El 17 de junio de 1949 el director de orquesta austríaco Herbert von Karajan estrenó en Chile el Tercer concierto para piano de Béla Bartók junto al solista húngaro György Sándor, quien apenas dos años antes había realizado su premiere en Filadelfia. Fue la segunda de las cuatro presentaciones del futuro conductor de la Filarmónica de Berlín en nuestro país, todas con la Orquesta Sinfónica de Chile, una agrupación que apenas tenía ocho años de vida y que ahora llega a las ocho décadas.
Imaginar cuatro conciertos en Chile liderados por una de las batutas más importantes del siglo XX resulta una fantasía en tiempos de confinamiento, pero es aún más sorprendente comprobar el tipo de obras que se tocaban. Además de la reciente creación de Bartók, Karajan dejó para su último día la sinfonía Mathis Der Maler, pieza de Paul Hindemith con solo 15 años de antigüedad. Además, por supuesto, de la consabida interpretación de varias composiciones canónicas cono la Tercera sinfonía “Eroica” de Beethoven, la Sinfonia Nº35 “Haffner” de Mozart, el poema sinfónico Muerte y transfiguración de Richard Strauss o la Quinta sinfonía de Tchaikovsky, composiciones que luego serían auténticas paradas obligadas en su discografía.
En rigor lo de Karajan no debiera extrañar si en el mismo 1941 de su creación, la Sinfónica “fue conducida durante casi una temporada entera por Erich Kleiber”, comenta el concertino de la agrupación Alberto Dourthé, aludiendo a otro destacado director austríaco de la época, refugiado en Argentina tras huir del nazismo. “Las visitas de una serie de grandes conductores y solistas en los años 40, 50 y 60 fue fundamental para la motivación y dedicación de los músicos de la Sinfónica”, agrega el primer violín sobre el conjunto que el 7 de enero de 1941 ofreció su concierto inaugural en el Teatro Municipal de Santiago.
“Pero tampoco hay que olvidar la labor de directores locales como Víctor Tevah o Armando Carvajal. Ellos eran la columna vertebral para que se produjeran estas visitas”, agrega, aludiendo en el último caso al maestro que fundó la agrupación y que fue su primer director entre 1941 y 1947. Dourthé también quiere recordar que en los años de formación de la Sinfónica, hubo una buena cantidad de solistas de talla mundial que tocaron junto a ella, citando a los violinistas Jascha Heifetz y Yehudi Menuhin.
Celebración en pantalla
La Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, conmemorará sus 80 años este jueves 7 de enero con una serie de actividades en el canal online CeacTV a partir de las 18 horas. Todo comienza con obras de cámara de Ludwig van Beethoven en vivo a cargo de miembros de la agrupación. Se trata de la versión que de la célebre Séptima sinfonía hizo su contemporáneo Johann Nepomuk, el Quinteto para vientos Opus 16 y el Sexteto para dos cornos y cuerdas Opus 71. Luego vendrá un conversatorio en el que participarán su director titular Rodolfo Saglimbeni, el rector de la Universidad de Chile Ennio Vivaldi y el director del Centro de Extensión de la Universidad de Chile (Ceac) Diego Matte.
Pero además se retransmitirán tres conciertos de gran importancia en la trayectoria de la centuria musical: la Tercera sinfonía de Mahler de junio del 2018 dirigida por el anterior titular Leonid Grin; los extractos de cinco óperas de Wagner que los músicos y también el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile tocaron en enero del 2020 en el Teatro Caupolicán bajo la batuta de Rodolfo Saglimbeni; y el Concierto para violín del compositor chileno Juan Orrego Salas, interpretado en julio del 2018 por Alberto Dourthé y con dirección de François López-Ferrer.
Aunque el confinamiento ha impedido que el maestro Rodolfo Saglimbeni pueda realizar todos sus planes en el corto plazo, sí observa logros en medio de estas difíciles condiciones. “La labor pedagógica que la orquesta ha podido desarrollar durante este período es muy valiosa. A través del canal CeacTV hemos llegado a públicos y lugares que no hubiéramos pensado en otras condiciones”, comenta el director, quien condujo por primera vez la agrupación hace 20 años y es su titular desde septiembre del 2019.
Por ahora la contraseña de lucha de la Sinfónica sigue siendo In Crescendo, su programa de presentaciones en vivo con grupos pequeños transmitido a través del CeacTV. Bajo el confinamiento no hay manera de que la orquesta pueda reunirse de manera completa y la presentación de obras de cámara ha sido la mejor forma de sortear la tormenta del coronavirus. “Al menos no nos ha pasado lo de Europa, con muchas orquestas que retornaron a los conciertos y ahora están otra vez sin nada en el escenario. Nosotros vamos con cautela y debemos velar por la salud de todos”, sostiene el director venezolano.
Durante enero la programación de In Crescendo se compondrá de obras con solistas vocales e instrumentales y con una mirada bastante dúctil. Por ejemplo, el viernes 15, integrantes de la Camerata Vocal y del Coro Sinfónico interpretarán composiciones de Maurice Ravel, Alban Berg y extractos de musicales de Broadway. El viernes 22 el ensamble de percusión de la Sinfónica hará Entre tensiones del chileno Aliocha Solovera y Toccata para percusión del mexicano Carlos Chávez. Finamente, el miércoles 29 un ensamble mixto tocará composiciones del mexicano Silvestre Revueltas.