Mi Indiana Jones favorita: la crítica local elige la mejor película de la saga
A raíz de que la franquicia de Steven Spielberg y George Lucas celebra sus primeras cuatro décadas y hoy se filma una quinta entrega, Culto convocó a un grupo de especialistas para que respondan cuál es la mejor cinta de la saga. La última cruzada (1989) domina las preferencias, aunque hay menciones para todos los filmes. La excepción es El reino de la calavera de cristal (2008), considerada unánimemente como la aventura más fallida del arqueólogo favorito del cine.
Irresistible en su encanto, admirable pero humano en sus habilidades, Indiana Jones se asomó por primera vez a la pantalla grande en junio de 1981, cuando Los cazadores del arca perdida se estrenó en Estados Unidos. El personaje creado por Steven Spielberg y George Lucas reinó en los 80, saltó a la televisión en los 90 y vivió un traspié en los 2000, mientras su legado y virtudes se mantienen intactos pese al paso del tiempo.
Desde hace algunos días se filma una quinta entrega –por primera vez sin Spielberg en la silla de director– que llegará en 2022 luego de la decepción que generó Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008). Pasado y futuro se funden en la actualidad de la franquicia del arqueólogo favorito del cine, y en Culto convocamos a un grupo de grupo de especialistas para que escojan cuál consideran es la mejor película de la saga.
La última cruzada (1989), la cinta que reunió a Harrison Ford y Sean Connery como hijo y padre, domina las preferencias, aunque todos los filmes –a excepción de la película de 2008– consiguen menciones. Incluso se rescata la serie que tuvo tres temporadas en los años 90.
Isabel Plant, periodista y conductora de Radio Pauta
“Creo que en una cosa estamos de acuerdo: la cuatro es mala. Sobre todo el final. Pero eso nos deja con la disyuntiva de cuál de las tres primeras es la mejor. Es bonito, porque no todas las películas de aventuras sobreviven el paso del tiempo, pero la magia de Indiana Jones está intacta. Mi preferencia va por algo más afectivo, que por historia: no me puedo resistir a La última cruzada, que quizás es más floja en narrativa que sus predecesoras, pero tiene el rollo padre e hijo, y a Connery con Ford haciendo una dupla perfecta”.
Christian Ramírez, crítico de cine de Artes y Letras de El Mercurio y del podcast Civil Cinema
“Mi Indiana Jones favorito son Las aventuras del joven Indiana Jones (1992-1996) en la segunda temporada. En esa temporada cambió la estructura y mutó a pequeños largometrajes que estaban ambientados en distintos periodos, se prescindió de mostrar al Indiana Jones niño y sí al joven Indiana Jones, y fue una especie de laboratorio para George Lucas en que él probó paso a paso los primeros rudimentos del cine digital tal como lo conocemos hoy día. Esta temporada se trataba esencialmente de las aventuras de Indiana Jones en la década del 20 y de principios de los 30, donde uno tiene a Jones alternando con diversos personajes históricos en París o en Chicago. Es esa clase de aventuras. Siento que nunca el personaje fue tan libre como ahí”.
Alberto Fuguet, escritor
“De las cuatro, creo que sumo, en una suerte de loop, las cuatro. No soy demasiado fan. Nunca vi en el cine cuando la primera estaba arrasando. El año 81 estaba en modo Brian De Palma. La vi, intuyo, en VHS y no me dijo mucho. Quizás por eso, porque no me siento tan cercano a ninguna, lo que, a lo mejor, me da más libertad pues no entro en ellas como un converso ni siquiera como un fan. Si me regalaran un afiche, pediría cambiarlo por el de, no sé, Poltergeist (me consta que es suya) o no-tan-fallida-como-creemos 1941 o la mejor cinta acerca de un padre disfuncional que es Encuentros cercanos del Tercer Tipo (ah, qué bien está Truffaut ahí). ET me parece la cinta con que se inició el siglo 21 mientras Tiburón, claro, cerró el siglo 20. A veces creo que mi Spielberg favorito es el productor de Amblin. Lo prefiero adolescente más que adulto.
