Mi programa favorito de la televisión chilena
A 64 años del inicio de la televisión en el país, ¿cuáles son los programas que se quedaron en la memoria para siempre? Rostros de la pantalla hurgan en sus recuerdos.
Fabrizio Copano (Comediante): “31 minutos, porque siento que lo tiene todo: muy chileno, muy original, divertido, tuvo éxito afuera. Es inteligente y a la vez masivo, con mucho corazón y los personajes son parte de la cultura nacional. Lo vi justo saliendo de la infancia. También pienso en el Buenos días a todos de Camiroaga, donde había santo y seña, cantaban, la era dorada de la televisión. Era bueno cuando Camiroaga peleaba con el director, algo que venía del Pase lo que pase. En la mañana era más serio, en cambio esta versión de la tarde, le daba más libertad. Esa relación con Karencita (Doggenweiler), era bien palpable la tensión sexual en la pantalla. También me gusta la tevé no particularmente buena, como Revolviéndola con Rafa Araneda. Era una diversión bien conservadora, sus camisas. Era como una persona asexuada Rafita. Un niño sin maldad”.
Monserrat Álvarez (Periodista): “Me quedo con las teleseries. Matrimonio de papel la amaba. Tenía humor en una época que nada lo tenía. La Rebeca Ghigliotto hacía un personaje distinto a como se presentaban las mujeres en ese tiempo. Me encantó porque rompía ese molde. Y Bastián Bodenhofer, parece que era ciego. También me gustó mucho Ángel Malo, la familia Álvarez, que tenía mi mismo apellido, jaja. Que se haya muerto la protagonista fue muy impactante. No me pude reponer en muchas semanas”.
Francisco Saavedra (Conductor): “Me gustaba mucho Martes 13. Tenías grandes estrellas, musicales tipo Broadway con artistas nacionales, varieté, super completo en una época de poca oferta cultural. No era llegar y ver a José Luis Perales o Soda Stereo. Democratizó artistas y que se disfrutaran en todo Chile. Independiente que algunos critiquen ese glamour, era un Festival de Viña una vez por semana. Fui de público cuando estuvo Soda, Cristina y los Subterráneos. Definitivamente sí, era el mejor programa. También me fascinaban Los Patiperros y disfruté toda mi infancia con el Jappening. Pero un programa que provocó todo, reír, grandes shows sin tener que pagar un peso, ese fue Martes 13”.
Francisca García-Huidobro (Actriz y conductora): “Primer Plano, por lejos. Y me gustaba de antes que yo trabajara ahí. ¡La gente hacía la previa los viernes viéndolo! Lo animé durante 12 años, pero duró 16 o 17 años. También podría decir Sábados Gigantes, pero de todas maneras me quedo con Primer Plano de la época en que lo hacía Petaccia, la Pata Larraín.”
Leo Caprile (Animador): “Me quedo con Sábados Gigantes por esta cosa que representaba de cadena nacional, de rito televisivo, de la sinergia que creaba. Y el otro es ¿Cuánto vale el show?, un programa madre de los espacios de talentos. En mi versión particular de ¿Cuánto vale el show? es para verlo en pijama y comer puré con huevo, y te vas a reír y lo vas a pasar increíble porque podía suceder cualquier cosa ahí, porque nos quitamos la máscara, el glamour. Si sale un artista maravilloso, lo vas a disfrutar. Sale un patán que va a buscar plata para seguir tomando, también te va a dar un espectáculo. Eran tan democrático, tan social, tan transversal. Había tanto humor y clave. Había sexualidad, glamour, ternura, pobreza, precariedad. Un programa que te ilusionaba. Era la magia de que podía pasar cualquier cosa. No estoy hablando de mi versión del ¿Cuánto vale el show?, sino desde el Negro (Alejandro) Chávez, el Negro (Ricardo) Calderón. Cuando hice el programa, sabía dónde debía disparar, cuáles eran las claves. Me lo sabía de memoria”.
