De Raúl Ruiz a Gloria: la presencia chilena en los 70 años de Cahiers du Cinéma

Basado en su recorrido de casi 15 años en Francia y en su década filmando en Chile antes del Golpe, Serge Toubiana describió con precisión a Raúl Ruiz, autor de lo que llamó un cine “torcido, porque es visto a través de curiosos prismas, siempre desnaturalizando la perspectiva clásica”.

“La retórica ruiziana es bella, cultivada, perversa, lo tememos, pero sobre todo muy alegre, jamás quejumbrosa”, se lee en un extracto que recoge CineChile.cl y que en el país se replicó en 1983 en la revista Enfoque.

El texto original corresponde a la publicación de marzo de ese año de Cahiers du Cinéma, que decidió consagrar una edición completa al director de Tres tristes tigres. Un honor que hasta entonces había recaído en apenas unas cuantas personalidades del cine mundial: Sergio Eisenstein, Jean-Luc Godard y Marguerite Duras.

Años después, muestra del peso de la enorme figura del cineasta que adoptaron como “Raoul”, la publicación lo honró en su muerte con un especial en la edición de octubre de 2011. Mencionado junto a Philippe Garrel, otro distinguido en ese ejemplar, la revista indicó: “Dos directores de películas experimentales vistos por un puñado de iluminados en los 70 se convirtieron en dos pilares del cine de autor francés en los 2000, hasta el triunfo de Misterios de Lisboa y la soberbia Un verano ardiente”.

Luce evidente que la mítica publicación que este mes celebra 70 años, la madre de todas las revistas de cine y de la formación de generaciones de directores y cinéfilos, trató a Ruiz a la altura de cualquiera de los autores franceses más prestigiosos. Incluso en octubre de 2012 lo estudió junto a otros nombres locales, en lo que llamó “Once estaciones para una historia poética del cine francés”, y luego lo incluyó en un nuevo especial sobre realizadores del país, “Cine francés: ¡Vivan los excéntricos!” (abril de 2016).

En consecuencia, la celebración de Cahiers de todo el resto de los directores chilenos es lo que a la larga puede despertar mayor sorpresa y servir de termómetro de qué grado de impacto han logrado las cintas locales en una de las cunas del cine.

Entre enero y abril de 2007, la revista se detuvo en tres de los más emblemáticos filmes de lo que en su momento se articuló como el Novísimo Cine Chileno: La sagrada familia (2006), de Sebastián Lelio; En la cama (2005), de Matías Bize, y Play (2005), de Alicia Scherson. También, más tarde, fueron abordadas La nana (2009), de Sebastián Silva, y Huacho (2009), la ópera prima de Alejandro Fernández Almendras.

Una época del cine local que fue analizada con una crítica propiamente tal en febrero de 2009, cuando se estrenó Tony Manero (2008) en salas de Francia y la película de Pablo Larraín ya venía precedida de un muy buen debut en el Festival de Cannes un año antes.

Larraín es justamente el único chileno que en este siglo ha entrado con una cinta suya al siempre discutido y esperado top 10 de los mejores filmes del año de Cahiers. En diciembre de 2017, los críticos de la revista ubicaron a Jackie (2016) en el noveno puesto, mientras que los lectores de la misma le dieron el tercer lugar, sólo por debajo de Good time, de los hermanos Josh y Benny Safdie, y Z, la ciudad pérdida, de James Gray.

El mismo director de Post mortem (2010) también se convertiría en el segundo realizador chileno de la historia en llegar a la portada de Cahiers du Cinéma, gracias a su retrato de Jackie Kennedy, filmado en Francia y producido entre ese país, Estados Unidos Alemania y Chile. En febrero de 2017, el rostro de Natalie Portman como la exprimera dama de Estados Unidos apareció en la presentación de la revista.

“Es una vorágine, un torbellino, que es el arte del retrato, del retrato en acción, el momento en que la heroína vive las horas más importantes de su vida, el momento en que escribe la historia”, señaló en la editorial la entonces jefa de redación, Stéphane Delorme. Al interior, la publicación le concedió varios artículos a la cinta de Larraín, incluida una entrevista, la tercera del director para Cahiers después de No (2012) y Neruda (2016).

A lo largo de los años, también han conversado con la revista Patricio Guzmán (Nostalgia de la luz, noviembre de 2010), Sebastián Lelio (Gloria, febrero de 2014) y el mismo Ruiz, en su última entrevista para la publicación, en octubre 2010, cuando estrenaba Misterios de Lisboa (2010).

Con solo un largometraje (De jueves a domingo), la cineasta Dominga Sotomayor fue invitada en septiembre de 2012 a un especial de directoras mujeres en que se examinó a figuras como Kathryn Bigelow y Mia Hansen-Løve, en respuesta al revuelo generado en Cannes de ese año, con nula presencia femenina en la Competencia Oficial.

La realizadora de Tarde para morir joven (2018) fue una de las ocho entrevistadas de fuera de Francia, junto a Maren Ade, Danielle Arbid, Anne Émond, Debra Granik, Nami Iguchi, Kelly Reichardt y Athina Rachel Tsangari.

Valeria Sarmiento, en tanto, ganó su más reciente crítica en diciembre de 2012, a las puertas del estreno de Las líneas de Wellington. Extrañamente, pese a su cálida recepción, los trabajos póstumos de Ruiz junto a la directora, La telenovela errante (1990-2017) y El tango del viudo y su espejo deformante (1967-2020), no han entrado en el radar de la revista.

Sí han llamado la atención de Cahiers en el último tiempo los títulos más recientes de Patricio Guzmán (La cordillera de los sueños), Sebastián Lelio (Gloria Bell y Desobediencia), Niles Atallah (Rey), Alejandro Jodorowsky (Poesía sin fin) y Larraín (Ema).