Humor, innovación y cotidianeidad: Lorrie Moore, o la vida entre paréntesis
Una edición que reúne los relatos breves de la autora oriunda de Glens Falls acaba de llegar a nuestro país vía Seix Barral. Sus cuentos tocan mucho el tema de la vida cotidiana, pero desde una óptica que la entronca con el humor. Hay una incomodidad existencial, pero sin caer en lo solemne. Además, los especialistas destacan el uso de la segunda persona para escribir.
El locutor lo dijo convencido, sin siquiera tomarse la molestia de corroborar el dato. El encargado de una librería anunció orgulloso por los altoparlantes: “Damas y caballeros, Lorrie Morgan está en nuestra tienda, así que vengan a buscar su firma de Lorrie Morgan”. Los clientes presentes, por supuesto, llegaron con un CD en la mano, pensando que quien se los firmaría iba a ser la rubia cantante de country.
Pero quien los esperaba con una leve sonrisa no era la blonda, sino otra Lorrie, de apellido Moore. Oriunda de Glens Falls, Nueva York, en los Estados Unidos. “Estaban decepcionados, pero fueron corteses”, contó la narradora en entrevista con Dossier.
Situaciones jocosas como estas son las que se encuentran en sus relatos breves, que han aparecido publicados en cuatro libros: Autoayuda (1985), Como la vida misma (1990), Pájaros de América (1998) y Gracias por la compañía (2014).
Y hasta ahora, era muy difícil ubicar en nuestro país cualquiera de esos libros (e incluso sus novelas) en los estantes de las librerías nacionales. Sin embargo, ya se encuentran en Chile los Cuentos completos de Lorrie Moore, editados por la española Seix Barral, que reúnen en un solo tomo todos los relatos breves de la estadounidense.
Moore es una autora que en la última década ha ganado poco a poco adeptos en nuestro país. “Llegué a Lorrie Moore hace ya 15 años, luego de encontrar una librería en San Diego que tenía varios libros de Emecé, colección Narradores Actuales. Creo. Una novela de Colm Tóibín que sucede en Argentina (con cameos de Borges), unos cuentos y una novela mediocre de Ethan Canin y dos libros de Lorrie Moore –cuenta a Culto el escritor y traductor Antonio Díaz Oliva–. En ese momento Lorrie Moore era un secreto. Si hubiese visitado a Chile nadie la hubiera ido a ver.
¿Cómo podemos caracterizar los cuentos de Lorrie Moore? La periodista Soledad Rodillo, quien dirige un Taller de lectura de escritoras imprescindibles, da una definición: “Son cuentos de la vida cotidiana, de amor, del dolor, de la muerte, del deseo. Cuentos que tienen un ritmo musical y humor, aunque sea pesimista, Y protagonistas sinceras y arrojadas: jóvenes que se embarazan precozmente, huyen de casa, odian su pueblo natal y esperan un futuro mejor, o que son mujeres adultas, con divorcios, penas o enfermedades a cuestas, que recuerdan con nostalgia sus años de juventud”.
Por su lado, Antonio Díaz Oliva señala: “Para mí el consuelo de la literatura es su poder de poner (durante unos instantes) la vida entre paréntesis. Y Lorrie Moore es ágil manipulando esos paréntesis. Paréntesis, aclaro, que son tanto perceptivos como divertidos”.
“En los cuentos de Moore hay una incomodidad existencial; una especie de teatralidad que surge entre las personas durante momentos engorrosos, emergencias, desorientaciones, amores, amistades”, agrega el autor de La experiencia formativa.
En segunda persona
Si hay un clásico en la trayectoria de Lorrie Moore, ese es Autoayuda, el cual, de alguna forma simula los libros de orientación personal al presentar cuentos en segunda persona. Esto es algo muy poco usual en la literatura y causó impacto. Los especialistas tienen sus opiniones al respecto.
“Personalmente me gustan más sus cuentos en primera y tercera persona pero reconozco su originalidad y valentía de arriesgarse con cuentos escritos para el ‘tú’ –apunta Soledad Rodillo–. En este caso, son cuentos que ironizan los manuales de autoayuda, y resulta gracioso leerlos en modo serio como en el cuento ‘Cómo ser la otra’, donde la narradora usa el sarcasmo al dar una lista de consejos sobre cómo convertirse en una amante de lujo a través de la que desenreda toda una historia de desamor.
Antonio Díaz Oliva también lo destaca: “La segunda persona es muy difícil. Me gusta mucho la novela de Jay McInerney y Aura de Carlos Fuentes y justamente los cuentos de Lorrie Moore. Además, piensa que Moore “parodia” la segunda persona en base a ese subgénero de ‘literatura’ que vende mucho: la autoayuda. Moore publicó Autoayuda a los 23 (¡23!) y hasta hoy se puede leer como un manual para aprender a escribir. Y un manual sobre cómo vivir”.
En todo caso, para el autor de Piedra roja, el mito del Woodstock chileno, la gracia de los cuentos de Lorrie Moore va más allá del uso de la segunda persona. “En mi caso, más que la segunda persona, lo que me interesa es el humor de Lorrie Moore. Su sensibilidad, digamos. Lorrie Morre se adelantó a Girls y el universo de Lena Dunham. O digamos que le abrió la puerta a ella, y a Tina Fey, y a Kristen Wiig y un montón de escritoras como Ottessa Moshfeg, por ejemplo, con frases como esta: ‘Una mujer tiene que escoger su particular infelicidad con cuidado. Esa era la única felicidad en la vida: escoger la mejor infelicidad’”.
Entre cuatro libros disponibles, y pensando en quienes les interese entrar al mundo de Lorrie Moore, pedimos a los especialistas algunas recomendaciones. “Me gustan todos sus cuentos, especialmente los del libro Pájaros de América. Y el cuento ‘Cómo ser una escritora’ que aparece en Autoayuda, y que es una narración autobiográfica última, divertida y profunda, cono es su literatura”, plantea Rodillo.
“En esos libros de Emecé recuerdo haber leído algunos de mis cuentos favoritos: ‘Gente así es la única que hay por aquí: farfullar canónico en oncología pediátrica’, ‘Cómo convertirse en escritora’, ‘Es Mas de Lo Que Puedo Decir de Cierta Gente’ (gran título; lo he usado, remixeado para artículos), ‘La danza en Norteamérica’. Los cuentos de Lorrie Moore son profundos y a la vez ligeros, irónicamente sentimentales, o sentimentalmente irónicos, y gracias a dios: exentos de cualquier solemnidad”, dice Antonio Díaz Oliva.
Incluso, el autor de La soga de los muertos añade un comentario que de alguna forma resume la literatura de Lorrie Moore: “No me imagino las películas de Sofia Coppola o Noah Baumbach sin Lorrie Moore”.
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