Mucho más que México: así es el nuevo disco de Mon Laferte

Mon Laferte

La artista chilena más exitosa de la actualidad llega con su nuevo álbum, Seis, en donde luce colaboraciones con Alejandro Fernández y Gloria Trevi, además de rendirse a la canción mexicana, sin olvidar las otras direcciones de su cancionero. Escucha aquí el trabajo y lee la reseña del crítico de música Marcelo Contreras.


El trabajo promocional de Seis, el flamante disco de Mon Laferte, el primero en más de dos años, subraya la relación con México, el país donde reside desde junio de 2007. Los singles de adelanto Que se sepa nuestro amor junto a Alejandro Fernández y La Mujer con Gloria Trevi, confirman que la artista viñamarina abraza cariñosamente al país adoptivo, mientras títulos como Esta morra no se vende son explícitos en identificación y tributo con una cultura perfecta para potenciar sus talentos de líneas románticas, apasionadas y lacrimógenas.

La promoción funciona así, concentrando una idea fuerza que se martilla. Sin embargo, Seis no merece ser reducido como el-disco-mexicano-de-Mon-Laferte, tampoco el álbum-bajo-pandemia por la grabación casera en un estudio armado en su residencia en Tepoztlán, sino que representa cómo su carácter creativo utiliza el pasado a la manera de un ático donde encuentra un baúl con recuerdos, instrumentos y ropas de otros días, que le permiten asumir personajes y escenarios para adentrarse en reversa en el cancionero latino popular hasta mediados del siglo pasado, incluso más atrás.

Tal como Amy Winehouse era una viajera en el tiempo que trajo al nuevo milenio los placeres del jazz y el soul envueltos en estribillos para delicia de nuevas y viejas generaciones, Mon Laferte sigue empecinada y exitosa en convertir sus discos en paseos por otras épocas, cuando el mundo era análogo. Mientras la gran mayoría del pop se sostiene en máquinas y cadencias electrónicas, ella camina indiferente en dirección contraria empuñando una guitarra como líder de una banda, o acompañada de un sutil conjunto de cuerdas y vientos, los soportes instrumentales recurrentes de este nuevo álbum.

Mon Laferte

Aunque la historia de la estrella viñamarina proclama su año cero con Vol. 1 (2015), cuando costaba conectar que era la participante de Rojo conocida como Montserrat Bustamante, ya contaba con dos trabajos con el nombre de Mon Laferte, el pop rock de Desechable (2011) y las tinturas alt rock de Tornasol (2013), donde su voz aún no alcanzaba la expresividad y dramatismo que ahora la distingue. Así, este sexto título grabado durante la pandemia por Manú Jalil (con quien ya había trabajado en La Trenza) y Sebastián Aracena (guitarrista habitual), reincide en la nostalgia.

Es cierto que hay un predominio de canciones inclinadas hacia sabores mexicanos. A los singles se suman Se me va a quemar el corazón, Amigos simplemente, No lo vi venir y Te vi, todas impecables en su intención de rendir homenaje a México como parte de su genética musical.

Los matices llegan con el glamour de gran salón de baile impreso en Calaveras, el elástico desdoblamiento de Amado mío y Canción feliz hacia el bolero y la bossa nova respectivamente, y el pop sesentero reverberante de Aunque te mueras, donde Mon Laferte demuestra con exacto maridaje de elegancia y potencia, que es mucho mejor cantante ahora que hace una década.

Democracia es una cumbia más bien floja y pálida frente a la calidad del material restante, en tanto Se va la vida acaricia suavemente la tonada.

Relaciones tóxicas, patriarcado y ostentación material, entre otros temas, componen el material de las letras y sus links con el presente, en medio de un escenario musical latino enamorado de géneros pretéritos.

Si en la portada de Norma (2018) Mon Laferte era una mujer adulta de expresión agitada sosteniendo cuchillo y cebolla, en una lectura sin dobleces sobre los vaivenes en el amor, esta carátula muchísimo más sugerente con su imagen infantilizada (¿el pasado? ¿la fragilidad?) sosteniendo un pequeño toro (¿los hombres? ¿México?), corona un álbum con más entradas y encantos, que rendir amor y respeto a la nación donde ha cimentado su obra.

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