En el año 1970, el mismo en que Salvador Allende gana las elecciones presidenciales y el grupo chileno de rock psicodélico Aguaturbia publica su single Waterfall, la cárcel de San Bernardo acoge a Jaime, un muchacho que acaba de caer por homicidio. La historia oficial del país se funde de esta manera con la crónica de la cultura pop y con un relato marginal dónde el destino del recién llegado (Juan Carlos Maldonado) está en manos de El Potro (Alfredo Castro), el capo de la prisión.

Durante la próxima hora y 35 minutos de duración de El príncipe, la música de inicios de los 70 y el contexto de la Unidad Popular conforman el paisaje emocional e histórico de una historia de relaciones y sentimientos homoeróticos. Es otro Chile, más rudo y menos inclusivo, pero en el que se adivina cierta esperanza a partir de los procesos sociales en curso. Dentro de esa república que hoy parece prehistórica, el circuito cerrado de jefaturas y obediencia debida de la cárcel ya le ha dado una chapa a Jaime: lo llaman El Príncipe y es el preferido de El Potro.

A primera vista la cinta del realizador chileno Sebastián Muñoz no parece carne de ningún escándalo ni tampoco un eventual disparador de inquisiciones morales. El año pasado se exhibió con éxito en el Festival de Cine de Venecia, donde se llevó el Queer Lion, galardón que premia a la mejor producción con temática LGBTQ+. En Chile se estrenó en julio a través de plataformas y luego se dio en Ondamedia del Ministerio de Cultura, gratis. Actualmente se puede ver en la plataforma del Centro Arte Alameda.

Donde no se puede ver es en Amazon Prime Video, cuya sucursal británica lo retiró de su contenido. Así lo informó la propia distribuidora de la cinta en el Reino Unido, Peccadillo Pictures, en su cuenta Instagram: “Es oficial. El príncipe ha sido prohibida en Amazon Prime Video UK. Intentamos revocar su decisión, pero lamentablemente no permitieron que la película se emitiera en su plataforma (aunque venderán el DVD)”.

Las razones

En el sitio especializado en cine Deadline, se dice que la cinta de Muñoz fue retirada de la plataforma debido a “contenido ofensivo”. Es una situación inesperada para los distribuidores en Gran Bretaña, donde El príncipe sí se puede ver en Apple TV, Google Play y BFI (el canal del British Film Institute), entre otras plataformas.

Los responsables de la distribuidora Peccadillo, que se especializa en películas LGBTQ+, fueron informados por Amazon de que El príncipe va contra los lineamientos de la política de contenidos de Amazon Prime Video, específicamente los que tienen que ver con “contenido sexualmente explícito” y “contenido violento o gráfico”. Dentro de los primeros, se especifica que no se aceptan, por ejemplo, “contenidos que glorifiquen actos sexuales ilegales” y “representaciones de pornografía”.

Imagen publicada en Instagram por la distribuidora inglesa de la película El Príncipe de Sebastián Muñoz.

“Hemos intentado revocar su decisión sin éxito, considerando que tenemos un apoyo abrumador de todas las demás plataformas”, dijo Tom Abell, gerente de Peccadillo, a Deadline. “La película no contiene nada que no se haya visto antes en un drama carcelario y palidece en comparación con las escenas de muchas de las propias producciones de Amazon”, agregaba.

De acuerdo a la productora de El príncipe, Marianne Mayer-Beckh, las políticas de contenido de Amazon son universales y por la misma razón el filme tampoco puede ser emitido a través de Amazon Latinoamérica. La ejecutiva aclara que las reglas de una plataforma como Netflix, por ejemplo, son aún más severas. Y puntualiza: “No sabíamos, hasta lo que pasó ahora, que en Amazon Prime Video también había criterios similares. Aunque acá sí alcanzó a ser exhibida antes de ser retirada”.

Filmada durante cinco semanas en la cárcel de Buin (que sirvió para representar la ex cárcel de San Bernardo), en Limache y en el centro de Santiago, El príncipe es una historia de iniciación carcelaria inspirada en una novela escasamente conocida del autor chileno Mario Cruz. Hay una gran cantidad de escenas de desnudos masculinos y una de particular impacto dónde uno de los reos es violentado sexualmente por un gendarme, pero no son gratuitas y están en función de la trama.

El actor chileno Alfredo Castro, que interpreta a El Potro, cuestionó la decisión: “Me parece espantoso y una censura inaceptable, pero cada plataforma tiene sus propias reglas”, comenta. Y añade: “Dicho eso, creo que estamos inmersos en una ética súper penosa, pues no se considera que la película es parte de un contexto argumental en que la sexualidad masculina es insoslayable”.

El actor reflexiona: “Lo que no deja de sorprenderme con El príncipe es que a los críticos les cuesta aceptar la exposición de los cuerpos masculinos, pero no tienen problemas en que a una mujer se la muestre en la más abyecta condición. La trama es en una cárcel y todo el mundo sabe lo que pasa en las prisiones, en las duchas, en las celdas”.

Aunque El príncipe ya se dio en plataformas locales, la productora Marianne Mayer-Beckh no descarta que el próximo año pueda tener exhibición en pantalla grande: “Ese es el medio para el que son hechas las películas. Así se dio en Venecia y en San Sebastián (España) y así debería exhibirse en Chile”.