“El contacto directo con el lector es irremplazable”, “Instancias fundamentales”: editoriales evalúan el regreso a las ferias presenciales
En general, desde las casas editoriales independientes se valora positivamente el regreso de las ferias del libro con público. Destacan sobre todo la posibilidad de interacción con el lector, para conocer sus gustos y lo que funciona. Eso sí, señalan que estas iniciativas no son lo único que se debe hacer para reactivar el sector tras los meses más duros de la pandemia, pero que sí son un buen complemento.
Las ferias del libro masivas y presenciales están de vuelta. Iniciativas como el Mercado de libros de Providencia (con varias versiones durante el año), la Primavera del Libro en noviembre, La Feria del Libro de Valparaíso y La Furia del Libro este reciente fin de semana han puesto en marcha la reactivación de una actividad necesaria para la industria del libro, sobre todo para las casas editoriales independientes, que han tomado un indiscutible protagonismo a la par de las cadenas trasnacionales.
Esto, considerando que por la pandemia -en días en que la variante Omicron llegó al país-, existen restricciones por el tema de los aforos y distancia social que también las ferias debieron tomar. Por ejemplo, quien asistieron a La Furia -en el GAM- debían hacer fila en la entrada, por orden de llegada, y esperar que el aforo permitiera el ingreso. En la Alameda se podía ver que no eran precisamente colas cortas, pero el público estaba dispuesto a sobrellevar ese aspecto.
En general, para el rubro la evaluación es positiva. El escritor Diego Zúñiga, editor en Montacerdos, señala: “Ha resultado muy bien la experiencia de volver a lo presencial, más allá de los protocolos, que obviamente hicieron más complejo ciertas cosas, pero ha sido un agrado volver a encontrarse con los lectores después de tanto tiempo”.
“Para nosotros son fundamentales estas instancias y creo que los lectores también las esperaban mucho, así que estamos contentos y esperamos que ojalá en 2022 se puedan realizar también estas y otras ferias”, añade el autor de Camanchaca.
El escritor Galo Ghigliotto, director de Ediciones USACH, indica: “Para nosotros ha sido excelente poder tomar contacto con el público y mostrar en vivo lo que hemos estado produciendo en estos dos años de pandemia. Las ferias dan la oportunidad de realizar actividades presenciales en el marco de un evento más grande, lo cual valida mucho más lo que estamos proponiendo”.
“El contacto directo con el lector es irremplazable -agrega Ghigliotto-. Poder mostrar los libros, que la gente los tome, los hojee, eso es algo que la virtualidad impide totalmente”.
En esa misma línea opina la escritora y editora de Neón Ediciones, María Paz Rodríguez, quien rescata el feedback que se da con quienes acuden. “La verdad es que las ferias son parte importante no solo por un temas de ventas, sino también del contacto con el público, con nuestros lectores. Haber perdido eso, por muy digital que haya sido el año pasado con mucho Zoom y lives por Instagram, no es lo mismo que estar en ferias y tomarle el pulso a las lecturas. Lo que opina la gente, lo que se ha leído o no se ha leído, esa parte es muy bonita y muy importante de recuperar para una editorial como nosotros”. La autora de Niñas ricas añade: “Es distinto mostrar los libros físicamente que verlos solo a través de la web”.
Por su parte, Nicolás Leyton, editor de La Pollera, comenta: “Ha sido una experiencia muy linda, la verdad. Las ferias, para los editores, son el espacio de encuentro directo con los lectores, con sus comentarios, conversaciones, con las expresiones que ponen al mirar los libros, con los comentarios que les hacen a otras personas sobre lo que leyeron o no, sobre lo que les gustó o no.”
“En ese sentido, fue muy gratificante verlos y escucharlos, y también enterarte que no éramos solo los editores los ansiosos con volver a encontrarnos, sino también ellos”, agrega Leyton. Y sobre la reciente Furia del Libro, comenta algo que le llamó la atención: “Fue interesante ver que, por asuntos de aforo y la espera muchas veces para vitrinear, se notaba que la gente llegaba al stand con mucha más claridad de lo que quería, como si por esperar entraran derechito a buscar lo que querían”.
Asimismo, Leyton también pone el acento en otro aspecto, ligado a lo digital: “Otro tema, pero también muy interesante, fue poder conversar sobre lo que se comunica en las redes. La pandemia nos torno a todos a ponernos más activos en la forma de comunicar la editorial a través de diversas RRSS, y escuchar a los lectores comentarte cosas que hiciste o dijiste en redes también le otorga una dosis de realidad al trabajo que uno le pone en redes sociales”.
Carolina Ruiz, de Editorial Cuneta señala: “Volver a las ferias presenciales ha sido increíble, retomar el contacto con lectores y nuestros pares editores nos anima a seguir publicando novedades, además que son una instancia muy importante para vender directo y financiar parte del año siguiente”.
¿Serán suficientes las ferias?
Consultamos también si acaso las ferias presenciales son suficientes para reactivar el sector tras los meses más duros de la pandemia, con las librerías cerradas, y que obligó a las editoriales a reinventarse en lo digital. “Creo que son un buen complemento, pero no es suficiente. Es importante que las librerías tengan mayor continuidad, que puedan seguir abriendo como lo hacían antes, pues son el canal fundamental para las editoriales”, señala Diego Zúñiga.
“Son muy buenas para reactivar el sector, no sé si sea suficiente, pero está bien. Yo quiero que volvamos al circuito de librerías, que se abran los aforos, que volvamos a una situación más o menos normal”, señala Galo Ghigliotto.
Por su parte, María Paz Rodríguez señala: “En las ferias están los editores interesando a la gente en la lectura, creo que ese es un ejercicio que se da poco. Más allá de la reseña en un diario, el entusiasmo de un editor frente a su trabajo siento que le da pistas al lector, tiene esa cosa humana de finalmente hablar de libros”.
Nicolás Leyton va en la misma línea que Zúñiga y Ghigliotto: “Creo que el trabajo de reactivación editorial pasa necesariamente más por las librerías que por las ferias. Y no por la insuficiencia de las ferias, sino por la importancia de las librerías en la oferta continua, constante y mediada de los catálogos editoriales. Por lo mismo, creo que la apertura y la regularidad en el funcionamiento de las librerías ha sido el verdadero impulso de este fin de año. Ahora bien, las ferias ayudan, claro que sí, tanto en lo que uno pueda vender, pero especialmente en lo que señalé antes del contacto con los lectores”.
Carolina Ruiz apunta a otra cosa: “Faltan muchas más iniciativas y unidad entre el ministerio y los gremios para apoyar el sector. Apoyo a profesionalizar la cadena del libro, porque todas somos empresas culturales que nos cuesta mantenernos en cifras verdes por la escasa formalización financiera”.
Pero las ferias presenciales no paran, dada la cercanía con la Navidad. Desde este miércoles 15 y hasta el sábado 18, se desarrolla el Festival Internacional del Libro y la Lectura de Ñuñoa, en distintos territorios de la comuna, con 48 stands de editoriales y más de 50 expositores invitados, entre los cuales estarán los nacionales Daniel Matamala, Alejandro Zambra o Margo Glantz.
También la feria Mercado de libros, organizada por Editores de Chile en conjunto con la Dirección de Desarrollo Local de la Municipalidad de Providencia. Esto se realizará los días 15, 16 y 17 de diciembre en Avenida Providencia 1550, entre las calles Santa Beatriz y Antonio Bellet.
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