Marge Bouvier: Los Simpson (Disney +)

En esta lista no puede no estar Marge, la mamá favorita de la tele. La ideal y entrañable. La que siempre está ahí, apañando a sus dos hijos, a su marido y a las mascotas. La más sensata de la familia Simpson, que siempre lleva el mismo peinado y que como dueña de casa ve cómo el resto de la familia se divierte y ella no. Difícil que alguien tenga la paciencia de ella con Homero -le perdona todas- y también con Bart -de castigo en castigo- y que apoya hasta el final a Lisa para que sea la mejor alumna de la clase.

Es la súper mamá desde hace 32 años, en versión animada, y cada vez que se hacen encuestas sobre las mejores mamás de la TV, Marge siempre encabeza esos rankings. Uno podrá recordar muchísimos momentos del personaje, pero acá va uno: el episodio Scenes from the class struggle in Springfield (el cuarto capítulo de la séptima temporada), cuando encuentra en liquidación un vestido rosado Chanel, muy Jacquelinne Kennedy, y como pocas veces, hace todo lo que el personaje no suele hacer: ser la insensata de la familia. Un gran capítulo, porque el personaje se libera un poco -hay otro estilo Thelma & Louise que sigue la misma línea argumental- y deja de ser el cable a tierra de la familia.

Cersei Lannister - Game of Thrones (HBO Go)

La madre destinada a ver morir a sus tres hijos. La que evitó a toda costa la profecía que le dijo una bruja y no pudo revertirlo: su hijo Joffrey es envenenado al igual que su hija Myrcella, mientras su hijo Tommen decide suicidarse, en los momentos más sufridos del personaje, cuando Cersei ha decidido vengarse y hacer explotar la iglesia con varios de sus enemigos adentro.

Cersei no tuvo en el final de Game of thrones la muerte digna y apoteósica que uno habría esperado, pero el desenlace no le resta méritos al personaje: es la mejor villana televisiva de la última década y la madre más sufrida de todas. Ambiciosa, inteligente y severa, quizás no es la madre que uno querría tener -vaya obsesión para entrenar a que sus dos hijos adolescentes fueran reyes- y en al menos dos de las muertes de ellos fue en venganza a asesinatos suyos, pero es un personaje tan bien escrito que generó por ocho años amor y odio en los televidentes.

Es cierto, de Game of thrones uno podría mencionar a Daenerys, Madre de los Dragones o a Catelyn Stark como madres mucho más ejemplares que Cersei. Pero Lena Headey le dio a su personaje un carácter mucho más estable en la serie -gracias a los libretos, claro- y, salvo por el final, el más coherente de toda la historia. La madre trágica.

Game of thrones está cumpliendo 10 años desde su debut. Es hora de reconciliarse con el ciclo final y repasar sus enormes temporadas que la convirtieron en un hito pop.

Ruth Fisher: Six Feet Under (HBO Go)

No es un modelo de madre, está lejos de ser ideal, pero es la madre resignada, que sufrió maltratos cuando niña, que se casó muy joven y se dedicó a la crianza de sus tres hijos y a ser dueña de casa. Una vida aburrida incluso para sus tres hijos, que la miran con tedio. Tras enviudar, el personaje experimenta un vuelco en su vida y, es cierto, en parte deja de lado a sus hijos ya grandes, pero comienza a ocuparse de tener vida propia. No es la madre que uno vería como modelo, pero en Six feet under su viaje interior es parte de lo mejor de la serie, así como las escenas más entrañables especialmente con Nate, su hijo mayor, al mismo al que le desaprobaba todas sus parejas.

Interpretada de modo inolvidable por Frances Conroy, la vemos con pretendientes tras enviudar y luego casarse por segunda vez, también se pone a trabajar fuera de casa y, aunque se pierde parte de los conflictos centrales de sus tres hijos y es dada a guardarse todas sus emociones, Ruth es de las madres reales que ha dado la televisión y que explotaba cada vez que era necesario. Pocas veces, pero las suficientes. Y eso la hacía muy querible.

Mención chilena:

Ana López: Los 80 (Amazon Prime Video)

Ana López es lo más parecido a mi mamá y a la tuya. La mujer fuerte que sostenía a Juan Herrera y a sus hijos, el sostén moral, la que se preocupaba de que esa casa funcionara, la mamá de Chile, que el guionista Rodrigo Cuevas escribió teniendo como referentes a muchas mamás que conocía: la dueña de casa que cuida a los hijos, que hace la mejor sopa del mundo, que contiene a los hijos en sus peores caídas. No hay otra ficción nacional que haya acertado, de manera tan rotunda en el perfil de una madre, como Los 80 con el personaje de Tamara Acosta.

Es curioso lo que pasó con el personaje hacia el final de la serie, cuando se rebela ante la violencia de Juan y decide separarse, para llevar una vida independiente, con nueva pareja y otro look: mucha gente alegó. Les pareció que esa no era la madre que querían ver, tan liberada. Más allá de si la trama acertó o no en el modo de contar esa parte -su rol se vuelve atractivo en la historia y uno quiere ver a Ana liberarse, pero el guion fue mezquino en mostrarla más impaciente y fría con sus tres hijos-, ese giro le dio vida en pantalla a un personaje que se había quedado sin la acción de las primeras cuatro temporadas, cuando fue fundamental en llevar la trama.

Seguramente Acosta seguirá haciendo roles importantes, pero el de Ana seguirá siendo un patrón en su currículum y al momento de hablar de madres chilenas en pantalla.