José Luis Sepúlveda (1971) no tiene claro cuánto costó la última película que realizó junto a Carolina Adriazola (1977), pero sí sabe que para ir a Bajos de Mena se demora 10 minutos en auto desde donde ellos viven, a la altura de la estación Elisa Correa, en Puente Alto. Hacia allá tuvieron que trasladarse ambos durante dos años y medio mientras rodaban Harley Queen, el largometraje que hoy se estrena en la plataforma Centroartealameda.tv y Redsalas.cl.
El manejo de datos e información de Sepúlveda funciona con la lógica del cine hecho en comunidad y con presupuestos muy bajos. Por eso su encogimiento de hombros ante la pregunta del dinero invertido y al mismo tiempo sus precisos recuerdos de la ubicación de la casa de Carolina Flores, la protagonista de la película.
“Con esto no quiero decir que no gastemos nada y que no queramos en algún momento hacer algo con más dinero”, previene el director de Mitómana (2009). “Es decir, para hacer Harley Queen igual tuvimos que hacer compras, alimentarnos, pagar bencina, usar tarjetas. Aunque, claro, también es como un cine hecho entre amigos. Definitivamente no creemos en el cine comercial”, comenta Sepúlveda, que junto a su compañera artística Carolina Adriazola tiene cinco largometrajes desde el año 2007.
En estos trece años ambos forjaron un estilo más o menos inconfundible que llamó la atención desde sus inicios con El pejesapo (2007), filme sobre un personaje al borde del suicidio, de la vida y, literalmente, del río Maipo. Elogiada en su momento por el propio Raúl Ruiz, la película fue el primer paso en un camino donde Sepúlveda y Adriazola le han dado rostro a personajes de los márgenes de la ciudad, siempre a medio camino entre el documental y la no ficción.
Lejos del panfleto político y de la caricatura, su cine es consciente en términos sociales sin caer en la consigna. “En el caso de Harley Queen (título que alude al personaje que la protagonista interpreta en su trabajo como stripper), nos interesaba darle voz e imagen a Carolina Flores, una mujer que busca salir adelante a pesar de una serie de problemas en su vida”, comenta el realizador. “El personaje del cómic es Harley Quinn, pero nosotros lo cambiamos por Queen para darle un carácter más heroico quizás a Carolina”, agrega.
Crónica del suroriente
Esta semana también se estrenó en la plataforma gratis de Ondamedia Crónica de un comité (2014), el largometraje de Sepúlveda y Adriazola sobre Gerson, hermano de Miguel Gutiérrez, herido de muerte por bala en una protesta del 2011. Es una de las tres cintas de los directores (junto a Mitómana e Il siciliano) disponibles en la plataforma del Ministerio de las Culturas, a las que habría que agregar la propia El pejesapo, que ellos mismos decidieron subir a Youtube para consumo público.
La cinta toma como punto de partida una situación de evidente injusticia (el carabinero Miguel Millacura implicado en el caso tuvo una condena de pena remitida de 400 días) para ir más allá de lo obvio y contar la historia de la familia afectada: a medida que el caso se entrampa, algunos dirigentes sacan ventaja política de la situación y la propia madre de Gerson termina refugiándose en su fe evangélica. Es evidente que Sepúlveda y Adriazola son inconformistas y no creen tampoco en la política convencional.
Mientras Crónica de un comité, que ganó el Fidocs 2014, aborda la situación de una familia de la villa Jaime Eyzaguirre en Macul, Harley Queen (ganadora a Mejor director en el Sanfic 2019) transcurre en Puente Alto, no demasiado lejos de los propios barrios de Sepúlveda y Adriazola, quienes se conocieron estudiando cine en la Universidad Arcis.
Responsables del Festival de Cine Social y Antisocial (Feciso) y de la Escuela de Cine Social, los directores encontraron en Carolina Flores un personaje (en rigor es amiga de ambos) que podría perfectamente ser un héroe popular de la cotidianeidad. “Ella vive en la Villa El Caleuche, en la misma zona de Bajos de Mena, donde estaban las antiguas casas Copeva”, puntualiza el director sobre Flores, que carga con una tragedia familiar a sus espaldas y que busca reinventarse a través de una productora de eventos y un trabajo como bailarina stripper. En su labor la ayuda Keko, un muchacho que es su fotógrafo y dice ser nazi, y Melanie, aspirante a stripper con intenciones de ser carabinera.
Carolina no roma en serio las convicciones ideológicas de Keko (“dónde se han visto nazis negros”, se pregunta) y, en irónica contraposición, se considera feminista y participa en marchas por la igualdad de género. “Es muy raro lo de Keko. Obviamente nosotros no somos neonazis. Sin embargo, hay que reconocer que Puente Alto tiene una especie de historia al respecto. Me acuerdo de Tito Van Damme, por ejemplo”, comenta Sepúlveda, aludiendo al ex cabecilla del llamado Movimiento Social Patriota.
La realidad siempre es más compleja que la ideología y por eso Harley Queen es una película con matices y contradicciones sorprendentes, donde un muchacho radicalizado le puede tender temporalmente una mano a su amiga Carolina Flores. Pero es también el escenario donde ella lo envía de vuelta a casa y se deshace de su ayuda. “Harley Queen es un espejo de las mujeres estigmatizadas de clase baja. A nosotros nos gusta mucho que ella saque la cara. Después de todo, eso queríamos mostrar en la película”, enfatiza Sepúlveda.