Reseña de libros: de Edward Said a Margarita García Robayo

Margarita García Robayo
La escritora colombiana Margarita García Robayo.

Un volumen de conversaciones y entrevistas con el gran intelectual palestino, un conjunto de relatos autobiográficos de la escritora colombiana, la nueva edición de la novela de Ariel Richards y un tesoro escondido en Anakena por Roberto Fuentes, en los libros destacados de la semana.


Poder, política y cultura

Poder, Política y Cultura, de Edward Said (Debate)

Profesor de literatura de Columbia, Edward Said fue acaso el último gran intelectual que tendió puentes entre Occidente y Oriente Medio. Crítico del colonialismo, su libro Orientalismo cuestionó la forma en que Occidente piensa y se relaciona con Medio Oriente. Este volumen reúne 29 entrevistas que abarcan 25 años, de 1976 al 2000, donde aborda desde asuntos literarios a problemas políticos y religiosos. Palestino nacido en Jerusalén y educado en Estados Unidos, Said habló y escribió a favor de la causa palestina, aun pese a las hostilidades que despertó, y combatió los fundamentalismos. El volumen permite asomarse al pensamiento de un autor valiente, brillante y controversial. “Soy el último intelectual judío”, dijo en el año 2000 a un diario israelí. “El único seguidor auténtico de Adorno. Deje que se lo exprese así: soy un judío palestino”, agregó.

Primera persona

Primera Persona, de Margarita García Robayo (Montacerdos)

En uno de los relatos que integran este conjunto autobiográfico, Margarita García Robayo declara: “A mí lo complejo me atrae. A mí la simpleza me parece estupidísima”. Lo dice en medio de una narración que comienza hablando de su padre y continúa sobre sus amantes mayores. Pero en cierta forma esa frase puede extenderse a su mirada sobre el mundo: eludir lo fácil, sortear lo evidente, combatir los lugares comunes. Con la misma soltura, con agudeza y una punzante inteligencia, a través de una prosa elegante y ágil, la escritora colombiana se asoma a la intimidad y a las complejidades de las relaciones, de la maternidad o la condición femenina, ataviada de preguntas. “Todos los días intento entender un poco más de mi propia historia y no suelo ser muy eficiente, pero admití un hecho que alivia la ausencia de certezas: mi historia es un cúmulo de preguntas irresueltas -¿Qué soy? ¿Qué quiero? ¿Cuánta frustración soy capaz de soportar?”, escribe.

Las olas son las mismas

Las Olas son las Mismas, de Ariel Florencia Richards (Los Libros de la Mujer Rota)

Hace cinco años Ariel Florencia Richards publicó Las olas son las mismas, pero entonces ella tenía otro nombre. Luego de iniciar su tránsito de género, la autora reedita la novela y entrega un prólogo que dialoga íntimamente con ella: si la obra habla del tránsito y de la distancia de sí mismo, el texto de la autora en torno a su proceso de identidad le otorga otra dimensión. El relato propone dos línea narrativas -la historia de Juan, un estudiante chileno en Nueva York- y el diario sobre el viaje de una pareja de franceses a Valparaíso. Dos líneas que transitan del pasado al presente y que confluyen en la ruptura, en el relato inacabado, en la imposibilidad de alcanzar la otra orilla. Relato atravesado de melancolía, soledades y silencios, en él resuenan la vocación poética de la autora y la búsqueda de formas narrativas menos convencionales, desplegadas con una escritura al mismo tiempo sobria, luminosa y sensible.

Un tesoro en Anakena

Un Tesoro en Anakena, de Roberto Fuentes (SM)

Sus familias llevan años, tal vez décadas enemistadas. Nadie recuerda por qué. Pero Lisa y Motudo son amigos y suelen jugar en la hermosa playa de Anakena, en Rapa Nui. El escritor Roberto Fuentes entrega un nuevo relato en el universo de la literatura infantil , esta vez ambientado en las isla de los moais y con encantadoras ilustraciones de Antonia Roselló. El relato cuenta cómo un día el mar comienza a dejar misteriosos baúles en la playa de arenas blancas. En ellos los niños encuentran un botín de telas de colores y también algunas monedas de plata. Pronto cada familia, que visita la playa en horas diferenciadas (unos por la mañana, otros por la tarde) vestirá llamativos atuendos hechos con esas telas. Pero más allá de ese botín, y de otro baúl que dejará el mar con una bandera de calavera, Lisa, Motudo y sus familias tendrán la oportunidad de descubrir un tesoro aún más preciado.

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