Never Rarely Sometimes Always: la historia sobre el aborto adolescente que se transformó en una de las películas del año
Tras ganar un Oso de Plata en Berlín y ser premiada en Sundance, el filme de Eliza Hittman llega a la plataforma Cinépolis Klic. En la trama, una muchacha de 17 años se enfrenta a un embarazo no deseado.
El 28 de octubre del 2012 la dentista india residente en Irlanda, Savita Halappanavar, falleció tras permanecer hospitalizada durante siete días en un recinto médico de la ciudad de Galway con síntomas graves de pérdida en su primer embarazo. A pesar de las peticiones de ella, de su esposo y de su padre, ningún doctor decidió practicarle un aborto y la septicemia inundó su cuerpo en menos de siete días.Hasta ese momento la ley irlandesa no permitía la interrupción de la vida del feto bajo ninguna circunstancia, pero tras el deceso de Savita Happanavar se aprobó una modificación que sí lo aprueba cuando la madre está en riesgo de muerte.
La historia de esta mujer de 31 años movió a la realizadora estadounidense Eliza Hittman (1979) a desarrollar una película propia al respecto. Contaría la experiencia de una mujer irlandesa con un embarazo no deseado que viaja a Gran Bretaña en busca del procedimiento vetado en su país. A la larga, sin embargo, el plan se hizo cuesta arriba y la directora terminó llevando a la pantalla una historia sacada de la América semi-urbana. Parte en un condado de Pennsylvania y continúa en Nueva York, la ciudad de las oportunidades si es que hay dinero en los bolsillos.
Never rarely sometimes always se estrenó a inicios de año en el Festival de Sundance, donde ganó el Premio Especial Dramático, y luego pasó al Festival de Berlín, donde obtuvo el Gran Premio del Jurado (Oso de Plata). Aquellos pergaminos la lanzaron tempranamente como una candidata a la temporada de premios que concluyen en los Oscar de abril del 2021, pero también pusieron en la agenda la compleja realidad de los embarazos no deseados y de sus consecuencias en un país donde todo cambia dependiendo del estado. Ahora el filme está disponible en la plataforma de pago Cinépolis Klic en la categoría de estreno.
El tercer largometraje de Eliza Hittman (que en el 2017 había ganado el premio en Dirección en Sundance por Beach rats) está en las listas de las mejores películas del año de los medios estadounidenses más importantes, incluyendo The New York Times, The New Yorker y Variety.
Un título, un cuestionario
El nombre Never rarely sometimes always alude a las opciones de respuesta para un cuestionario sobre relaciones sexuales y de pareja que una doctora hace a la protagonista Autumn (Sidney Flanigan), de 17 años, en un pasaje de la historia. La intensidad de las consultas va crispando la mirada y la expresión de la muchacha a medida que la profesional las enuncia. Cuando llega a la pregunta sobre si tuvo sexo sin consentimiento, Autumn ya ni siquiera podrá articular “nunca”, “rara vez”, “a veces” o “siempre”. Su silencio le otorga a la doctora la respuesta acerca de por qué este embarazo no tiene que ver con la voluntad de su paciente.
En el tercer largometraje de Eliza Hittman (1979) no hay muchas escenas de emociones desbordadas o llantos atragantados. Por el contrario, la película es austera, directa y precisa.
La directora construyó el guión a partir de sus propias investigaciones en varios pueblos de Pennsylvania. Se hacía pasar por una mujer que creía estar embarazada y lo normal era que en los llamados “centros de embarazo en crisis” le aconsejaran que bajo ningún motivo intentara un aborto.
Esta es la realidad con que se encuentra Autumn Callahan, la muchacha de 17 años que tras un embarazo no deseado se encuentra con que las leyes de Pennsylvania sólo permiten el aborto con el consentimiento de los padres. Ninguno de ellos parece demasiado comprensivo y opta por viajar cinco horas y en bus hacia Nueva York, donde no es necesario el permiso parental.
En ningún momento de la historia hay arengas ni verbalizaciones de puntos de vista a favor del aborto. Lo que sí hay son las experiencias de una muchacha (y su inseparable prima Skylar) en un pueblo y luego en una ciudad donde la hostilidad parece ser la moneda de cambio, salvo excepciones. A inicios de año, Eliza Hittman se refería al punto de vista de Never rarely sometimes always de la siguiente manera: “No creo que la película intente cambiar a propósito la opinión de nadie. Simplemente pide ponerse por un momento en los zapatos de la protagonista”.
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