Matt Haig, escritor: “La buena terapia y el arte buscan una especie de verdad”
El novelista británico habla de su novela La Biblioteca de la Medianoche, uno de los éxitos del último año que gira en torno a los caminos que tomamos y abandonamos en la vida.
Una noche, después de perder su trabajo y a su gato, Nora Seed decidió morir. Sus relaciones sociales y afectivas eran un desastre y de algún modo ella sentía que una nube de fracaso la perseguía a donde fuera. No había logrado nada de lo que había soñado para su vida. Entonces tuvo un momento de lucidez, una epifanía: “Ella no estaba hecha para la vida”. Veinte años antes, Matt Haig, el celebrado autor de La biblioteca de la medianoche, tuvo la misma certeza.
Un día de septiembre de 1999, Matt Haig (Sheffield, Reino Unido, 1975) caminó hasta el borde de un acantilado. Estaba en Ibiza y tenía 24 años. Durante los últimos tres años había trabajado como DJ, bebiendo mucho, consumiendo drogas y viviendo de noche. También arrastraba sentimientos de pánico y angustia. La depresión comenzó a crecer en su interior y se volvió una sombra aterradora. Así, de pronto, Haig se vio frente al abismo, a punto de caer. Y aunque lo asediaban los pensamientos suicidas, no dio el paso al vacío: voló junto a su novia a casa de su familia en Newark, donde comenzó a recuperarse. Sin médicos ni pastillas, confió en el cuidado de sus seres queridos, la lectura, el deporte y la naturaleza.
Quince años y algunos libros más tarde, Haig publicó Razones para estar vivo: el libro donde aborda su crisis emocional y el camino que le permitió salir de ella. El volumen fue un éxito comercial y conectó con miles de lectores. Insospechadamente, el autor se convirtió entonces en un activista de la salud mental. “Intenté ser lo más honesto posible. Creo que la gente estaba lista para tener esta conversación y el libro llegó en el momento adecuado para que la gente leyera algo muy directo y de frente. Quería hacer visible algo que a menudo es invisible, pero de una manera muy accesible, y creo que la gente lo agradeció”, dijo a The Guardian.
Si algo quería transmitir Haig era la idea de que las tormentas son pasajeras. Que aun cuando la enfermedad le impedía verlo, había esperanza y vida. Tras la crisis, él mismo se convirtió en escritor y formó una familia. “La persona en la que me convertí como resultado es alguien en quien no me habría convertido sin ella”, dice.
Su novela Cómo detener el tiempo y el libro para niños La duendecilla sincera también se volvieron bestsellers. A través de la figura de una duendecilla que dice la verdad, Haig les cuenta a los niños que sus temores probablemente se harán realidad en algún momento, pero que el futuro también les depara alegrías. “La vida tendrá algunas cosas terribles, pero esas cosas terribles harán que las cosas buenas brillen más”.
Publicada en 2020, La biblioteca de la medianoche se vincula con esas ideas. Tras tomarse una sobredosis de pastillas, Nora, la protagonista, despierta en un inmenso espacio de libros que se extienden al infinito. En la biblioteca la recibe la señora Elm, la bibliotecaria de su escuela, que siempre fue amable con ella. La señora Elm le explica que mientras se mantenga en la biblioteca, estará libre de la muerte. Y ahora tiene la oportunidad de decidir si aún quiere vivir y cómo: los caminos de la vida son infinitos y cada uno de los libros encierra la vida que ella hubiera tenido de haber tomado distintos caminos. Nora puede tomarlos y visitar cada uno para conocer cómo habría sido su vida de haber tomado distintas decisiones: si se hubiera dedicado a la natación en la escuela, si se hubiera mantenido en la banda de música que integraba, si no hubiera dejado plantado en el altar a su último novio. Finalmente, ella tendrá que tomar una decisión.
Otras versiones
El libro vendió dos millones de copias, recibió el premio de los lectores de Goodreads y será llevado al cine, con el mismo Haig como productor ejecutivo. No es el único proyecto audiovisual en torno a sus libros: en estas semanas Netflix estrena El chico que salvó la Navidad, adaptación de su libro homónimo.
“Los libros y las bibliotecas son el lugar donde encontramos otras versiones de nosotros mismos”, dice Haig, que responde a La Tercera a través del e-mail.
¿Lo identifican los pensamientos sombríos de Nora?
Sí, hasta cierto punto. Ciertamente he conocido la depresión y los pensamientos suicidas en mi vida. En cierto modo, escribí este libro para intentar explorar mis propios sentimientos a través del personaje central.
¿Qué fue lo más difícil durante la escritura?
Determinar qué vidas incluir.
La novela está dedicada al personal médico que combatió la pandemia, y encontró una gran acogida por parte de los lectores. ¿A qué lo atribuye? ¿Quizás los sentimientos compartidos de soledad jugaron un papel durante la pandemia?
Creo que mucha gente se ha vuelto un poco filosófica o existencial últimamente. Se ha hecho mucho balance y se ha preguntado acerca de la vida, en parte debido a la pandemia, los bloqueos y la incertidumbre económica. Así que sí, creo que en cierto modo el libro fue oportuno.
¿Qué otras versiones de su vida le hubiera gustado conocer o probar?
¡En la que estoy, pero con menos trabajo!
David Foster Wallace, un escritor que lidió con la bipolaridad y murió a causa de sus impulsos suicidas, creía que “la función de la literatura es calmar a los perturbados y perturbar la calma”. ¿Tiene sentido para Ud.? ¿Por qué?
Sí. Creo que sí. He notado en mis propios libros que las personas que nunca han conocido la depresión los encuentran un poco difíciles, mientras que las personas que han estado deprimidas a veces dicen que se sienten reconfortadas.
¿Qué es más importante para Ud., el aspecto terapéutico de la literatura o sus contornos artísticos?
Creo que no son opuestos. La terapia puede inquietar mientras busca restaurar. La buena terapia y el arte buscan una especie de verdad.
Hoy en día es más común hablar de problemas de salud emocional en la sociedad, ¿cómo lo ve en la literatura? ¿Se siente acompañado o reconoce algún sesgo al respecto?
Creo que, en general, es más fácil escribir sobre enfermedades mentales en un contexto ficticio.
¿Cómo es su relación con los lectores?
A menudo pruebo ideas con lectores. Títulos, nuevas ideas, personajes… Intento valorar su opinión sin dejarme dictar por ella.
Ud. ha dicho que las redes sociales no son buenas para la salud de las personas, ¿por qué? Sé que es un usuario activo de ellas ...
Creo que si eres propenso a las tendencias adictivas, las redes sociales exacerban esas tendencias. Creo que hay un efecto deshumanizador en las redes sociales, donde perdemos de vista a las personas y simplemente vemos a las personas como nada más que opiniones o imágenes. También creo que la cultura de intimidación, información falsa y comparación de las redes sociales es un riesgo grave para la salud.
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