Fallece en un accidente en esquí el actor francés Gaspard Ulliel
Esta mañana, medios franceses confirmaron el deceso del último Hannibal del cine y uno de los protagonistas de la serie Moon Knight de Marvel.
El actor francés Gaspard Ulliel ha muerto a los 37 años. Luego de haber sido hospitalizado de emergencia el día de ayer para tratar un traumatismo craneoencefálico grave, causado por un accidente ocurrido mientras estaba esquiando en el resort La Rosière en Francia, este miércoles fue confirmado su deceso a través de un comunicado emitido por su familia.
“Víctima de un accidente de esquí, ha muerto Gaspard Ulliel”, indicó una breve declaración enviada por el agente del intérprete a diferentes medios. Si bien por el momento sólo se conoce que la tragedia se produjo cuando chocó con otro esquiador en los Alpes franceses (y que ocupaba una pista azul, identificación que reciben los caminos de nivel bajo o medio), la Fiscalía de Albertville ha confirmado la apertura de una investigación para esclarecer los hechos.
La noticia causó conmoción en su país natal, desde donde la ministra de cultura, Roselyne Bachelot, declaró sentirse “devastada como muchos franceses” por su fallecimiento. “Un actor muy brillante que fue segado por la hoz de la muerte en la cima de su carrera”, señaló.
Ganador de dos premios César, en reconocimiento a sus interpretaciones en Amor eterno (2004), de Jean-Pierre Jeunet, y It’s only the end of the world (2017), de Xavier Dolan, Ulliel debutó en la actuación a los 12 años, luego de que sus padres –parte del mundo de la moda y el diseño de vestuarios– estimularan su inquietud artística desde temporada edad.
Consiguió su primera candidatura a los máximos premios locales con su rol en Les égarés (2003), de André Téchiné, una historia ambientada en Francia durante la Segunda Guerra Mundial que además se transformó en su primer estreno en el Festival de Cannes.
Allí volvería en múltiples ocasiones, con títulos como La princesse de Montpensie (2010), It’s only… y Sibyl (2019). “Gaspard pertenecía a esta nueva generación de actores que estaban haciendo el cine francés del mañana. Sabía cómo seleccionar sus papeles y dio forma a una carrera que cumplió todas las promesas”, indicó Thierry Fremaux, director del encuentro que se desarrolla en la Costa Azul, quien lo definió como “igualmente brillante y talentoso”.
“Un sueño”, según sus propias palabras, fue grabar en 2010 un comercial de Chanel con Martin Scorsese en Nueva York. Su momento de mayor exposición internacional llegaría de la mano de Hannibal: El origen del mal (2007), precuela que narró los inicios del personaje al que Anthony Hopkins había convertido en leyenda. Peter Webber, director del filme, llegó a él seducido por su desempeño en Les égarés, y luego se convenció en su primer encuentro. “Tenía la apariencia, tenía el lado oscuro, tenía el carisma, tenía la capacidad actoral”, expresó en ese momento el cineasta británico.
En la década siguiente se puso en los zapatos de otro rol de compleja construcción: el ícono de la moda Yves Saint Laurent, al que dio vida en Saint Laurent (2014), de su compatriota Bertrand Bonello. Un papel al que se acercó de manera libre pero contundente. “En algún momento me di cuenta de que podía ver muy dentro de mis propias percepciones, mis propias emociones, mis propios recuerdos, mi propia vida, para nutrir a este personaje”, explicó a IndieWire.
Recientemente había sido fichado por Marvel para participar en la esperada serie Moon Knight, protagonizada por Oscar Isaac y Ethan Hawke, y con fecha de estreno para el 30 de marzo en Disney+. En la ficción, Ulliel sería Midnight Man, un personaje conocido en los cómics por robar grandes obras de arte y joyas puntualmente a la medianoche.
Un rol que podría haber impulsado su carrera fuera de Francia o simplemente haberlo devuelto de inmediato al cine local, donde le esperaban nuevas oportunidades. Xavier Dolan, su director en una de sus mejores actuaciones, era uno de los nombres más encantados con sus capacidades. Al despedirlo, escribió: “Tu risa discreta. Tu ojo atento. Tu cicatriz. Tu talento. Su capacidad de escuchar. Tus susurros. Tu amabilidad. Cada rasgo de tu persona nació de una dulzura chispeante. Es todo tu ser el que transformó mi vida, un ser que amé profundamente y amaré siempre”.
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