La saga de las Indiana Jones me enredan. Nunca entendí las referencias cinéfilas a un tipo de cine escapista de los 30, pero siempre me parecieron eficaces aunque estaba más que claro que no debían tomarse en serio. Así, no sentía un peligro inminente. Por eso quizás Indiana Jones and the last crusade es mi favorita. Ahí está Harrison, con su imborrable barba-de-cuatro-días y su vestuario Ralph Lauren va de safari, enfrentado, como personaje y como actor, a Sean Connery. Freud va a la matiné de super acción. Padre e hijo deben unirse antes que sucumbir al peligro. Uno ingresa al film creyendo que verá algo así como la tercera parte y es, en rigor, y antes que se acostumbrara a que todas las franquicias recurrieran a una, una “origin story”. Tiene momentos de emoción real. Ver a Indy hecho jalea por no saber como lidiar con su figura paternal es francamente delicioso. No recuerdo la trama, solo que todos ocurría en una algún lugar o varios lugares de un Tercer Mundo a lo David Lean y donde todo es una excusa para que el hijo encuentre al padre aunque las aventuras las viven juntos. A veces se necesita un viaje, una aventura. La última cruzada es una cinta, libre, inmensa, con todo el presupuesto de un éxito masivo, corre mil riesgos, entre ellos un insólito prólogo o historia de origen con un River Phoenix oliendo a jabón encarnando al Indiana Jones de adolescente (River fue el hijo de Harrison en la demente La costa mosquito), pero en una cinta del Oeste que John Ford nunca tuvo la ocurrencia de rodar. Y cuando llegamos a Indiana Jones adulto, de pronto entendemos de qué se trata de toda la saga: quizás la razón que no se afeita nunca es que este niño perdido desea demostrar que es un hombre. Tener a Sean Connery de padre no debe ser algo fácil y el casting de escocés hace que Harrison Ford deba estar aún mejor de lo que siempre es. Hay efectos, hay persecuciones, hay nazis (¿los hay?), pero lo que más se recuerda es la química de los: como aliados, como extraños, como dupla”.
Ana Josefa Silva, crítica de cine
“Los cazadores del arca perdida (1981). La mezcla Spielberg, Lucas, Lawrence Kasdan (guion) y Phillip Kaufman (guion), más John Williams en la música es prodigiosa. Agréguese Harrison Ford en estado de gracia. Un guion inteligente, un héroe empático a más no poder —encantador pero siempre a punto de caer por el precipicio—, tensión permanente, acción trepidante y hasta gotas de humor e incluso pinceladas de terror clásico. ¿Qué más se puede pedir? La resurrección del género de aventuras en todo su esplendor”.
Joel Poblete, crítico de cine
“La que menos me gusta es El templo de la perdición, a pesar de que me encanta y fue la primera que vi en cine. Me gustan mucho la primera y la tercera, ambas tienen elementos a favor. Como estas historias recuperaron el espíritu de las cintas de aventuras antiguas, siempre tenía que haber una joven heroína, y creo que lejos de las tres películas la heroína más memorable es la Marion Ravenwood de la primera parte. Karen Allen, una gran actriz subvalorada a la que no aprovechan en el cine y la televisión, en Los cazadores del arca perdida está muy bien, a la par de Indiana Jones. No es la típica jovencita que hay que rescatar, tiene una personalidad propia, decidida, intrépida, entonces le hace el juego a él, cosa que no tiene ninguna de las otras dos heroínas. Por la originalidad, por lo contundente que es, por lo convincente de su historia de amor, por cómo captura la esencia de las películas del pasado, creo que sin duda la mejor es la primera”.
Matías de la Maza, periodista de Radio Infinita
“Objetivamente, la mejor es Cazadores del arca perdida, por la forma en que introduce un personaje de una manera rápida que es inmediatamente querible y admirable. Indiana Jones como un tipo cool pero al mismo tiempo normal, un profesor universitario; como un héroe de acción pero al mismo tiempo no un héroe de acción infalible. Además, los valores de producción de Cazadores del arca perdida son de los mejores, pese a que Spielberg contó con un presupuesto más limitado que al que estaba acostumbrado. Pero si nos vamos a lo emocional, La última cruzada creo que sigue siendo mi favorita. Soy débil en el minuto que Spielberg hace historias de padre e hijo. Encuentro que la relación entre Sean Connery y Harrison Ford es de una química tremenda, independientemente de que se llevaban tan sólo por 12 años de diferencia. La tercera es quizá la menos seria de las tres, es la más lúdica, pero termina siendo la que me llega más emotivamente. Su escena final está por lejos dentro de lo mejor de la saga”.
Claudio Vergara, editor de Culto
“Mi favorita es Indiana Jones y la última cruzada porque rompe un patrón con respecto a todo el resto de la saga. Es la única donde vemos a Indi vulnerable, al borde de la derrota y sin ninguna capacidad para solucionar un problema. Al menos el mayor de todos. El que lo hace humano y que puede ser más difícil y glorioso que recuperar el Santo Grial: estar en paz con su padre. Y para ello, no le sirve ni el látigo con que escapaba de una secta sangrienta ni algún truco fortuito para embaucar a los nazis. Queda demostrado en uno de los grandes momentos de la cinta: cuando Henry Jones (Sean Connery) lo conmina a recuperar el tiempo que les robó la arqueología y le dice que hablen de lo que nunca hablaron. “No se me ocurre nada”, admite con vergüenza Jones Jr.
