Trabajos, conciertos y millones perdidos: radiografía al desplome de la música en vivo en 2020
El último informe del Observatorio Digital de la Música Chilena entrega el más completo y detallado reporte a la fecha de la devastación sufrida por la industria de los espectáculos en el último año y medio. Pérdidas de más de $20 mil millones para las empresas del rubro, junto a una caída del 82% en el empleo y de más de $2 mil millones en derechos de autor son parte del balance, que al mismo tiempo da luces del alza del streaming y de la inversión publicitaria.
Decir que la música en vivo atraviesa por el período más oscuro de la historia reciente no es precisamente una novedad. Desde octubre de 2019, cuando el estallido social aún estaba en ebullición, protagonistas y voceros del sector vienen advirtiendo sobre una crisis que se terminó agudizando cinco meses después debido a la emergencia sanitaria, extendiéndose a artistas, técnicos, productoras, ticketeras, festivales y, en general, al todo el amplio y diverso ecosistema del arte y la entretención en Chile.
Un panorama desolador que ha sido llevado a cifras en los últimos doce meses por asociaciones gremiales, el INE, el Centro de Estudios UC -que ubicó a la de los espectáculos como la actividad más afectada por la caída del empleo en el país- y por el Observatorio Digital de la Música Chilena (ODMC), que en abril del año pasado proyectó pérdidas de hasta un 40% en ingresos para los músicos nacionales debido a la falta actividad en vivo. Casi un año después, la misma entidad libera un segundo reporte, el más completo y detallado realizado a la fecha en torno a una industria que vivió su apogeo entre 2017 y 2018 para desplomarse casi por completo en los últimos 17 meses.
De acuerdo a este segundo capítulo del Informe de Caracterización de la Industria Musical Chilena, al que Culto tuvo acceso, a los 416 eventos de música en vivo realizados por empresas constituidas como productoras de espectáculos durante 2018 -un 23,1% más que los 338 de 2017- le siguió una caída cercana al 90% en los dos años siguientes, con 325 shows en 2019 y sólo 41 en 2020. Presumiblemente, todos estos últimos fueron efectuados entre enero y marzo del año pasado, antes del primer caso de coronavirus en Chile.
La suspensión de la actividad en vivo tuvo un efecto catastrófico en estas empresas, llevado a cifras concretas por el informe del ODMC y su encuesta a las principales firmas del rubro, que en 2018 llegaron a facturar $90 mil millones de pesos -un 30,7% más que las ventas de 2017- para descender hasta los $16 mil millones en 2020 (en su mayoría por entradas distintas a la venta de tickets). Además, de las más de 4 millones de entradas para eventos en vivo que se vendieron en 2017, en 2020 ese número cayó hasta poco más de un millón.
Sólo por concepto de cancelación de boletos vendidos -130 mil tickets en 2020- las productoras de shows sufrieron una merma de más de $6.500 millones de pesos el año pasado, sumados a los más de $13 mil millones perdidos por los ingresos comprometidos para esos eventos que finalmente no se realizaron. Un total cercano a los $20 mil millones en pérdidas para las empresas del sector, algo así como un 25% de los ingresos totales de un año promedio.
Lo anterior repercutió fuertemente en el empleo en ese sector, con una caída del 82,4% en el número de trabajadores de productoras de conciertos entre 2018 y 2020. Si hace tres años había 1.877 personas desempeñándose en estas compañías, el año pasado la cifra bajó a 331 (y sólo 89 de ellos con contrato). Lo mismo el promedio de proveedores de servicios de cada una de estas firmas, que descendió de 310,8 en 2018 a 104,9 en 2020.
La crisis se extiende a los derechos de autor que genera la actividad en vivo a los músicos. Autores y compositores que, en 2018, recibieron más de $2.500 millones por este concepto y el año pasado poco más de $328 millones. Un descenso de un 87,2% en sólo dos años para otro universo fuertemente golpeado por la ausencia de espectáculos musicales.
“La pandemia instaló casi 20 meses de paralización y evidenció la urgencia de un estudio del sector, la urgencia de su visibilidad y la importancia de un instrumento que oriente su fomento y su reactivación para un encadenamiento productivo que da empleo a más de 160.000 personas”, comenta Jorge Ramírez, gerente general de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (AGEPEC), un rubro que, sumando todo tipo de espectáculos en vivo, entre 2015 y fines de 2019 se podía jactar de haber reunido a más de 15,5 millones de asistentes -un promedio anual de cerca de 3 millones de espectadores- repartidos en 23.436 eventos realizados en ese periodo.
“Si logramos medir y vigilar el crecimiento y las brechas del ecosistema de la música en Chile, podremos comprender cuáles son los modelos para orientar esta industria hacia un desarrollo sostenible, resiliente ante las crisis y con oportunidades transversales para todos los agentes del sector”, complementa Cristóbal Dañobeitía, presidente del Observatorio Digital de la Música Chilena, proyecto creado por Corfo en 2019 -y patrocinado por entidades como la SCD, IMI Chile y Mustach- que busca repetir este informe de caracterización del sector cada año.
Con todo, pese a las cifras demoledoras que presenta su más reciente estudio, hay ciertos datos que dan cuenta de la reinvención que ha experimentado esta industria y de ciertas claves para el futuro inmediato del sector. Los conciertos por streaming pasaron a ocupar un 1% de la torta en 2019 a un 49% en 2020. Un alza obviamente forzada por las restricciones sanitarias pero que evidencia la rápida reacción del sector ante las condiciones impuestas por la pandemia.
Junto a lo anterior destaca el significativo aumento en el porcentaje de eventos -en su mayoría virtuales- financiados con inversión publicitaria durante 2020, que pasaron de un 53% en 2017 a un 85% el año pasado. Un número que deja de manifiesto que las marcas se involucraron en el nicho y llenaron gran parte del vacío de financiamiento ante la imposibilidad de artistas y productores de seguir cobrando entradas al público a precios pre-pandémicos.
“La industria de los espectáculos es uno de los principales dinamizadores del sector creativo en Chile. Genera empleo e ingresos para muchos trabajadores del sector de la cultura y las artes, pero además a una gran cantidad de proveedores de prácticamente todos los sectores de la economía. Además, tiene el potencial de generar valor para otras actividades económicas, como el turismo, la gastronomía y la marca país”, señala señala Felipe Mujica, gerente del Proyecto Transforma de Economía Creativa de CORFO, Chilecreativo.
“Este estudio nos permite dimensionar esta industria y su peso en la economía, para ir delineando de qué forma podemos ir aportando para que puedan seguir siendo un aporte al país”, agrega Pablo Terrazas, vicepresidente ejecutivo de CORFO, quien destaca su nuevo programa PAR de Industrias Creativas que busca apoyar por medio de subsidios a uno de los sectores más afectados por la crisis y la emergencia sanitaria.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.