Madre Irlanda, de Edna O’Brien (Lumen)
“Un país es o madre o padre”, dice Edna O’Brien. “Irlanda siempre ha sido mujer, útero, cueva, vaca”, enumera la escritora irlandesa más relevante. Nacida en 1930 Tuamgraney, un pequeño pueblo con 27 pubs, sin cines ni bilbiotecas, hija de un padre apostador y alcohólico y de una madre profundamente religiosa, dejó su casa para estudiar en Dublín y se trasladó luego a Londres, donde aún vive. En 1960 publicó Las chicas de campo, el retrato de una sociedad ahogada por el conservadurismo religioso, el nacionalismo y el alcoholismo, que causó controversia en su país. En estas memorias narra su relación con Irlanda, en un relato que trenza la autobiografía con la historia, la mitología y la literatura. Con sensibilidad y agudeza, la autora explora en la identidad irlandesa, en su belleza y su romanticismo, en su melancolía, así como en sus frustraciones, amarguras y asperezas. “¿Irlandesa?”, se pregunta a la distancia. “En verdad no quisiera ser nada más. Irlanda es, además de un país, un estado de ánimo”, escribe la autora admirada por John Banville y Philip Roth.
Juan Emar y el Arte Moderno en Chile, edición y estudio de Patricio Lizama (Alquimia)
En julio de 1923, Juan Emar escribía a Vicente Huidobro: “Aquí no hay nada que hacer; la palabra Arte con todos sus derivados queda definitivamente borrada de cualquier posibilidad chilena”. Después de una residencia de cuatro años en París, Emar -seudónimo de Alvaro Yáñez- emprendió la publicación de una serie de artículos sobre las tendencias de arte de vanguardia en el diario La Nación. “El arte moderno es el caos, la locura”, escribe con ironía en su primera columna, donde difundió la obra de Cezanne, Picasso y también la de artistas chilenos como Camilo Mori y el Grupo Montparnasse. Su tarea encontró resistencia en el medio, de ahí su queja con Huidobro, el poeta de la modernidad. Contra el arte académico y los artistas “continuadores de las apariencias muertas de la tradición”, Emar no solo apoyó la creatividad más libre sino que también cuestionó su enseñanza y el aparato crítico de la época. Este volumen recoge la totalidad de las columnas, publicadas entre 1923 y 1927, de quien es acaso el narrador más singular de la narrativa chilena. Gran rescate.
Apuntes al Margen, de Cristóbal Gaete (Emecé)
Hace 10 años Cristóbal Gaete publicó Valpore, una ficción distópica en torno a Valparaíso que visibilizaba tensiones y frustraciones agazapadas. En ella se alejaba de la mirada turística y se internaba en los cerros, en zonas pobladas de comunidades marginadas, un infierno de drogas, hambre y descomposición moral, donde los niños viven en riesgo y expuestos a toda clase de violencias. De cierto modo, la novela sigue la estela de la narrativa lumpen o delictual y, en un delirio lúcido, concluía con un estallido social y Valparaíso en llamas. El autor extendió su exploración narrativa con Barrio y Paltarrealismo, una relectura de la novela social sin sutilezas en torno a la producción de paltas. Este volumen reúne su obra publicada y agrega Hotel Prat, crónica híbrida en torno a la decadencia del icónico hotel en medio de la pandemia, como metáfora del deterioro social del puerto.
La Vida Secreta de los Virus, Colectivo Ellas Educan (Zahorí Books)
Mucho antes de la aparición de los seres humanos, los virus ya poblaban la Tierra. La historia de la humanidad va acompañada de la presencia de los virus: hay constancia de las primeras epidemias hace 12 mil años. Los viajes y las migraciones llevaron los virus de un continente a otro: así como el sarampión se originó en Medio Oriente, los conquistadores trajeron la viruela a América. En este libro el colectivo Ellas Educan, que reúne a seis doctoras, cuenta la vida desconocida de los virus, desde su composición, la forma en que se reproducen, los diferentes tipos, la historia de las vacunas y las recomendaciones para evitarlos, acompañado de graciosas y coloridas ilustraciones de Mariona Tolosa. Editado por Zahorí Books, forma parte de una colección que incluye la vida secreta de las heridas y de los mocos.