Pedro Peirano (Periodista y guionista): “Creo que el programa más importante fue Sábados Gigantes, porque en un minuto el país y el programa sintonizaron, se mimetizaron, para bien y para horrible, como pocas cosas lo hacen en televisión. Sin embargo, en gusto personal, creo que el mejor programa que se me viene a la cabeza es El Mundo del Profesor Rossa. En su etapa clásica fue realmente innovador, inteligente, sensible, de guión desopilante. Me refiero a la época en que Tío Valentín hacía de bueno-villano, e intentaba hacer negocio de cada cosa que enseñaba el profesor secundado de Guru-Guru, la época en que Anita Kleski era la profesora y ex novia de Valentín. En fin, un guión fantástico de un programa bien intencionado, genial, inventivo, tan chileno y divertido y educativo. Para mí, nada supera la creación de Iván Arenas. Incluso después, sus ‘videos escandalosos’ en que salían chascarros subidos de tono, eran encantadores. ¡Viva el Profesor Rossa!”.
Virginia Demaria (Cocinera y conductora): “A mi me marcó Viva el lunes porque era una nueva forma de animar donde aparecían los animadores relajados, cercanos, donde había un montón de risas, ya no estaba todo tan estructurado. Tenían invitados ultra importantes que uno esperaba durante toda la semana. Creo que ese programa fue uno de los mejores, independiente de que encuentro súper bueno el mío, Plan V, jajaja”.
Andrea Tessa (Cantante): “Diría Martes 13 por la cantidad de espectáculos maravillosos que vivimos, los invitados que trajeron, el nivel de producción. También me gustó un programa que se llamaba Amigos siempre amigos. Era súper bueno porque se hacía en regiones distintas cada semana. Viajaban móviles, artistas, era de Antonio Vodanovic”.
Rodrigo Sepúlveda (Periodista y conductor): “El Jappening con Ja. Era un momento familiar, de reunión, de risas en común. Humor sano, liviano, creativo. Talento puro. Nos juntábamos mi hermana, hermano y mis padres en la pieza de ellos a verlo. Era el indicativo que se terminaba la semana y que venía el lunes. Nos permitía comentar las escenas, reírnos, convivir, estar juntos, algo que hoy es más difícil. Era la reunión familiar del domingo frente a un televisor sin tanta tecnología, pero que traspasaba a través de actores y actrices tan talentosos, solo energía positiva. Terminar la semana con una sonrisa en la cara y con tu familia reunida no tiene precio”.
Diana Bolocco (Conductora): “Me quedo con Viva el lunes porque fue un programa emblemático de mediados de los 90. Partió justo cuando yo estaba saliendo de cuarto medio, entonces me acuerdo perfecto del proceso de la Cecilia preparando el programa. Era especial para mí y mi familia, y lo veía sagradamente todos los lunes en mi época universitaria. Era un programazo, un estelar, lejos el más importante, con figuras de altísimo nivel, que después nunca más se han podido traer porque la televisión ha cambiado y los presupuestos en esa época eran impresionantes”.
Myriam Hernández (Cantante): “Tiene una connotación especial para mi Sábados Gigantes porque ahí partí, marcó los inicios de mi carrera como solista, aparte que era como un panorama familiar ver Sábados Gigantes. Tenía entretención, concursos, mucha interacción con el público y música, que es súper importante. De estelares me gustaba Martes 13 un poco por lo mismo, porque había música, concursos también, había una competencia. ¿Y de hoy? Definitivamente Yo soy, jajaja”.
Iván Valenzuela (Periodista): “Me quedo con uno del canal Rock & Pop, Plan Z, uno de los programas que más me ha hecho reír. Tenía un humor súper extraordinario, súper adelantado, que todavía es posible verlo, ya ni siquiera subsidiado por la nostalgia. Lo ves ahora, es divertido y punto. Es gracioso, comedia de muy alto nivel para mi gusto. Yo era uno de los ejecutivos del canal en esa época y, nada, era realmente un placer tenerlo”.
Marco Antonio de la Parra (Psiquiatra y dramaturgo): “La Manivela. Porque usó pocos recursos y una gran imaginación alcanzando un alto nivel de contenidos con un humor absolutamente transversal, culto, fino, de llegada a todo el mundo. Destaco eso sí su primera época, antes del golpe. Agregar que fue el más feliz traspaso del mundo del teatro a la televisión. Nunca más repetirían ese nivel estilo Monty Python criollo. Eran un elenco pluripartito, una banda que cruzaba ideas y opiniones con un desparpajo irrepetible. Quizás Plan Z en su primera temporada, quizás momentos de Medio Mundo. Pero eran retazos de La Manivela original. Solo retazos”.
