Los Bunkers: historia de un disco incorrecto
El grupo penquista llegó a Santiago en 2000 y por esa misma fecha grabaron su debut, el mismo que ayer fue relanzado en vinilo y CD. Aquí, Mauricio Durán, Mauricio Basualto y Gonzalo López evocan los inicios de la última gran banda de rock nacional.
Mauricio Durán
“El año 99 pasamos tocando donde podíamos en Conce, clubes, poblaciones, la U. Ya teníamos algunas canciones que estuvieron en el primer disco como ‘No sé', ‘Jamás’ y ‘Fantasías (animadas de ayer y hoy)’. ‘Buscando cuadros’ venía de la banda que tenían Álvaro (López), Francis (Durán) y Gonza (López). ‘Nada me importa’ también es de esa etapa, pero la mitad de las canciones se compusieron en Santiago, como ‘Entre mis brazos’, ‘El detenido’, ‘Yo sembré mis penas de amor en tu jardín’ y ‘Quiero descansar’, que es de Álvaro. Ensayamos muchísimo en una sala que tenían los Santos Dumont en los antiguos estudios Konstantinopla. Ahí se termina de configurar el sonido del grupo. Había precariedad. Francis y yo ocupábamos un pedal, la batería era muy simple, y teníamos una guitarra acústica de 12 cuerdas. Ese era todo el sonido de Los Bunkers”.
Mauricio Basualto
“Compraba parches de una marca chilena muy mala, pero sonaban como antiguos. No queríamos el bombo metalero y esas eran discusiones con los sonidistas con poleras de Judas Priest. Era súper importante que la batería fuera agudilla. Eso hacía que con las guitarras, el bajo y la voz de Álvaro, apareciera este sonido chilenón de orquesta de casamiento. En ese tiempo era extraño, pero ahora uno escucha Tame Impala y es lo mismo. Nos daba la seguridad de no sonar parecido a nada, no por tenerle miedo a las comparaciones, porque nos compararon con Los Tres hasta La culpa (2003)”.
Mauricio Durán
“Los Santos (Dumont) nos salvaron harto. El Gonza grabó el disco con el bajo del Alberto (Rojas). Mauricio Melo prestó una Gibson Les Paul. Creo que yo ya tenía una Strato, pero en el fondo el sonido de ese disco es el maravilloso sonido de la precariedad. No quiero romantizar la pobreza, pero le da su toque”.
Mauricio Basualto
“Eso hizo que nos preocupáramos de arreglar las canciones y que quedaran bonitas. Que los cabros cantaran, que las guitarras fueran bien complementarias, que la batería tuviera redobles no tan usados. Una foto del momento”.
Gonzalo López
“Un bajo como el de ‘Buscando cuadros’ era por las cosas que había escuchado. Me gustaban Los Beatles y dije ‘ah, voy a hacer un bajo como “Taxman”’. Eran las herramientas de ese minuto. Es una fotografía del estado musical de cada uno, de lo que buscábamos en conjunto, de las cosas que llegaban de los compositores, y lo que uno le ponía. Todo eso armado con un conocimiento de la música que no es ni la mitad de lo que tenemos ahora, pero con pilares súper fuertes y una convicción ciega”.
Mauricio Durán
“Entre el querer ser y lo que podís, es lo que termina definiendo un poco el look de la banda. No íbamos al Parque Arauco sino a la ropa usada en Bandera, y la música se compraba en el persa”.
Mauricio Basualto
“Andábamos con la misma ropa de las fotos en la calle, esos ternos y unas parkas verdes, algo que nos gustaba de los mod, y los cortes de pelo con flequillos. El único guapetón era el Álvaro, el resto nos sacabamos partido. Pero teníamos esta idolatría por la imagen de los grupos, y nos separaba de lo que venía de los 90, del grunge y del rocanrol ‘no estoy ni ahí’. A nosotros si nos importaba”.
Mauricio Durán
“Nos teníamos una fe absoluta, ciega. Nunca pensábamos ‘esto va a costar’ o ‘no conocemos a nadie’. Porque de verdad, cuando llegamos a Santiago, no conocíamos a nadie”.
Mauricio Basualto
“Hacíamos gestiones a pata desarrollando capacidades sociales, sobre todo Mauri. Él es periodista, así que tenía mucha más facilidad de palabra. Yo soy más bélico, suelo caer mal. Y entre todos se formó un híbrido. Había un hueón pesado, uno simpático, uno bonito, uno callado”.
