Redemption song: el visionario epitafio musical de Bob Marley

Bob Marley

Meses antes de su muerte por cáncer, un día como hoy hace 40 años, el jamaicano entregó al cierre de su disco Uprising (1980) uno de los más lúcidos y conmovedores manifiestos de su carrera. Un himno espiritual que el ídolo del reggae grabó ya enfermo y en medio de la guerra civil en Jamaica, que ha sido versionado por grandes colegas a lo largo de las décadas.


“La mente es nuestro único gobernante. El hombre que no es capaz de desarrollar y utilizar su pensamiento se ve obligado a ser esclavo de otro hombre que usará su pensamiento. Vamos a emanciparnos nosotros mismos de esa esclavitud mental, mientras que otros crean que el cuerpo es libre, nadie más que nosotros puede liberar la mente. El pensar es nuestra regla”.

El mensaje que el político y activista jamaicano Marcus Garvey (1887-1940) dio en Canadá en 1937 caló hondo en su país -donde es considerado un héroe nacional- y en uno de sus herederos más universales.

De hecho, algunos extractos de ese discurso fueron usados y reinterpretados por Marley en Redemption song, el gran himno que compuso en 1979 y que ubicó al cierre de Uprising (1980), el duodécimo álbum que el músico grabó junto a The Wailers y el último que el artista lanzó en vida. Cerca de un año después, en mayo de 1981, el ícono del reggae murió en Miami, cuando el melanoma que se le había diagnosticado cuatro años antes ya se había expandido a sus pulmones y cerebro. Tenía sólo 36 años.

Foto: AFP

Su muerte y su legado musical no han hecho más que amplificar el valor de Redemption song, una suerte de epitafio en vida por parte de Marley y una pieza atípica dentro de su discografía. Sin los patrones rítmicos del reggae y desprovisto de acompañamiento, el tema lo grabó el autor sólo con voz y guitarra acústica, lo que de alguna forma potencia su mensaje.

Siguiendo las enseñanzas de Garvey y consciente de su carrera y de su propio destino, Marley insta en la letra de la canción a “emanciparse de la esclavitud mental”, porque “nadie más que nosotros mismos podemos liberar nuestras mentes”. Un canto espiritual a la liberación y a la redención personal que ha traspasado generaciones, escogido por el poeta y locutor jamaicano Mutabaruka como la grabación más influyente en la historia de la música jamaicana, que resuena con particular fuerza en un presente donde los derechos humanos y las reivindicaciones de las minorías vuelven a instalarse en el debate mundial.

Consciente de su propio destino y con Jamaica enfrentada en una violenta guerra civil por la disputa armada de las fuerzas políticas dominantes, Marley compuso una canción que destaca en un disco particularmente iluminado -que incluye también obras como Forever loving Jah y Could you be loved- y donde en su carátula el artista emerge hacia las alturas y el sol con los brazos extendidos.

De alguna forma, el himno parece además hacerse cargo de su propio legado. “¿Te unirás a estas canciones de libertad? Son todo lo que siempre tuve, canciones de redención”, dice en el coro.

Según Rita Marley, para cuando su marido creó Redemption song, “ya estaba en secreto con mucho dolor y lidiaba con su propia mortalidad, una característica que es claramente evidente en el álbum, particularmente en esta canción”.

Con los años, el tema ha sido reinterpretado por diversos artistas y en diversas circunstancias. Una de las primeras versiones la grabó el británico Joe Strummer de The Clash, junto a sus músicos de The Mescaleros, publicada en el disco póstumo Streetcore de 2003.

El propio Strummer la grabó también a modo de dueto junto al cantautor estadounidense Johnny Cash, para las sesiones del álbum American IV: The Man Comes Around.

Wyclef Jean, John Legend, Eddie Vedder, Madonna y Beyoncé también han versionado en años recientes Redemption song, que a cuatro décadas de su publicación no ha perdido impacto ni urgencia.

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