Real Estate es mitad humano: las claves de un disco forzado por la pandemia

Real Estate

Half a human es el título del nuevo EP de la banda de New Jersey, una de las puntales de la escena indie estadounidense surgida en la década pasada. Con sus seis canciones trabajadas vía remoto durante la pandemia, el grupo decanta su gusto por las composiciones de largo aliento e intrincados pasajes musicales, ya esbozados en su álbum anterior. Y con ello, alienta un camino nuevo para una banda que ya pasó la década de carrera, y ha superado el siempre difícil proceso de reinvención.


La previsible simpatía por las etiquetas de la industria musical, podría disponer al nuevo trabajo de la banda Real Estate, el EP Half a human, en la gaveta de discos de pandemia. Se trata de un álbum cuyo material fue desarrollado en buena parte durante los días de confinamiento, mediante un sistema de teletrabajo que permitió asentar ideas y sonidos. Una situación inédita para una agrupación que ya suma 12 años como uno de los referentes de las bandas indie, de sonoridad limpia y reposada, que han salido desde EE.UU.

Las seis canciones del EP son más bien la extensión de un tejido previo. Fueron compuestas y arregladas a partir de fragmentos inacabados durante las sesiones del álbum anterior, The Main Thing, lanzado hace casi un año, en febrero de 2020. Pero una vez que la pandemia forzó el cierre de la gira agendada para la promoción del disco, los músicos discutieron qué hacer. Finalmente, decidieron lanzarlas como un producto aparte, una suerte de apéndice de su antecesor.

Precisamente, Martin Courtney, el líder del conjunto, suponía que esas viejas canciones se originaron en un momento diferente y no respiraban del todo la tensión ponzoñosa de la pandemia. “Realmente no podía llevarlas adelante y tratar de encajarlas en un lote de nuevas canciones que estaría escribiendo durante y después de la pandemia, entonces decidimos lanzarlas como un EP”, le explicó hace pocos días al sitio American Songwriter.

En esa conversación, el músico detalló que para organizar el proceso desde casa, el grupo trabajó sobre una nube en la que cada integrante subía los archivos que grababa en su hogar. Luego, él mismo se ocupaba de mezclar el material para lograr un boceto de lo que estaban consiguiendo. Así, la tarea se resolvió en incontables horas de envío y descarga, a diferencia de las sesiones presenciales de estudio de los días anteriores a la pandemia.

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Melódico y psicodélico

A la primera escucha, es posible notar que en las canciones del epé tienen en común los paisajes instrumentales largos e intrincados, a contrapelo del estilo más directo pulido en los discos Days (2011) y Atlas (2014), que les permitieron acceder a nuevas audiencias durante la década anterior.

Por ejemplo, tres de ellas superan los cuatro minutos, algo que de alguna manera ya se escuchaba en sus shows, cuando extendían algunos de sus temas a punta de paisajes de guitarras inundadas en reverberación, la firma de la casa.

Además, en sus nuevas composiciones evitan las fórmulas tradicionales del formato canción, que sí esbozaron en algunos de sus singles más reproducidos en las plataformas (por ejemplo, “Talking Backwards” o “Had to hear”). La canción que da nombre al trabajo es un ejemplo; sus partes de canto no tienen un estribillo evidente y están unidas por fragmentos extensos en que a diferencia del pop más estandarizado, no predomina un solo elemento. El grupo, más bien, parece divertirse; las frases de guitarra se funden entre sí sobre la capa de teclado, mientras el bajo parece caminar en otras direcciones.

Ese estilo más caótico fue esbozado por la banda desde los días de The Main Thing, tal como lo reconoció el mismo Courtney en entrevista con el sitio Guitar.com durante el año de la pandemia. Pese al encierro y el apuro por deshacerse del material “viejo”, el grupo presenta lo que parece la versión más macerada de su propuesta.

En buena hora, los de New Jersey han incorporado la improvisación a su lenguaje musical. Una tendencia de las bandas indie que ya advertía en 2019 el crítico Chris Richards para The Washington Post, a partir de la obra trazada por veteranos como My Morning Jacket y proyectos de fibra millenial como Animal Collective. Es decir, las bandas de rock se lanzaron a las llamaradas de la psicodelia, y desde entonces decantaron en propuestas consistentes que superaron el mero revisionismo. Así, a contrapelo de quienes aseguran que el estilo está muerto, ese debería ser el camino del rock en los próximos años.

Real Estate Half a human

“La vida sigue”

Compañeros de ruta de otras bandas que se hicieron un espacio en la escena indie estadounidense, a partir de un sonido diferente al de una agrupación de rock convencional (desde Beach Fossils, a Woods y The War on Drugs), Real Estate no la ha tenido fácil en los últimos años.

Los últimos dos trabajos, comprendidos como un bloque, son el fruto de un esfuerzo por continuar. Entre los músicos, algunos vivieron la experiencia de la paternidad, mientras que otros salieron de la alineación; así ocurrió en 2016 con el guitarrista y fundador Matt Mondanile, por denuncias de acoso sexual, y el baterista Jackson Pollis quien dejó el puesto en plena pandemia. “La vida sigue cambiando y se siguen agregando más responsabilidades y estreses, pero esta banda aún está aquí”, reconoció Martin Courtney en un comunicado.

Como una ironía de la vida, en la letra de “Half a Human”, Courtney trataba de hablar sobre la sensación de estar aislado durante los días de gira, pero hoy, la letra parece calzar con los días de encierro. “No hay espacio abierto a pesar de la distancia, podría estar en cualquier lugar, pero lo más probable es que no, estoy contigo”, canta el músico.

De alguna forma, este álbum reúne la energía de un grupo de treinteañeros que intentan seguir adelante con su proyecto musical, pese a la falta de ingresos de los shows en vivo y la fórmula de trabajo impuesta por la contingencia. Más aún, consolida una propuesta que eventualmente podría sostener los próximos años, de no mediar mayores cambios (Martin Courtney y el bajista Alex Bleeker ya han explorado proyectos en solitario). La banda, por ahora, ha salvado un escollo difícil, a punta de caminar hacia adelante y no copiarse a sí mismos. Una tentación que han evitado con determinación y talento.

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