Republicana, izquierdista y anticlerical: Almudena Grandes, la novelista que reescribió la memoria del franquismo
La autora nacida en Madrid en 1960 murió ayer producto de un cáncer. Casada con el poeta Luis García Montero, emprendió una ambiciosa saga de seis tomos sobre la posguerra española, de 1939 a 1964, que da voz a los derrotados.
Su última novela transcurre en la fría y gris década del 50. En la España de Franco, nacionalista y católica. A través de la figura de Aurora Rodríguez Caballeira, célebre parricida que fue confinada en el manicomio de Ciempozuelos de Madrid, la escritora Almudena Grandes se aproximó a la intimidad de una época áspera y sombría, especialmente para las mujeres. Y a ellas les dedicó La madre de Frankenstein: “A todas aquellas mujeres que no pudieron atreverse a tomar sus propias decisiones sin que les llamaran putas”.
Publicada en febrero en España, La madre de Frankenstein fue el último libro que presentó la escritora madrileña. Es la quinta novela de una ambiciosa saga titulada Episodios de una guerra interminable, donde relata 25 años de la posguerra española, desde 1939 a 1964, “desde el punto de vista de los que no se rindieron, de los que siguieron luchando contra la dictadura”, como explicó. El sexto tomo se publicará de manera póstuma.
Nacida en Madrid en 1960, Almudena Grandes murió ayer producto de un cáncer. La noticia de su enfermedad la había adelantado ella misma hace unos meses en su columna del diario El País.
Mujer de voz ronca, risa sonora y convicciones apasionadas, casada con el poeta Luis García Montero, Almudena Grandes era una de las escritoras más populares de España. Admirada y controvertida, se declaraba de izquierda, republicana y anticlerical.
La escritora mantuvo una relación cercana con Chile. Visitó el país en numerosas ocasiones, invitada a la Feria del Libro de Santiago, y con motivo de las adaptaciones de su obra. En 2004 el director y escritor Boris Quercia dirigió la miniserie Geografía del deseo, basada en Atlas de geografía humana y protagonizada por Esperanza Silva, Claudia Celedón, Catalina Saavedra y María Izquierdo. Fue esta última quien, además, realizó una exitosa y bella adaptación escénica de su cuento Los ojos rotos, que se estrenó en el Teatro del Puente y tuvo presentaciones en Madrid y Chicago.
El cuento narra una historia de amor metafísico: el amor entre Miguela, una mujer con síndrome de Down, y Orencio, el fantasma de un soldado de la Guerra Civil Española. “Un espectro íntimo y amable para los ojos de Miguela, una aparición amarga y desafiante para la memoria colectiva de mi país”, afirmó la autora, quien tras ver el montaje, diría que los personajes “ahora son chilenos y tal vez más míos que cuando los inventé”.
De cierto modo, ese cuento concentra la esencia del universo literario de Almudena Grandes, una escritora que comenzó su trayectoria con Las edades de Lulú, ganadora del premio de narrativa erótica La sonrisa vertical en 1989. La novela fue adaptada al cine por Bigas Luna, y sería seguida por Te llamaré Viernes (1991) y Malena es un nombre de tango (1994), el libro que le otorgó visibilidad internacional.
Si en Atlas de geografía humana (1998) y Castillos de cartón (2004) exploró en las deudas de la transición y en los sueños truncados de su generación, su obra dio un salto de enorme envergadura en El corazón helado, una novela de 900 páginas en torno a las heridas y las memorias familiares de la Guerra Civil Española. Premio José Manuel Lara 2008, fue el libro que la conectó con la historia de España.
Historia y silencio
Inspirada en los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós, en 2010 inició una empresa de aliento monumental: una saga de seis novelas sobre aspectos desconocidos de la posguerra española. “Tuve la suerte de encontrar un proyecto que se fusionó con un tema moral: que fue contarlo desde el punto de vista de los resistentes al franquismo que nunca se había hecho en mi país. Y también contarles a los españoles cuánta gente se jugó la vida en España. Las voces han sido silenciadas porque así lo hizo la propia historia”, dijo al diario Clarín.
En 2017 visitó Santiago para presentar el cuarto tomo Los pacientes del doctor García, que narra la historia de una red de evasión de nazis, apoyada por Franco, y los intentos de los republicanos por infiltrarla.
“La tragedia de España es que después de la Segunda Guerra, a los aliados Franco les gustó más que los demócratas españoles”, dijo entonces a La Tercera. “Y eso da pie para el argumento de la novela, en que las autoridades republicanas en el exilio deciden infiltrar un hombre en la red para demostrar lo que pasaba en España, con la esperanza de que los aliados intervengan, y no intervinieron”.
En la misma entrevista, la escritora argumentó en favor de la memoria histórica. “Cuando se murió Franco, la consigna que se emite es hay que olvidar para progresar. España es el único país de Europa que no tiene una política de memoria. Hay que dar vuelta la página, claro, pero primero hay que leerla”.
Premio Nacional de Narrativa 2018, su muerte conmovió al ambiente cultural, desde músicos a escritores. “Consternada por la muerte de #almudenagrandes”, posteó en Twitter la escritora Rosa Montero. “Hoy todos tenemos el corazón helado”, anotó Alejandro Sanz. “Vive y vivirá en cada uno de los instantes de felicidad lectora que seguirán dando sus libros”, agregó el novelista Lorenzo Silva.
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