Mauricio Durán
“Nuestro mundo se empieza a abrir cuando llegamos al sello Big Sur. Ellos tenían contactos con los medios y venían de Sony. Los portales de Internet estaban empezando y surgían opiniones distintas. Ya no era ‘si no me publican en el Wikén, no existo’. Como éramos una banda chica aprovechamos esos espacios con gente que era más nueva escribiendo”.
Gonzalo López
“Trabajábamos diariamente jornadas enteras. No había una parada para ir a almorzar. Era una pausa anímica más que alimentaria en la sala de ensayos. Fue algo que hicimos desde los inicios hasta el final. Por eso los conciertos salían a toda raja. Llevar las cosas resueltas desde la sala, eso se forjó desde esa etapa donde además no teníamos nada más que hacer. Yo en paralelo terminé cuarto medio”.
Mauricio Durán
“Hablamos con Mauro Melo porque queríamos grabar un par de sencillos. Él va donde Carlos Cabezas, le pide el estudio y nos hacen un súper precio. ‘Jamás’ y ‘Fantasías animadas’ eran las que más tenían pinta de sencillo. Nuestra idea era llevarlo a la Rock & Pop porque De Saloon lo había hecho. Cacha. Es lo que todo el mundo hace ahora. Terminamos grabando el disco completo en un día y Cabezas nos regaló uno más para mezclar. Melo lo lleva a (Marcelo) Aldunate de la Rock & Pop y él nos invita a Las Raras Tocatas. A su vez, él habla con la gente de Big Sur. Ellos nos escuchan y nos dicen que les encantó el grupo. Big Sur eran Álvaro Rivero y Rodrigo Echave, pero Rodrigo no nos había visto en vivo y Álvaro estaba súper entusiasmado en firmarnos, así que nos piden un show. Agarramos la guía telefónica y empezamos a llamar o íbamos a los locales. Gonza cayó en el Opíparos y le dijeron que sí. Ese show fue en octubre. Las Raras tocatas fueron en agosto y el disco lo grabamos a fines de julio. Firmamos y Big Sur masterizó de nuevo con Joaquín García”.
Mauricio Durán
“Nuestra amistad giraba en torno a compartir experiencias y hablábamos mucho de nuestras vidas. Yo era el único que había nacido en la UP y tenía recuerdos. Obviamente la dictadura estaba presente en todo”.
Gonzalo López
“En nuestra burbuja el tema era súper común y daba vueltas el documental de Pato Guzmán”.
Mauricio Durán
“Un amigo mencionó hace poco un detalle que no me había dado cuenta en ‘El detenido’. Musicalmente es muy distinta a la canción política chilena, siempre en tonos menores, una cosa aletargada, solemne, triste. Y esta canción no tiene nada que ver porque es en tonos mayores”.
Mauricio Basualto
“Reencontrarme con este álbum fue un viaje en la memoria muy profundo. Quedé sorprendido de lo compenetrado y amigos que éramos. La confianza que había entre los cinco se nota en la tocá'. Durante mucho tiempo chaqueteamos canciones de ese disco y ahora me gustaron todas. Trabajamos bien, tenemos un mérito grandísimo de haber hecho un disco tan lúcido en tan poquito tiempo, y me hizo acordarme de Los Bunkers mis amigos”.
Gonzalo López
“Cuando sacamos los temas para el show (en plaza Dignidad) del año pasado, sentí ese desparpajo que teníamos. Conectarme con esas cosas ha sido bacán, cómo se maceraban los discos y el trabajo de taller, que era tan importante. Ahora está casi obsoleto conversar y sacar las cosas con los instrumentos en la mano. Cuesta encontrar ese nivel de calentura”.
Mauricio Durán
“Con los parámetros de hoy es un disco incorrecto. No hay clic. Mauro era nuestro metrónomo. El trabajo que ahora hizo Chalo González en la remasterización sacó a la luz varias cosas que en la versión original no suenan. La banda va respirando, a veces se apura, a veces se atrasa, pero lo hacemos juntos. Me gusta ese testimonio de grabar un primer disco, mudarte a una ciudad y empezar una carrera. Después puedes grabar muchos discos pero el primero siempre tiene esa sensación de estar concretando un sueño”.
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