Héctor Retamal, fotógrafo: “Sé que tuve mucha suerte en Wuhan, estaba totalmente expuesto”
El periodista gráfico chileno fue distinguido por The Guardian como el mejor fotógrafo de Agencia 2020 y una de sus capturas en China apareció entre las 10 mejores del año de la revista Time.
Desde enero hasta la fecha, Héctor Retamal (Peñaflor, 1975) se ha dedicado a fotografiar la pandemia en su epicentro de origen, China. Ocho veces ha tomado el tren a Wuhan para cubrir el desarrollo de la historia del virus que sigue acosando al planeta. Lo mismo en Shanghái, ciudad en la cual reside hace un año y ocho meses.
Después de un año de trabajo intenso, su cobertura fue reconocida: el periódico británico The Guardian lo distinguió como mejor fotógrafo de agencia 2020 (AFP) y una de sus capturas integró la selección de las 10 mejores del año de la revista Time. “Nunca lo esperé. Estoy muy feliz y al mismo tiempo tranquilo”, dice el fotógrafo que trabajó en La Tercera entre 2001 y 2010.
Ahora Héctor Retamal se encuentra de vacaciones por unas semanas. Viajando dentro de China en dirección a las playas del sur, decidió escapar de los 3 grados Celsius que marcan en Shanghái.
Tras vivir en Nicaragua y Costa Rica, el fotógrafo estaba en Haití cuando le propusieron emigrar a China. El 23 de enero de 2020, en el último tren de Shanghái, llegó a Wuhan con el encargo de retratar lo que ocurría en la ciudad que fue foco de contagio del coronavirus.
Pese a los riesgos, decidió trabajar con la proximidad como concepto. “Ahora que la gente usa máscara intento entender cómo mostrar la vida normal de la gente y sus emociones manteniendo la distancia. No ha sido fácil. Además, ellos también quieren distanciarse de mí. Tienen miedo de que el virus vuelva porque en otros países hay muchos más contagios. Es chocante, pero tengo que aceptarlo”, cuenta.
“Desde que llego a Wuhan y comienzo a ver la situación directamente, me enfoco en cubrir y mostrar lo que estaba ocurriendo en los hospitales y las calles vacías. Transmitir eso, cómo lo ves y lo sientes. Veía gente atemorizada, gente que esperaba muchas horas ser atendida, me enfoqué en eso y en mantener la claridad de por qué estaba en ese lugar”, dice.
¿Sintió miedo?
Sí, por supuesto. Mientras más seguro estás de que sientes miedo, mejor. Pero es importante controlarlo para poder hacer el trabajo, o si no al final todo puede salir mal. Recuerdo personas vomitando, tosiendo frente a mí; estaba dentro del hospital y hablaba con gente, por eso intentaba estar muy claro sobre lo que sucedía, protegerme y así poder hacer mi trabajo. No tenía sentido enfermarme. De todas formas, podría haberme infectado en cualquier momento, sé que tuve mucha suerte en Wuhan, estaba totalmente expuesto.
¿Qué ha sido lo más singular de esta cobertura?
Llegué y en menos de un año me tocó cubrir esta pandemia en una sociedad e idioma totalmente diferentes, lo que lo ha hecho muy difícil. Intento siempre estar con un periodista que habla el idioma o a veces ocupo el teléfono para comunicarme. Antes cubrí el cólera en Haití, así que tenía un poco de experiencia con crisis sanitarias, pero esto ha sido muy distinto. La magnitud de lo que está pasando en el mundo nunca la vi antes.
¿En qué se parece o diferencia de su trabajo previo?
Siempre intento estar cerca de la gente, aunque a veces no se pueda, y trato de que acepten lo que estoy haciendo, que me dejen entrar en su vida. Me interesa mantener eso y no cambiarlo nunca. Siento que he ido haciendo lo mismo durante los últimos años y también en otros países como Haití, donde me enfoqué en los trabajadores y el desarrollo del país desde ese punto de vista, mostrando la cultura.
¿Qué sucesos en Chile no ha podido documentar y le hubiera gustado hacerlo?
La última vez que cubrí noticias en Chile fue en 2013, cuando me enviaron por las elecciones presidenciales. De todas formas, claramente sé todo lo que ha pasado en Chile y la trascendencia del movimiento social. Me hubiera gustado cubrirlo, pero no pude. Si hubiera estado en Chile durante el estallido social, habría estado en la calle todos los días documentando. Me hubiese gustado enormemente estar ahí.
¿Cómo ha visto la cobertura chilena de la pandemia?
Lo que hacen mis colegas como Martin Bernetti es tremendo. En Chile hay muy buenos fotógrafos. Por lo general en Instagram voy mirando el desarrollo de la pandemia en Chile. Veo a través del ojo de mis colegas y me parece que hay muy buen trabajo.
Formado en Chile, Héctor Retamal reconoce que la gente siempre le ha llamado la atención. “Lo aprendí en gran parte con Marco Muga, uno de mis maestros, quien me enseñó a interactuar con la gente en las calles y conocer la ciudad. Me dio grandes consejos; siempre he sido bajo perfil y antes era súper tímido. Jorge Sánchez es otro fotógrafo que me enseñó mucho”.
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