Brandon Lee: el día en que “El cuervo” dejó de volar
El hijo de Bruce Lee luchó por forjar una carrera como actor en base a sus propios méritos. Como una tragedia del destino, el papel que lo consagraría, fue también el que acabó con su vida.
Ls escena marcaba el quiebre de la historia. En el guión de El Cuervo, Eric Draven muere asesinado por una pandilla después que su novia Shelley es brutalmente violada. Su cuerpo inerte es lanzado por una ventana. Pero gracias a la intervención de un cuervo, la víctima vuelve a la vida con habilidades sobrehumanas, y decide tomar venganza. Pero algo salió mal. El que murió no fue Draven, sino el actor que lo personificaba, Brandon Lee. Y nada ni nadie lo pudo resucitar.
Brandon, el mayor de los dos hijos del célebre Bruce Lee, siguió los pasos de su padre. "Él me inició en las artes marciales cuando apenas podía caminar. Me entrenó hasta que falleció, y aun cuando continué mi formación, fue con uno de sus estudiantes. Mientras que he tenido algunas influencias diferentes en todo el curso de mi entrenamiento, esencialmente las artes marciales es lo que me conecta a mi padre. Supongo que es la influencia más fuerte que he tenido", contó en una entrevista concedida a la revista Black Belt en 1993.
El artista se inició en la actuación en Kung Fu: the movie, la continuación en celuloide de una serie que originalmente fue ideada por su padre. Le siguieron un par de filmes en que se explotaban sus habilidades como luchador, y como una suerte de continuador de la leyenda de su progenitor. Pero él deseaba más. Quería descollar por su talento. Por ello cuando supo que la productora Dimenssion Films tenía el proyecto de adaptar el comic El Cuervo, vio la oportunidad de ser reconocido como intérprete, por lo que luchó por obtener el protagónico. Tras un breve tiempo, lo consiguió.
En su última entrevista, incluida en el making off del filme, Lee se sinceró: "No sé si es mi destino el interpretar este papel, pero me siento muy afortunado de poder hacerlo (...) Es un papel maravilloso, realmente es un papel con el que puedes arriesgarte. Te da una oportunidad de tomar esos riesgos y llevarlos más allá. Porque dime ¿cómo se va a comportar alguien que regresa del más allá? Este es el mejor papel que he tenido la oportunidad de tener en mis manos".
Por esa razón, el actor se comprometió a fondo en el rodaje, que comenzó el día de su cumpleaños 28, el 1 de febrero de 1993. La mayoría de las escenas eran de madrugada. Además el libreto exigía muchas escenas con lluvia, por ello estaba constantemente empapado, solo con ropa delgada, sin quejarse. Solo dormía dos a tres horas e incluso él mismo preparó las coreografías de sus escenas de lucha.
Hasta que llegó el día fatal.
El actor Michael Masee, quien interpretaba al pandillero "Funboy", recibió el arma con que su personaje debía acabar con la vida de Eric Draven. Normalmente ese tipo de escenas se hacen con balas falsas, sin cartucho ni fulminante. Pero por ahorrar dinero, la producción decidió comprar balas reales y modificarlas quitándoles la pólvora y la cabeza de plomo. Sin embargo, cuando a Maese le pasaron la Magnun calibre 44, esta tenía alojada en el cañón una bala sin adulterar. Lee la recibió de lleno en el abdomen. Lo llevaron casi de inmediato al New Hanover Regional Medical Center en Wilmington, Carolina del Norte. Tras horas de agonía, Lee fue declarado muerto a las 13.03 horas del 3 de marzo de 1993. Fue enterrado junto a su padre en el cementerio de Lake View, en Seattle.
A causa del suceso, Masee debió retirarse de la actuación por un año, y sufrió de pesadillas por casi una década. Años después participó en filmes como The Amazing Spider Man, Lost Highway, y series como 24 -donde interpretó a Ira Gaines-. Murió en octubre de 2016.
Cuando el filme fue lanzado, fue un éxito de taquilla. Y la actuación de Lee, elogiada por la crítica. Lo había conseguido. Su deseo de ser reconocido por su talento se selló con su sangre.
Como si fuera una trágica premonición, en su última entrevista, Brandon aseguró: “Porque no sabemos cuándo moriremos, pensamos que la vida es un pozo inagotable, pero todo ocurre un cierto número de veces, y un número muy pequeño en realidad. ¿Cuántas veces más recordarás una tarde específica de tu niñez? ¿Una tarde que es profundamente una parte de tu existencia sin la cual no puedes concebir tu vida? Tal vez cuatro o cinco veces como mucho...tal vez ni siquiera eso”.
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