De Pat Metheny a Thelonious Monk: los grandes discos de jazz que deja 2020
Entre los álbumes más celebrados del año hay grabaciones que nos recuerdan la experiencia insustituible de escuchar jazz en vivo, otros presentan el debut de músicos prodigiosos o traen de regreso a artistas de gran trayectoria como Keith Jarrett, y están también los rescates inéditos: Sonny Rollins y el genial Thelonious.
La pandemia apagó las luces de los escenarios y los clubes de jazz. Pero aun en ese panorama sombrío, el género vio la llegada de numerosos discos memorables. El catálogo de jazz de 2020 fue delineado por admirables álbumes debut, registros que traían la frescura y la espontaneidad de las presentaciones en vivo, el retorno de artistas de brillante trayectoria y rescates inéditos, como los de Sonny Rollins y Thelonious Monk.
He aquí una selección de discos imprescindibles del año.
Omega, Immanuel Wilkins
Después de tocar con Jason Moran, Bob Dylan y Wynton Marsalis, entre otros portentos, este saxofonista y compositor de 23 años grabó su primer disco. Producido por Moran, el álbum desborda talento, sofisticación y fuerza dramática en los temas dedicados al conflicto racial. Con momentos introspectivos y de lirismo profundo, el disco pasa de manera fluida y elegante a pasajes más explosivos. “El disco de jazz debut más importante en años”, anotó Jazz Times.
8: Kindred Spirits, Charles Lloyd
Grabado en vivo en 2018 en Santa Barbara, con ocasión de sus 80 años, el álbum es una celebración de la trayectoria del saxofonista, que hoy tiene la estatura de una leyenda. “Hoy llevo conmigo todo lo que toqué alguna vez, pero lo proceso con mentalidad de principiante”, dice el músico heredero del espíritu de Coltrane. Acompañado de intérpretes notables, entre ellos el pianista Gerald Clayton, Lloyd demuestra maestría, elegancia y vitalidad, en temas como Dream weaver y La Llorona.
Happening: Live at the Village Vanguard, Gerald Clayton
A mediados de 2019, el pianista Gerald Clayton ingresó al Village Vanguard con cuatro músicos y la misma intención que tuvieron antes gigantes como Bill Evans y John Coltrane: hacer un disco en vivo. Inquieto y creativo, el registro encierra algo de nostalgia por la experiencia de asistir a una presentación en un club de jazz, pero sobre todo ofrece una presentación deslumbrante del músico y sus acompañantes. El álbum transita por ritmos y armonías y exhibe momentos de gran virtuosismo. Está nominado al Grammy.
Palo Alto, Thelonious Monk
En 1968 un estudiante judío de Palo Alto tuvo un sueño: llevar a Thelonious Monk a un concierto benéfico a su escuela. En un año de fuertes conflictos raciales, el gran pianista accedió y se presentó en la escuela de alumnos blancos. Monk suena genial, con su estilo tan propio y alegre, en este registro que grabó el conserje del colegio y se rescató este año. Aunque no hay sorpresas en cuanto a repertorio, “esta es una de las mejores grabaciones en vivo disponibles de Monk, quizás incluso la mejor”, afirmó Jazz Times.
From this Place, Pat Metheny
A seis años de su último registro, el influyente guitarrista regresó con una ambiciosa producción. Según cuenta, quiso evocar la música del cine americano, y para eso incorpora a la Sinfónica de Hollywood junto a sus músicos. Premiado con 20 Grammys en 12 categorías diferentes, Metheny no abandona su espíritu experimental. Acá grabó con sus músicos sin ensayar y sumó luego los arreglos sinfónicos, que profundizan y amplían el horizonte del disco. Un álbum sofisticado, emotivo y de gran aliento. “Uno de los mejores registros de Metheny tanto del nuevo milenio como, de hecho, de toda su carrera”, según All About Jazz.
Dialectic Soul, Asher Gamedze
Inspirado en las injusticias raciales históricas, el baterista sudafricano grabó un disco que lleva la rebelión en su alma: con ecos de la música africana, el free jazz, el jazz espiritual de Coltrane y letras combativas, rápidamente destacó entre lo mejor del año. De la melancolía gospel a la rabia expresada de modo reflexivo y creativo, el disco se mueve en un diálogo entre los sonidos de los pueblos originarios y el jazz moderno para ofrecer un sonido elocuente y personal. “Dialéctica Soul es un impresionante álbum de protesta destinado a poner música a la resistencia en cualquier parte del mundo”, anotó el sitio de la National Public Radio (NPR).
Budapest Concert , Keith Jarrett
Eventualmente, este disco podría ser el último del brillante pianista americano, quien anunció su retiro luego de sufrir dos accidentes cerebrovasculares. Registrado en 2016, el álbum comienza con improvisaciones de alta exigencia, de aliento frenético, y progresivamente se mueve hacia interpretaciones más profundas y meditativas. Artista excepcional, el disco es una expresión de su madurez creativa y reserva momentos sutiles y de gran belleza.
Rollins in Holland, Sonny Rollins
El mejor improvisador en vivo. En los 60 los conciertos de Sonny Rollins se promocionaban con esa idea. A mediados de esa década, sin embargo, el saxofonista decidió alejarse de los estudios y de la escena. Pero en 1967 hizo una mini gira a Holanda: tocó un par de noches y se presentó en la radio. Lo acompañaron el bajista holandés Ruud Jacobs y el baterista Han Bennink. Ahora, cuando cumple 90 años y ya no puede tocar, se rescatan estas sesiones. En ellas Rollins derrocha carácter, energía y calidez.
Love Letter, Jimmy Heath
A inicios de un 2020 que asoló el mundo del jazz, la vida de Jimmy Heath se apagaba a los 93 años y luego de una trayectoria de 70 años. Este disco póstumo exhibe su estilo elegante, apropiado para baladas y atmósferas íntimas. Acompañado de Wynton Marsalis y Lewis Nash, entre otros grandes músicos, el álbum recoge clásicos y originales y forma un conjunto evocador. Entre las composiciones, incluye un tributo a su maestro Dizzy Gillespie.
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