Entre los destinos culturales del país, las casas de Pablo Neruda ocupan un lugar privilegiado, sobre todo entre los visitantes extranjeros. Acostumbradas a ver filas de público en su entorno, desde la llegada de la pandemia en marzo las tres casas-museos se encontraban cerradas. Y luego de más de ocho meses sin recibir público, ayer volvieron a abrir sus puertas los inmuebles de Isla Negra, La Sebastiana en Valparaíso y La Chascona en Santiago.

Principales activos de la Fundación Pablo Neruda, las casas abrirán de martes a sábado, de 11.00 a 17.00 horas en Santiago y Valparaíso, y hasta una hora más tarde en Isla Negra. Para visitar estas dos últimas, el público deberá reservar en el sitio webfundacionneruda.org/reservas. El aforo máximo en cada uno de los museos será de 15 personas por turno.

“Las visitas se realizará cada una hora”, dice el director ejecutivo de la fundación, Fernando Sáez. “Adoptamos todas las medidas de seguridad necesarias: tomamos la temperatura al ingreso, tenemos el personal adecuado y sanitizaremos cada vez que sale un grupo. Es una manera de empezar a normalizar dentro de lo posible y tener un ingreso mínimo”, agrega.

A diferencia de otras instituciones culturales, la Fundación Neruda se autofinancia y solía ser un ejemplo de salud financiera. Pero una porción significativa de sus ingresos proviene de la entrada a las casas-museos y la venta de las tiendas asociadas a ellas. “El 80% de nuestros ingresos proviene de todo el complejo de las tres casas. Si no fuera por ciertos ahorros, ahora estaríamos con la soga al cuello: nosotros no recibimos ni un peso del Estado ni de nadie”, subraya Fernando Saéz.

El dormitorio de Pablo Neruda en Isla Negra.

Consecuentemente, en estos meses de pandemia los ingresos de la fundación cayeron abruptamente. Si bien han mantenido actividades digitales y de hecho inauguraron un recorrido virtual por Isla Negra, tuvieron que asumir reducciones de salarios y suspender algunos programas, como el taller de poesía para jóvenes que cada año beca a sus integrantes.

“Es una situación muy delicada. El golpe económico ha sido fuerte”, dice Sáez. “Antes teníamos 350 mil visitas al año, ahora si llegamos a mil al mes estaríamos felices”.

Poeta popular, Neruda aún factura por sus derechos de autor y su obra se reedita permanentemente. “Ahora Planeta va a sacar el último tomo de la Obra Poética Completa, y en China se está reeditando. Pero en términos de derechos eso se refleja un año después, y no es un porcentaje tan importante, bordea el 10% de nuestros ingresos”, observa Fernando Sáez.

La Chascona, casa de Pablo Neruda en Santiago.