Indiana Jones 3 es finalmente la encarnación de dos aventuras paralelas, aquella llena de trampas, emboscadas, tanques y ratas que tiene como ambición final una joya arqueológica remota; y la otra, la que también cruza toda la historia y parece incluso más compleja: cuando un hijo en la adultez se abraza con su padre y ambos pueden decir misión cumplida”.
Antonella Estévez, editora de CineChile.cl
“Indiana Jones y el templo de la perdición es mi favorita. Creo que en la primera película hay una instalación de los personajes que es muy apropiada y hay un cruce, la aventura con lo fantástico, que va a ayudarnos a entender lo que sucede después. El templo de la perdición es la más interesante probablemente porque, a mí parecer, es la más oscura y porque juega con un montón de posibilidades de la narración en donde está tensionando constantemente el relato sin perder la verosimilitud de lo que está contando. La volví a ver tiempo después de que salió la cuatro, en donde hay muchos más efectos digitales, y te das cuenta que lo que hace la dirección de arte y la propuesta estética y cinematográfica de Spielberg en El templo de la perdición es construir un horror que es muy integral, carnal. Es mucho más escalofriante que lo que luego se logra construir desde lo digital y probablemente por eso la recuerdo con mucho entusiasmo y cariño, y creo que funciona muy bien para un público al que le gusta la aventura
Creo que Indiana Jones es una película para los adolescentes de corazón, tiene algo infantil de la aventura que es muy bonito. Por eso puedo entender que cuando salió la cuatro toda la generación que se emocionó cuando era más chica con el personaje ya no se emocionó, porque ya no somos tan chicos. Estamos esperando otras cosas. Indiana Jones sigue tocando esa tecla de la aventura adolescente que yo siento que funcionó muy bien en su momento y me parece que en términos cinematográficos y artísticos es una gran, gran película”.
Francisco Ortega, escritor
“Tengo claro que la mejor es Cazadores del arca perdida porque tiene un guión absolutamente perfecto, pero por corazón yo me quedo con La última cruzada, porque es una historia de padres e hijos, porque está River Phoenix en un gran papel al inicio, porque está Sean Connery. La idea de que el papá de Indiana Jones sea James Bond es algo genial de Spielberg y Lucas. Además, de alguna manera, la película cierra el arco que empieza con Cazadores; de hecho, es más segunda parte de Cazadores, porque El templo de la perdición en rigor es una precuela y no está relacionada con misterios históricos bíblicos. La última cruzada si bien no es tan perfecta como Cazadores, tiene mucha más alma. Es un Indiana Jones al que ves enfrentado a su gran rival y formador, que es su propio papá. Mi favorita es La última cruzada, aunque sé que la mejor es Riders”.
Andrés Nazarala, crítico de cine y escritor
“Me cuesta un poco analizar el cine de mi infancia con criterio crítico. Me quedo más bien con el recuerdo de las emociones del momento en que vi cada película. Y, en ese sentido, mi preferida es Indiana Jones y el templo de la perdición. La vi en algún cine de Valparaíso con mis padres y fue para un entretenimiento perfecto, desde ese comienzo adrenalínico en Shanghái hasta la catarsis final. Las viejas películas funcionaban así, con una estructura que no falla: una gran escena de acción como apertura, otra importante en el medio y un desenlace a la altura de lo construido en ese momento. Rescato también el humor, la tensión sexual entre Harrison Ford y Kate Capshaw y todo ese exotismo de cartón piedra propio del cine de matinée. Los efectos están, además, muy bien. Recuerdo que después de la función traté de disfrazarme de Indiana Jones. No hay duda de que este tipo de películas dan cátedra en estos tiempos de efectismos, sobredosis de imágenes y retoques digitales”.
Rodrigo González, periodista y crítico de cine
“Siempre le tuve especial cariño a Indiana Jones y el templo de la perdición, la segunda de la serie. Sé que en términos canónicos tal vez no tiene la originalidad de Los cazadores del arca perdida ni tampoco la madurez y magnífica química actoral de La última cruzada, pero es la más descaradamente entretenida de la serie. La película es la más violenta y explícita de las tres primeras y es imposible olvidarse de aquella cena donde a Indy y sus amigos les sirven un cóctel de sopas de ojos y cerebros de primates. o el pasaje del sacrificio humano, con el corazón aún latiente en ofrenda a los dioses.
Creo que de todas las películas de Spielberg esta es la más cercana tal vez a la imagen de un niño disfrutando de su juguete preferido.
Por último, la película tiene un valor nostálgico. Es la única de las tres primeras que vi en el cine, en su estreno, en sala grande, con la mejor panorámica del mundo y como debe ser para una película de aventuras. Vaya uno a saber si la próxima Indiana la disfrutaremos así o a través de una aplicación y en casa”.
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