Justin Theroux, otra estrella seducida por el streaming: “Vivimos una fiebre del oro creativa”
A 35 años de la película de Harrison Ford basada en la novela de su tío, La Costa de los Mosquitos, el protagonista de The Leftovers encabeza la nueva producción de Apple TV+ que reinterpreta el mismo libro. Aquí, habla con Culto sobre la serie que lo tiene en el radar de los Emmy y del momento que vive Hollywood. “Los actores están teniendo la oportunidad de explorar personajes de una manera más profunda y sólida”, afirma.
Jack Nicholson sabía lo que valía a mediados de los 80. Con dos premios Oscar en ocho años, no estuvo dispuesto a rebajarse el sueldo aunque fuera por petición del productor Saul Zaentz, con quien había hecho Atrapado sin salida en 1975. El hombre detrás de títulos como Amadeus y El paciente inglés deseaba que protagonizara la adaptación de la novela La Costa de los Mosquitos, pero tuvo que cambiar de plan ante el rechazo implacable de la estrella.
El rol central del filme -un patriarca idealista que junto a su familia abandona Estados Unidos con destino a Centroamérica- terminó en manos de un Harrison Ford que ya gozaba de estatura de astro mundial, gracias a Star Wars, Indiana Jones y Blade Runner. Sin embargo, la película del australiano Peter Weir no recuperó su presupuesto y se le recuerda como uno de los pocos traspiés comerciales del actor detrás de Han Solo en sus primeras décadas como figura clave de la industria.
Aunque era todavía un niño cuando se publicó el libro -en 1981-, Justin Theroux (49) se adelantó a Nicholson y Ford y escuchó tempranamente sobre esa historia y sobre Allie Fox, el aventurero que guía la trama y que eventualmente termina perdiendo la cabeza. El motivo radica en que su tío, Paul Theroux, es el autor de la novela original, la misma que en plena era del streaming se decidió a adaptar como productor y protagonista, ahora en formato serie para la plataforma Apple TV+.
“Definitivamente se volvió más personal porque es algo que ha estado en la base de mi familia durante mucho tiempo”, señala a Culto el actor de Mulholland Drive y guionista de Tropic thunder. “Pero -enfatiza- lo que realmente lo hizo especial fue el personaje que él creó. Para mí, esa fue la razón para hacerlo. Realmente disfruto mucho al interpretar a este tipo, las complejidades de Allie Fox”.
Operando como una adaptación más libre que la de 1986, la versión en serie de La Costa de los Mosquitos (van tres de siete capítulos estrenados) le ha reportado los mayores elogios de su carrera desde que encabezó The leftovers (HBO), la sombría ficción de Damon Lindelof. Según los prematuros pronósticos de los medios norteamericanos, es uno de los nombres que podría entrar en carrera por el Emmy, y de obtener la nominación, sería su primera candidatura.
Theroux tilda su nuevo protagónico como “físicamente, muy exigente”, pero dado que el personaje “es impetuoso y no particularmente vulnerable, no es emocionalmente agotador en ese sentido”. “Cualquier drama de una hora, en particular cuando se filma en locaciones (y no en estudio), va a ser exigente”, indica.
-A 40 años de la publicación de la novela original, ¿cómo describiría la forma en que esta nueva adaptación se conecta con nuevos públicos?
Lo único que hicimos fue asegurarnos de que los personajes siguieran siendo fieles, o que al menos el personaje de Allie Fox permaneciera fiel al material original del libro, porque creo que al final eso es lo que lo hace interesante. Realizamos algunas actualizaciones en algunos de los miembros de la familia. Hicimos que uno de los hijos ahora sea una hija, le dimos a la madre un papel mucho más central y la convertimos en una socia de Allie, más de lo que era en el libro o la película, por lo que está más implicada en la toma de decisiones. Pero no me corresponde a mí decidir qué la hace más o menos atractivo que la original.
-Esta no es una historia cómoda, y cuestiona desde el libre albedrío hasta las nociones de familia y Estado. ¿Le parece inusual que Hollywood tenga series que aborden estos temas?
Sí, pienso que lo es. Una de las cosas que creo que Peter Weir dijo sobre su propia película es que no era una película típica de Hollywood. Si las has visto, es la historia de una familia que comienza maravillosamente y empeora y empeora, y definitivamente no tiene un final particularmente feliz. Lo mismo aplica aquí. Obviamente, hay mucho en juego, pero a medida que avanza la serie, la vida se vuelve cada vez más desafiante para ellos. Y dentro de eso, la familia en varias ocasiones se fractura y creo que se sostiene en sus heridas emocionales.
-¿Conectaría el intento de hacer esta nueva adaptación con los últimos años que ha vivido Estados Unidos?
No, porque creo que Allie Fox existía desde antes y no lo veo como alguien especialmente permeable a la política. De una manera extraña, es casi un superestadounidense. Tiene una especie de sensibilidad estadounidense; algo está roto, él puede arreglarlo. Hay un problema, se puede solucionar. Tiene esa clase de espíritu pionero de: sigue yendo hacia el oeste y encontrarás algo. Creo que puede aludir a Jack London o Jack Kerouac, una especie de espíritu libre. Quiere estar constantemente con el rostro hacia el viento, eso es lo que le da verdadero placer disfrutar. Y creo que quiere eso, tal vez, en detrimento de sus hijos.
-Después de Maniac (Netflix), este es su segundo papel principal en la era del streaming, un momento en que se les otorga luz verde a distintos proyectos todo el tiempo. ¿Cuál diría que es el mayor impacto que ha provocado esto en su carrera?
Creo que los actores en general, no sólo en mi caso, están teniendo la oportunidad de explorar personajes de una manera más profunda y sólida, con el apoyo de un equipo creativo increíble y el apoyo de los recursos, de Apple en este caso. Con seguridad, es una fiebre del oro creativa, (para) escritores, directores, actores y creadores en general. Es lo que todos deseábamos en torno a las cadenas de televisión, donde uno pensaba: “Dios, están los cortes comerciales. Dios, no puedo decir un par de malas palabras, lo que lo haría más interesante”.
“En los servicios de streaming puedes hacer cosas tan simples como decir la palabra con F o fumar un cigarrillo (se ríe). Hacer cosas que la gente hace en la vida real, que están prohibidas en las cadenas de televisión, por el motivo que sea, todavía no sé por qué. No estás promoviendo los cigarrillos, no estás promoviendo maldecir. Sólo mira a la calle, puedes ver gente haciéndolo. Entonces es raro cuando en un área del arte no está sucediendo algo que ves todos los días. Es extraño”.
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