guión en su ausencia”. Era la evidencia en clave corrosiva de la que se alimentarían personajes como Pauline Kael para sostener su tesis sobre la real autoría de un guión que en los créditos de la película aparecía firmado por ambos.
En defensa del guionista
La discusión sobre el origen y creación del largometraje que en mayo del 2021 cumple 80 años está otra vez en la agenda debido a una nueva película. Se trata de la esperada Mank, de David Fincher (La red social), que este viernes 4 de diciembre se estrena a través de la plataforma Netflix. La película es protagonizada por Gary Oldman en el rol del bromista, sagaz y tragicómico Mankiewicz. Orson Welles es mas bien una figura secundaria en una producción que parece directamente encaminada a obtener varias nominaciones al Oscar y, en ese sentido, se podría decir que Mank toma otra vez partido por el argumento de Pauline Kael.
Pero, ¿Cuál es ese argumento? Básicamente Pauline Kael sostuvo que Mankiewicz había sido el gran autor del guión de Ciudadano Kane. Para llegar a esta conclusión realizó una larga investigación histórica y entrevistó a productores, miembros del elenco, familiares de Mank y profesores universitarios. Lamentablemente no habló con Orson Welles y quizás ese fue su gran error. Kael, que en ese tiempo era una de las dos voces de la crítica cinematográfica más importantes de Estados Unidos junto a Andrew Sarris, se defendió diciendo que “conocía de antemano la respuesta de Welles”.
El ensayo, publicado 30 años después del estreno de Ciudadano Kane, nació con las buenas intenciones de reivindicar la figura de los guionistas, los trabajadores más subvalorados de Hollywood por muchos años. Tras su publicación, el escándalo y las amenazas de demanda de parte de Orson Welles no se hicieron esperar. Si embargo no hubo que llegar a eso: el cineasta, actor, crítico e historiador del cine Peter Bogdanovich salió rápidamente en defensa de su ídolo y en el año 1977 el académico Robert L. Carringer publicó el exhaustivo Cómo se hizo Ciudadano Kane. En este volumen, el más completo a la fecha sobre la gestación de la película, se derribaban una por por una las tesis de Kael. Ambos, Welles y Mank, eran autores de una obra sin precedentes.
Aunque se trata de un episodio oscuro , es justo decir que iluminó a un magnífico personaje: Herman J, Mankiewicz. De la vida de él o de la de Hearst, a quien Mank conoció, se hacen las grandes películas.