Marcelo Comparini (Periodista): “Voy a optar por un programa que tiene que tiene que ver más con la nostalgia, los recuerdos, que la calidad televisiva, porque es un programa que nace de un pastiche, un montón de cosas que habían nacido especialmente en Estados Unidos. Me refiero a Sábados Gigantes, el programa que armó Don Francisco y que en mi niñez y adolescencia vi religiosamente. Todos los sábados desde que partía cada vez más temprano hasta las noticias, y que incluía una mezcla de prácticamente todo lo que hay en la vida. Tenía mucho humor, drama, música, actualidad. Y tenía, por sobre todo, a Don Francisco. A estas alturas, está aporreado por los nuevos tiempos, pero yo me crié y disfruté mucho con el humor, con la gente, para la gente y de la gente de todo tipo, y lo admiré mucho y lo pasé muy bien durante cada una de las tardes, momentos fantásticos, las mini sitcoms que se hacían ahí, la previa de Los Venegas como fueron Los Valverde, el Pompi Eguiguren con la familia Eguiguren, la tía Tute. Todo eso era para mí realmente extraordinario. Los concursos siempre fueron entretenidos por el sueño de que alguien ganara y la emoción que había. Me quedo con ese momento en que Don Francisco se instalaba al lado de un concursante y le preguntaba quién era, quién lo mandó, los igualitos. Es el programa que más recuerdos me trae”.
Javiera Contador (Actriz y comediante): “Para mí La Invitación, en términos de teleserie, fue la primera que vi entera. Me encantó y era como coral, las historias de cada uno, me gustó mucho. Y también Matrimonio de papel, que fue como la primera teleserie joven, la Rebeca Ghigliotto con (Bastián) Bodenhofer. Y de programas, el Jappening. A pesar de ser una época cruda de la dictadura, a mí me mostró el humor y era lo que uno reproducía para hacer los sketches en el colegio. Se podía jugar con ciertas cosas, cambiar los comerciales que daban en la tele y ponerles otras voces, o cambiar las palabras. Y después me tocó trabajar con Jorge Pedreros, Fernando Alarcón, Gloria Benavides, Maitén Montenegro. Los admiro. Creo que son grandes comediantes que formaron una escuela y son un referente indiscutible del humor”.
Juan Manuel Astorga (Periodista): “Me cautivó muchísimo Nuestro Siglo de TVN, cómo fue el siglo XX en Chile y el mundo. Mucho contenido en el relato, muy bien estructurado, tremendamente dinámico y resolviendo muy bien el desafío de los equilibrios que TVN debía mostrar. Estamos hablando de un trabajo periodístico de hace 20 años que no podía minimizar el relato de la crisis de la UP y las consecuencias del golpe, lo que en aquel entonces no era fácil de explicar sin pisar demasiados callos. También soy fan de los programas humorísticos. Al margen del Jappening con un elenco infinitamente creativo, y cuyos personajes dejaron huella, me quedo con Medio Mundo y De Chincol a Jote. El primero, con el inagotable humor absurdo de Andrés Rillón que fue una verdadera escuela, y el segundo, con los mismos integrantes de Los Eguiguren. Soy profundo admirador de Coca Guazzini, actriz con una versatilidad sin límites. Veo De Chincol a Jote en YouTube y me sigo riendo como si fuera la primera vez”.
Michelle Adam (Meteoróloga y conductora): “Sábados Gigantes es uno de los que más me marcó. Sentía que los fines de semana eran como largos y sobre todo el sábado, que era eterno. Recuerdo particularmente los inviernos viendo Sábados Gigantes con mi familia. Era entretenido, había espacio para los niños chicos y para los más grandes”.
Gonzalo Cáceres (Estilista): “Martes 13, porque fue un programa que entretuvo a toda la familia chilena, y que pasaba del musical hasta entrevistas entretenidísimas a gente fantástica que llegó a este país. Un programa muy sobrio pero muy entretenido, y que toda la gente esperaba. En los 70 me quedo con Música Libre. No hubo nada que lo igualara. Rojo, por ejemplo, nunca logró lo que Música Libre hizo en esa época”.
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